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inicio Leyendo sobre la radicalizacion

Vigilantism against Migrants and Minorities

Tore Bjørgo and Miroslav Mareš (eds.), Routledge, 2019, 348 pages.

7 febrero 2020
in Leyendo sobre la radicalizacion
Vigilantism Against Migrants and Minorities
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Sara Brzuszkiewicz

Introducción

¿Qué entendemos por vigilantismo? Según el diccionario de Cambridge, vigilantismo es una práctica llevada a cabo por gente común, a través medidas no oficiales, para prevenir el delito o capturar y castigar a personas sospechosas de haber cometido un delito.

Durante la llamada “crisis de los refugiados” de 2015/16, hubo una oleada de actividades de vigilantes en Europa y Norteamérica que tomaron la forma de patrullas callejeras, patrullas de frontera y milicias de diferentes tipos. Los vigilantes por lo general argumentan que hacen lo que las autoridades no son capaces o no tienen la voluntad de hacer: mantener la seguridad pública, en este caso contra supuestas amenazas de inmigrantes ilegales y/o minorías propensas al delito.

La mayoría de las actividades vigilantes son intimidatorias y no abiertamente violentas, pero también hay casos de violencia y el libro Vigilantism Against Migrants and Minorities analiza muchas de ellas. Tore Bjørgo y Miroslav Mareš editaron la primera obra sumamente exhaustiva sobre este tema, centrándose en la forma de vigilantismo cuyo objetivo son los inmigrantes y las minorías.

Combinando un marco teórico sólido con una serie de estudios de caso muy completos, diecisiete en total, que son analizados por destacados expertos en el tema e ilustran la dinámica de vigilantismo de grupo contra minorías en diferentes contextos y épocas, los editores y expertos que se unieron a este proyecto ofrecen, con abrumadora claridad, una herramienta esencial para cualquier intelectual, profesional o lector en general que desee comprender el fenómeno del vigilantismo. De hecho, algunas de las actividades del vigilante típico se han estudiado anteriormente desde la perspectiva de la violencia racista, delitos de odio o terrorismo de extrema derecha, pero a través de la perspectiva del vigilantismo indudablemente se agregan ideas nuevas a un tema delicado.

Definiendo “vigilantismo”

Más allá de la definición del diccionario, el primer capítulo se propone esclarecer qué es realmente vigilantismo. Introduce la terminología, las teorías y los objetivos relevantes del trabajo en el cual el vigilantismo se describe como la imposición paralegal de un concepto específico de justicia, una amenaza o intención de utilizar tal imposición, llevada a cabo por actores informales, con el propósito de proteger “la ley y el orden” percibidos de manera subjetiva.

Los editores ponen de relieve que el vigilantismo también se puede entender como un instrumento para debilitar a los enemigos en conflictos cívicos y étnicos, y puede servir como actividad de entrenamiento a grupos paramilitares. Es más, en algunos casos puede ser respaldado por actores externos -lo cual incluye a Estados hostiles- con la finalidad de debilitar a las autoridades estatales. En este sentido puede el concepto puede subsumirse en una campaña o guerra híbrida.

A partir de una tipología de L. Johnston (1996), la investigación menciona seis elementos principales del vigilantismo:

  • Implica planificación y premeditación por parte de los que se involucran en ello;
  • Sus participantes son ciudadanos cuyo compromiso es voluntario;
  • Es una forma de “ciudadanía autónoma” y, como tal, constituye un movimiento social;
  • Utiliza o amenaza con utilizar la fuerza;
  • Surge cuando un orden establecido está bajo amenaza de transgresión, de potencial transgresión o de transgresión atribuida a normas institucionalizadas;
  • Su objetivo es controlar la delincuencia u otras infracciones sociales ofreciendo garantías de seguridad tanto a los participantes como a terceros.

