European Eye on Radicalization
El arresto del líder interino de la Hermandad Musulmana -Mahmoud Ezzat– por parte de las autoridades egipcias, a finales de agosto de 2020, puede decirse que le ha dado un importante golpe al grupo. Esto es atribuible al influyente papel desempeñado por Ezzat, la mente maestra del grupo y el administrador de sus asuntos internos durante los últimos siete años.
La importancia de Ezzat para la organización no puede ser subestimada. Mantuvo estrechas conexiones con las dos ramas armadas del grupo, los grupos designados como terroristas por los Estados Unidos, Liwa al-Thawra y Harakat Sawa’d Misr (HASM), los cuales han llevado a cabo ataques terroristas en Egipto, así como con los líderes políticos fugitivos, quienes residen principalmente en Turquía, además de haber sido responsable de financiar actividades de la organización.[1]
La captura de Ezzat muestra señales de generar una crisis sucesoria en la Hermandad, evidente en la controversia que siguió al nombramiento de Ibrahim Munir como el nuevo Guía Supremo interino de la organización.
El controvertido liderazgo de Munir
Ibrahim Munir es comúnmente considerado como el Secretario General de la Organización Internacional de la Hermandad Musulmana. Se mudó a Londres en los años ochenta tras dejar Egipto cerca de diez años antes. Antes de eso había estado en prisión cumpliendo cadena perpetua por su papel en el fallido intento de asesinar al presidente egipcio Gamal Abdel Nasser en 1954. El sucesor de Nasser, Anwar al-Sadat, había absuelto a Munir en 1975.
Bajo el Gobierno del sucesor de Sadat, Hosni Mubarak, en 2010, Munir fue sentenciado a prisión nuevamente, esta vez por cinco años y en rebeldía, por su rol en lavado de dinero y transferencia de dinero a un grupo ilegal.[2] Al año siguiente Mubarak fue derrocado tras una revolución y bajo el mando de quien que lo reemplazó, Mohamed Morsi, un miembro de la Hermandad Musulmana, Munir fue absuelto otra vez, aunque permaneció en el Reino Unido.
El 17 de septiembre fue anunciado a través del sitio web de la Hermandad Musulmana que Munir se había convertido en el líder interino y había declarado la formación de un nuevo comité de administración, el cual incluyó entre otros a Mahmoud Hussein, un miembro de la Oficina de Orientación, el consejo ejecutivo de la organización.
Las implicaciones podrían ser profundas en dos sentidos.
Primero, dentro de la Hermandad. El nombramiento de Munir muestra todas las señales de una creciente discordia interna dentro una organización ya fracturada. Una indicación de esto fue la crítica a su nombramiento por parte del clérigo de la Hermandad Musulmana -Essam Tleima- quien lo culpó, junto a Mahmoud Hussein y otros miembros de alto rango de entregar a Ezzat a la policía egipcia.[4]
El ascenso de Munir también provocó la ira en las filas de los jóvenes miembros de la Hermandad Musulmana, quienes consideran a los líderes fugitivos como peones de los países en los cuales residen, ya sea Catar, Turquía o el Reino Unido.[5]
En segundo lugar, el uso de la violencia. El nombramiento de Munir se produjo pocos días antes de la convocatoria a manifestaciones en Egipto, el 20 de septiembre, que fue apoyada por los medios de comunicación vinculados a Catar y Turquía, los principales patrocinadores regionales de la Hermandad Musulmana. Sin embargo, estas manifestaciones fueron limitadas y no lograron obtener ningún apoyo popular.[6]
La comprensión de la Hermandad Musulmana de que su causa carece de apoyo popular podría causar un cambio de rumbo, en el cual se base en la violencia por medio de grupos como HASM y Liwa al-Thawra para intentar recuperar el poder, creando mayor inestabilidad para Egipto, para los vecinos de Egipto como Israel y por supuesto costando las vidas de más egipcios.
La dimensión extranjera
Para la Hermandad, la lógica de un giro hacia el terrorismo en Egipto sería aumentar las dificultades económicas de una gran parte de la sociedad egipcia y descarrilar los planes de desarrollo del actual Gobierno egipcio, enviando un mensaje de que puede crear agitación, a menos que Cairo negocie con ellos.
