Tommaso Virgili
Dr. Tommaso Virgili, Profesor Visitante en el Centro para Estudios Europeos Wilfried Martens, conversa sobre el extremismo de izquierda y sus similitudes con otras formas de radicalización.
¿Cuáles son las características del extremismo de izquierda y de las utopías en las que descansa? ¿Cuáles son los vínculos entre la teleología histórica de la extrema izquierda y el “determinismo religioso”, tal como lo denomina el experto en la Hermandad Musulmana Hanzem Kandil, de los islamistas? ¿Cuál es la percepción que los radicales tienen sobre aquellos que no forman parte de su grupo?
Según Virgili, el nacismo, el comunismo y el islamismo comparten una naturaleza totalitaria similar.
Citando a Hamed Abdel-Samad, argumenta que la extrema izquierda, de manera en lo absoluto distinta a la extrema izquierda y al islamismo, ven “a la razón, la libertad individual, la libertad de consciencia, la individualidad, los derechos humanos, y la autonomía individual, así como también a la libertad de expresión y a la prensa” como amenazas, pues los dogmas que sostienen a sus utopías son indiscutibles.
En consecuencia, todos aquellos que cuestionan la utopía sacralizada son considerados enemigos, siguiendo una división estrictamente maniqueísta de la humanidad entre el bien y el mal, debiendo este último ser aniquilado para alcanzar el fin de la historia. El fin justifica los medios, para los nazis, los comunistas y los islamistas por igual.
Virgili concluye que la complacencia intelectual hacia los movimientos de extrema izquierda y sus miembros, todavía les protege contra el nivel de crítica que se aplica a la derecha extrema, en el nombre de las supuestas “nobles metas” que de alguna manera tornarían las violaciones a los derechos humanos algo menos grave. Esto, en opinión del autor, contrasta no sólo con la información de EUROPOL, que muestra que la izquierda radical continúa representando una amenaza para las sociedades democráticas, pero sobre todo con imperativa moral kantiana de considerar a los seres humanos siempre como fines y jamás como medios.