Tore Bjørgo y Miroslav Mareš amplían más el marco teórico, catalogando el vigilantismo también de acuerdo al predominio de esta actividad respecto a otras. En esta perspectiva, los grupos pueden dividirse en:

  1. Grupos de vigilantes de “un tema individual”, en el cual la actividad vigilante es una sola;
  2. Predominio o importancia secundaria del vigilantismo, en el cual la actividad del vigilante asume prioridad sobre otras acciones;
  3. Vigilantismo aleatorio, en el cual las actividades del vigilante no se constituyen en el núcleo de las acciones del grupo.

En cuanto se refiere a la relación entre grupos de vigilantes y autoridades, los autores utilizan el diseño desarrollado por Marx y Archer:

  1. Grupos de vigilantes complementados y alentados por la policía y/u otras fuerzas gubernamentales de seguridad;
  2. Grupos de vigilantes complementarios a los cuales se opone la policía y/u otras fuerzas gubernamentales de seguridad;
  3. Grupos contrarios y alentados por la policía y/u otras fuerzas gubernamentales de seguridad;
  4. Grupos contrarios y a los cuales se opone la policía y/u otras fuerzas gubernamentales de seguridad.

Por razones de conveniencia, los autores brindan asimismo una definición de extrema derecha, que la explican como parte del espectro político donde el centro ideológico se basa en un nacionalismo intolerante, xenofobia y demanda de una política estricta de “la ley y el orden” en áreas importantes para mantener el orden gubernamental.

Bajo la amplia etiqueta de extrema derecha, generalmente se hace una distinción entre extrema derecha y derecha radical. Según los editores del libro, la extrema derecha acepta o incluso tolera la violencia, y rechaza los valores de un Estado constitucional democrático. Por el contrario, la derecha radical es representada principalmente por partidos populistas de derecha y algunas organizaciones contrarias a la inmigración. Estos partidos y grupos generalmente operan en el marco de la democracia, incluso donde comparten algún punto de vista de la extrema derecha.

Estudios de caso en vigilantismo

Supremacistas blancos

El primer estudio de caso, escrito por Kathleen Blee y Mehr Latif, titulado “Ku Klux Klan: Vigilantism Against Blacks, Immigrants, and Other Minorities” (Ku Klux Klan: Vigilantismo contra negros, inmigrantes y otras minorías), describe el caso clásico del terrorismo vigilante, que por más de un siglo sembró miedo entre negros, judíos y otras minorías.

El capítulo contextualiza meticulosamente las actividades del Clan en las diferentes fases históricas. La última fase de su existencia, de la década de 1970 a la década del 2000, vio al tremendamente debilitado Clan formar alianzas con otros grupos de extrema derecha en un intento de mantener el dominio blanco en Estados Unidos. Como sociedad secreta que a menudo participó en actividades ilegales, el Clan toma precauciones para esconder su liderazgo, estructura y emplazamientos, así como para exagerar su tamaño e influencia.

Extremismo judío

El segundo estudio de caso, “Jewish Vigilantism in the West Bank” (Vigilantismo judío en Cisjordania), Nir Gazit, analiza cómo los colonos judíos de los territorios ocupados podían continuar hostigando a los habitantes palestinos mientras el ejército israelí y el Gobierno no tomasen medidas duras en contra de sus actividades vigilantes. Hay diferentes tipos de grupos de vigilantes judíos en los territorios ocupados, los cuales varían en función del nivel de organización y su relación con las autoridades israelíes.

Los más organizados e institucionalizados son los Escuadrones de Defensa de los Asentamientos, organizados, capacitados y dotados de armas por las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF, por su sigla en inglés) como equipos de respuesta de emergencia en caso de ataques palestinos, y generalmente comandados por antiguos oficiales de las IDF.

Los vigilantes judíos tienen un triple propósito general declarado y justificado: combinan la seguridad (aumentando la protección de los asentamientos judíos y caminos en Cisjordania), con la política (la necesidad de demostrar la soberanía israelí en la Cisjordania) y con la religión (relacionada con la interpretación religiosa del sionismo que considera a los territorios ocupados parte de la tierra santa de Israel).

