European Eye on Radicalization
Cuando miembros de la Hermandad Musulmana comenzaron a llegar a Europa en las décadas de 1950 y 1960, generalmente no tenían la intención de quedarse; habían huido de países como Egipto y Siria, donde los regímenes republicanos radicales habían reprimido a la Hermandad, pero tenían la intención de regresar algún día. Eventualmente, se dieron cuenta de que la Hermandad no podría volver a casa y comenzaron a vivir en Europa, y esto significó involucrarse en la política. Por varias razones, algunas totalmente contingentes, como la presencia de Said Ramadan (1926-1995), yerno del fundador de la Hermandad, Hasan al-Banna (1906-1949) y otras razones más estructurales como el poder económico, la Hermandad se sintió especialmente atraída por Alemania, y el Estado alemán ha debatido durante las últimas décadas sobre cómo conceptualizar y, en última instancia, combatir a los islamistas en su territorio
Como EER ha explicado anteriormente, el gobierno de Alemania ha pasado por prácticamente cuatro etapas en la forma en que maneja a la Hermandad Musulmana:
- 1950-2001: Falta de entendimiento, y donde hubo entendimiento, indiferencia del Estado sobre lo que era la Hermandad y cuáles eran sus intenciones dentro de Alemania.
- 2001-2011: Los ataques del 11 de septiembre forzaron un serio ajuste de la política alemana hacia la Hermandad, especialmente una vez que quedó claro que el líder de Al-Qaeda, Osama bin Laden, había sido influenciado ideológicamente por la Hermandad y que las redes de la Hermandad en Alemania tenían alarmantes conexiones con los conspiradores del 11 de septiembre.
- 2011-2014: Con la “primavera árabe”, y el ascenso de la Hermandad y los gobiernos vinculados a la Hermandad en Egipto, Túnez, Libia y otros lugares, Alemania llegó a creer que tendría que adaptarse a la Hermandad. Esta política se evaporó rápidamente cuando los gobiernos derivados de la Hermandad Musulmana colapsaron en 2013-14 y el surgimiento del “califato” del Estado Islámico (EI), con la ola de terrorismo en Europa, una vez más les recordó a los alemanes que el programa de la Hermandad Musulmana era erosionar la sociedad, la cohesión y la difusión de ideas extremistas, lo cual fue un facilitador de grupos extremistas como el EI y Al-Qaeda.
- 2014-presente: Alemania se ha inclinado hacia un enfoque más integral que ya no se centra simplemente en la actividad ilegal, sino que busca restringir el espacio para la Hermandad y su mensaje.
Un problema persistente, y no solo en Alemania, es identificar a la Hermandad Musulmana, ya que su misma estructura en Europa está diseñada para disfrazar su existencia, sin importar su ideología y actividades. En sociedades legalistas como la europea, esto crea inmensas dificultades para las autoridades, ya que buscan mapear redes, vínculos financieros, promotores de discursos de odio y todo lo demás.
Otro problema para Alemania (y otros países), destacado recientemente en una pregunta presentada al parlamento de la Unión Europea, es si el Estado puede liderar una campaña contra la Hermandad si esta recibe dinero y otro tipo de apoyo desde el exterior, lo que infla falsamente su aparente popularidad y fuerza, permitiéndole captar instituciones, en particular medios de comunicación y departamentos de universidades. En aquella pregunta se mencionó específicamente a Catar como fuente de fondos para la Hermandad; también podrían haber mencionado a Turquía, que bajo su presidente -Recep Tayyip Erdogan- ha sido un patrocinador muy activo de la Hermandad, incluido en su formato armado en Siria y Libia.
A pesar de los desafíos, Alemania parece ir en la dirección correcta. Las señales de este cambio llegaron a principios de este año, cuando la inteligencia alemana señaló en público sus preocupaciones sobre la Hermandad. Asimismo, la reciente decisión del Consejo Central de Musulmanes en Alemania (Zentralrat der Muslime in Deutschland o ZMD) de expulsar a la “Comunidad Musulmana Alemana” (DMG), una de las fachadas de la Hermandad, refleja el cambio de humor en Alemania.
Berlín sigue claramente el modelo establecido por Austria y Francia en términos de tratar con el islamismo “no violento”; esos países han encontrado formas sofisticadas de identificar la estructura de la Hermandad, así como medios más contundentes y altamente efectivos para cortar el financiamiento extranjero y el potencial extremista de la Hermandad. Por ejemplo, Francia ha cerrado varias mezquitas que apoyan la ideología de la Hermandad Musulmana y ha promulgado políticas para vetar a los imanes. Se puede agregar que un Estado con una postura antiislamista mucho menos agresiva como es Suecia, recientemente también ha tomado medidas para limitar el espacio de operación de la Hermandad.
Alemania entonces, se está moviendo dentro de un consenso en Europa al enfrentarse a la Hermandad Musulmana, que por razones de política interna es muy importante para la sostenibilidad de la política. Otro aspecto fortuito en este momento es que la propia Hermandad se está desmoronando, lo que significa que incluso una medida aparentemente mínima puede tener un impacto serio en el deterioro de los esfuerzos de la Hermandad Musulmana para difundir su ideología extremista.