Tal opción permitiría a los nuevos líderes de la Hermandad Musulmana afirmar su control sobre el grupo y superar su crisis de legitimidad. Además, esta opción tendría que ser atractiva para Estados como Turquía y Catar que proporcionan apoyo financiero a la Hermandad y están encerrados en una competencia geopolítica con el bloque árabe moderado que incluye a Egipto.
Sin embargo, esta opción se enfrenta a varios retos.
Las elecciones presidenciales de los Estados Unidos están cerca y el resultado podría alterar significativamente la situación para la Hermandad. La actual administración del presidente Donald Trump ha considerado designar a la Hermandad como una organización terrorista y algunos de los principales asesores de Trump creen que la Hermandad es ideológicamente indistinta de organizaciones extremistas y terroristas como Al-Qaeda y el Estado Islámico (EI).
Por otra parte, el candidato demócrata a la presidencia, Joe Biden, que fue vicepresidente de Barack Obama, es percibido más positivamente por la Hermandad Musulmana y mucho más negativamente por algunos egipcios antiislamistas que creen que la administración Obama-Biden fue cómplice de hacer la vista gorda a los abusos de la Hermandad cuando estuvo en el Gobierno en 2012-13. Les preocupa que una presidencia de Biden pudiera alentar a la Hermandad.
Los desafíos nacionales de la Hermandad
Si bien los acontecimientos en el extranjero -en Catar, Turquía y Estados Unidos- pueden repercutir en la estrategia de la Hermandad en la próxima fase, los factores principales son y seguirán siendo internos para Egipto. Las medidas de seguridad adoptadas por el Gobierno egipcio han hecho añicos a la Hermandad como organización y han disminuido la capacidad de grupos como HASM y Liwa al-Thawra para participar en terrorismo, de hecho, han disminuido la capacidad de los terroristas islamistas en general, incluyendo Al-Qaeda y el EI.
La situación de seguridad en Egipto limita las opciones de la Hermandad, incluso si desea responder violentamente al arresto de Ezzat. Las otras opciones que tiene la Hermandad para fomentar la inestabilidad, como las manifestaciones masivas, han demostrado estar fuera de su alcance hasta el momento. Hubo una expectativa de la Hermandad de poder restaurar a Morsi en 2013 por medio de la acción en las calles, pero tales esfuerzos se esfumaron. La apuesta política de la Hermandad en el país sólo se ha debilitado desde entonces.
Después de la masiva mano dura aplicada a la Hermandad Musulmana a mediados de los años cincuenta, aparecieron varias organizaciones terroristas en Egipto a finales de los años setenta que eran distintas a la Hermandad, aunque fueron dirigidas por antiguos miembros de la Hermandad. Es muy posible que esta vez se produzca una dinámica similar, con ramas radicales que proliferan de una organización de la Hermandad esencialmente extinta.
REFERENCIAS
[1] ‘Arrest Of Mahmoud Ezzat, Key Egyptian Muslim Brotherhood Figure’, The Arab Weekly, 29 de agosto de 2020, https://bit.ly/36cOlYl
[2] Ibrahim Munir, The Global Muslim Brotherhood Daily Watch, 2013, https://bit.ly/3jcdoi3
[3] Ibrahim Munir, Counter Extremism Project, https://bit.ly/3n1kHeP
[4] Hany Ghoraba, ‘Acting Brotherhood General Guide’s Arrest a Major Blow to the Group’, The Investigative Project on Terrorism, 10 de septiembre de 2020, https://bit.ly/30fwWuo
[5] George Mikhail, ‘Muslim Brotherhood Appoints Acting Guide After Arrest of Leader’, Al-Monitor, 23 de septiembre de 2020, https://bit.ly/2Sd2QTH
[6] Anonymous Correspondent in Egypt, ‘Online Calls for Anti-Sisi Protests in Egypt May Fall Flat’, Al-Monitor, 9 de septiembre de 2020, https://bit.ly/36frifq