El otro tipo importante de vigilantes judíos es el que pertenece a los grupos de derecha radical que fueron proscritos en el pasado. Estos grupos se fundamentan en ideas de supremacía judía y racismo radical antiárabe.

Los grupos menos organizados de vigilantes judíos son adolescentes religiosos nacionalistas y adultos jóvenes que establecen puestos de avanzada sin una autorización formal del Gobierno israelí. Estos son los más activos en iniciar la violencia en contra de palestinos.

Extremismo hindú

Juhi Ahuja lleva a cabo una interesante investigación sobre el vigilantismo hindú en el capítulo denominado “Protecting Holy Cows: Hindu Vigilantism Against Muslims in India” (Protegiendo la vacas sagradas: Vigilantismo contra musulmanes en la India), que describe una serie de ataques violentos, e incluso linchamientos por parte de extremistas hindúes en contra de musulmanes supuestamente involucrados en el carneo de vacas y en el comercio de carne vacuna en la India. Ahuja argumenta que el ascenso de este tipo de vigilantes debe observarse en el contexto de la creciente influencia del Hindutva, un movimiento étnico-religioso y nacionalista hindú que ha logrado poder político en la India moderna y una creciente intolerancia entre religiones y entre castas.

El autor pone de relieve que el estudio del vigilantismo en la India ha recibido poca atención como fenómeno per se por parte tanto de la academia como de los medios de comunicación tradicionales, antes del ascenso al poder de Narendra Modi como primer ministro en 2014. Indudablemente, desde que asumió el poder, numerosas organizaciones nacionalistas y grupos culturales hindúes de todo el país se han visto incentivadas.

El Hindutva a menudo se utiliza en el discurso nacionalista hindú para representar la idea según la cual los indios nativos deben ser leales a sus raíces ancestrales y deben reconocer la gran historia de la civilización de la India, y al mismo tiempo honrar la cultura hindú. Por tanto, aunque los ideólogos del Hindutva tienen claro que la raza hindú se refiere al pueblo que reside en la región del río Indo, independientemente de sus creencias, excluye a los indios que se identifican como no hindúes en términos religiosos.

Odio antiminorías en Rusia

El siguiente estudio de caso, “Violent Attacks on Migrants and Minorities in the Russian Federation” (Ataques violentos a inmigrantes y minorías en la Federación Rusa), escrito por Martin Larys, describe como más de 600 personas, principalmente obreros inmigrantes de las regiones musulmanas del Cáucaso y Asia Central, al igual que homosexuales, han sido muertos y varios miles han sido heridos por nacionalistas y neonazis en Rusia durante un periodo de 17 años. Aunque muchos de estos asesinatos pueden caracterizarse más propiamente como crímenes de odio o terrorismo de extrema derecha, una gran proporción de la violencia contiene elementos que pueden clasificarse firmemente como vigilantismo. Los autores a menudo justifican su violencia como una forma de defender al pueblo ruso contra violadores o inmigrantes criminales.

Las cifras son alarmantes, y en la primera década de este siglo, tuvieron lugar más asesinatos por odio en Rusia que en todos los países europeos juntos. La mayor parte de estos asesinatos fueron cometidos por pandillas callejeras racistas, carentes de una ideología sofisticada y una estructura organizativa sólida. Pero el vigilantismo en Rusia ha adoptado varias formas.

La forma más peligrosa son los atentados con bombas o asesinatos racistas “demostrativos”, que envían mensajes de fondo a las autoridades estatales.

Alemania: el resurgimiento de la extrema derecha

El director del Instituto Alemán de Estudios de Radicalización y Desradicalización, Daniel Koehler, en su capítulo “Anti-Immigration Militias and Vigilante Groups in Germany” (Milicias antinmigración y grupos vigilantes en Alemania), explica cómo la violencia antinmigrantes y los atentados (matanzas) han abundado en Alemania por mucho tiempo, pero solo en unos cuantos casos esta violencia tuvo un carácter distinto del vigilantismo, hasta hace pocos años.

La reciente formación de grupos vigilantes sobrevino como respuesta a actos delincuenciales -supuestos o reales- cometidos por inmigrantes. Fueron episodios notorios los ataques sexuales a mujeres alemanas por parte de inmigrantes norafricanos o árabes en Colonia, Dortmund, Frankfurt y otros lugares durante la celebración de año nuevo de 2015/16. Los ataques en sí mismos y la respuesta pasiva de la policía fueron un punto de inflexión que desencadenó una ola de movimientos de vigilantes en contra de grupos que denominaron de rapefugees.

Koehler observa que el vigilantismo, como nueva estrategia de movilización de grupos de extrema derecha, tiene el objetivo de capitalizar los sentimientos de amenaza existencial planteados por el flujo de refugiados y por el creciente descontento respecto a la incapacidad del Gobierno alemán de proteger a la población local de la depredación por parte de los recién llegados.

Hoy en día, sin embargo, parece que la mayoría del activismo de vigilantes en Alemania está confinado al ámbito online, con la creación de grupos en Facebook y otras redes sociales.

Hungría

En el siguiente estudio de caso, “Vigilante Militias and Activities Against Roma and Migrants in Hungary” (Milicias y actividades vigilantes contra romaníes e inmigrantes en Hungría), Szilveszter Poczik y Eszter Sarik analizan el vigilantismo en un contexto socio-político húngaro sumamente complejo.

En agosto de 2007, el Partido Jobbik (Movimiento para una Hungría Mejor) fundó la Asociación Guardiana Húngara para Protección de las Tradiciones y Cultura. Organizó patrullas vigilantes y marchas en comunidades romaníes contra el supuesto “crimen gitano”. Después de su proscripción en 2009, se establecieron varios grupos sucesores.

El capítulo aborda asimismo el caso de un comando racista y terrorista de vigilantes en 2008/09, que asesinó a seis romaníes e hirió a muchos otros.

Los autores advierten que Hungría tiene una larga tradición de movimientos y partidos políticos de extrema derecha, al igual que organizaciones paramilitares, con ideologías que llevan esta historia -xenofobia, sentimiento antiminorías y rechazo por los inmigrantes- incrustada en el tejido del país.

La antigua Checoslovaquia

En el siguiente capítulo, Miroslav Mareš y Daniel Milo, se refieren al “Vigilantism Against Migrants and Minorities in Slovakia and in the Czech Republic” (Vigilantismo contra inmigrantes y minorías en Eslovaquia y en la República Checa).

Después de la caída del comunismo se establecieron milicias de extrema derecha y grupos de skinheads en ambos países. Justifican sus crímenes de odio refiriéndose a las supuestas tasas elevadas de delincuencia entre varias minorías étnicas, particularmente los romaníes. Grupos paramilitares están involucrados en patrullas antinmigrantes y en la protección de las fronteras.

Los autores ponen de relieve una tendencia relevante: actualmente, las partes pro-Kremlin del espectro político, que mezclan motivos nacionalistas con el legado de la era comunista, están junto a los extremistas tradicionales de derecha.

Por último, los autores proporcionan a los lectores un relato detallado de la cooperación transnacional entre los grupos vigilantes checos y eslovacos

Bulgaria

El vigilantismo de minorías étnicas e inmigrantes en Bulgaria es el objetivo del siguiente estudio de caso, escrito por Nadya Stoynova y Rositsa Dzhekova, quienes explican cómo la ruta migratoria que atraviesa Turquía hasta Bulgaria y la gran minoría romaní proporcionan los dos puntos críticos principales, con las más recientes manifestaciones de vigilantismo que generalmente cobran la forma de patrullas antimigrantes a lo largo de la frontera turco-búlgaro.

La reciente ola de grupos de vigilantes antimigrantes también se analiza en el contexto de un persistente “sentimiento de crisis sistémica”, que sigue siendo endémica en el país.

En Bulgaria, como en muchos otros países, el vigilantismo puede dividirse en dos categorías: vigilantismo ad-hoc y actividades organizadas de vigilantes. A la primera por lo general le falta una significativa premeditación y a menudo es una reacción ante una (supuesta) actividad criminal. Por su parte, los grupos de extrema derecha impulsan la actividad vigilante.

Patrulla fronteriza estadounidense

En el siguiente capítulo, “The Minutemen: Patrolling and Performativity Along the U.S.-Mexican Border” (The Minutemen: Patrullaje y labores en la Frontera Mexicano-Estadounidense) Harel Shapira lleva el análisis al otro lado del Océano Atlántico. Se enfoca en la noción de la masculinidad militarizada de los individuos en patrullaje, en el contexto del patriotismo.

El autor investigó a casi 200 Minutemen y descubrió que estaban integrados predominantemente por hombres blancos mayores que eran casi exclusivamente veteranos del ejército: “En una era de globalización, las fronteras se han convertido en ‘centro de atención’ de la política de pertenencia”.

Estas patrullas de patriotas pueden ser entendidas enfocándonos en la ideología de los miembros del grupo. Una expresión del tipo de perspectivas políticas de la extrema derecha que han comenzado a penetrar en la tendencia política principal estadounidense en las últimas dos décadas, afirma que la cultura mexicana está atrasada y a menudo hablan de la inmigración (muchas veces ilegal) de mexicanos a Estados Unidos como “invasión”.

Al mismo tiempo, mientras la actitud de los Minutemen hacia la inmigración no es simplemente de odio y xenofobia, las patrullas son sostenidas por mucho más que racismo. Los autores se refieren a las patrullas de patriotas como una serie de representaciones de identidad: representaciones de patriotismo conectadas con pronunciamientos sobre el servicio militar y la masculinidad, a través de lo cual buscan huir de su vida actual como veteranos mayores y recuperar un sentido de pertenencia perdido.

Infiltración fascista en Grecia

“Vigilantism in Greece and the Case of Golden Dawn” (Vigilantismo en Grecia y el caso de Golden Dawn [Amanecer Dorado]) es el décimo estudio de caso, escrito por Christos Vrakopoulos y Daphne Halikiopoulou, que también abordan las actividades de vigilantes de extrema derecha más allá de Golden Dawn.

Según Christos Vrakopoulos y Daphne Halikiopoulou, lo que distingue a Golden Dawn de una serie de otros partidos europeos de extrema derecha es que fue formado como un movimiento de base violento por activistas de extrema derecha y sus actividades principales antes de 2012 estuvieron limitadas a las calles.

El partido, que respalda abiertamente el uso colectivo de violencia paralegal, proclama una visión ultranacionalista marcadamente palingenésica, la cual señala una necesidad de limpiar a la nación griega de sus enemigos internos y externos a fin de facilitar su renacimiento.

Desde 2013, algunos líderes de Golden Dawn han estado en juicio por mantener una organización criminal y otros actos delincuenciales, entre ellos asesinato y lesiones graves. El asesinato del inmigrante pakistaní Shehzad Luqman -apuñalado por miembros de Golden Dawn en Atenas el 19 de enero de 2013- y el asesinato del activista de izquierda, Pavlos Fyssas, en septiembre del mismo año, desencadenaron el arresto de alrededor de veinte parlamentarios de Golden Dawn.

En el análisis de las diferentes fases históricas del vigilantismo en Grecia, los autores explican que el país a menudo ha sido testigo de una intolerancia profundamente arraigada contra una cantidad de grupos minoritarios, entre ellos homosexuales, personas con actitudes inclinadas a la izquierda, y diferentes grupos étnicos.

Italia y Francia

Pietro Castelli Gattinara escribe los dos capítulos siguientes: “Forza Nuova and the Security Walks: Squadrismo and Neo-Fascist Vigilantism in Italy” (Fuerza Nueva y las rondas de seguridad: el Squadrismo y el vigilantismo neofascista en Italia) y “Beyond the hand of the state: Vigilantism against migrants and minorities in France” (Más allá del alcance del Estado: Vigilantismo contra migrantes y minorías en Francia).

En Italia, las Security Walks (Passeggiate Della Sicurezza) también se utilizaron como una estrategia de reclutamiento de Forza Nuova, que solía invitar a personas locales preocupadas a unirse a sus patrullas, especialmente en áreas peligrosas o que se percibían como peligrosas.

Mientras la Lega Nord (Liga Norte) fue la primera en introducir pandillas ciudadanas que patrullaban las calles en el norte de Italia, muchos otros grupos siguieron su ejemplo a fines de la década de 1990 y principios de la década de 2000.

El autor, sin embargo, prefiere centrarse en Forza Nuova porque es el grupo que más invirtió en la promoción y difusión del vigilantismo en Italia en los últimos años.

Una serie de ideas relevantes se relacionan con la permanencia del vigilantismo en la historia del activismo fascista de Italia y cómo esto está entrelazado con factores políticos, sociales y legales específicos que fomentan el vigilantismo contemporáneo.

En el capítulo dedicado a Francia, Gattinara describe dos variantes de actividades de vigilantes, una iniciativa de abajo hacia arriba y otra de arriba hacia abajo.

La dinámica de abajo hacia arriba está encarnada principalmente por Les Calaisiens en Colère (Los Calaisiens enfadados), que surgió como respuesta al gran número de refugiados que se reunieron en la localidad de Calais. Este movimiento siempre se declaró completamente apolítico y no violento.

La variedad arriba hacia abajo era una gama de actividades de vigilantes, organizada por los denominados “identitarios”, un movimiento nativo de extrema derecha, anteriormente conocido como Bloc Indentitaire (BI, por su sigla en francés). Solían establecer un número de patrullas “antiescoria” en las calles y en el transporte público, al igual que otras acciones destinadas a convencer al pueblo francés de “defenderse” de la inseguridad ocasionada por inmigrantes.

Cabe destacar que el vigilantismo no ha atraído mucha atención de intelectuales y del público en Francia, pese a que ha habido numerosos estallidos de violencia antinmigrante con la aprobación tácita de comunidades locales en nombre de la justicia “por mano propia”.

En octubre de 2013, el alcalde de centroderecha de Calais anunció el establecimiento de una dirección de correo electrónico especial, que los ciudadanos podían utilizar para informar sobre activistas “sin frontera” e inmigrantes que residen ilegalmente en el área de la ciudad. Si el objetivo era llamar la atención acerca de las condiciones en Calais, de hecho lo que hizo fue legitimar varias iniciativas en contra de inmigrantes por parte de ciudadanos privados y organizaciones de base.

No solo los activistas se involucran en patrullaje, sino que también informan con videos y fotografías la supuesta realidad en torno a la inmigración a Europa, señalando que ofrecen material alternativo y revelan la complicidad entre las ONG y los traficantes de personas.

Actores marginales en Gran Bretaña

La profesora Elizabeth Ralph-Morrow, del King’s College, investiga “Vigilantism in the United Kingdom: Britain First and Operation Fightback” (Vigilantismo en el Reino Unido: Britain First y Operation Fightback).

Britain First es un partido político marginal de extrema derecha que organizó invasiones a mezquitas y “patrullas cristianas” en áreas urbanas controladas por musulmanes. Las primeras patrullas cristianas comenzaron en 2014 como respuesta a un video de “patrulla musulmana” en YouTube, que muestra una pandilla callejera imponiendo la ley sharia en la parte oriental de Londres. Los vigilantes cristianos se comportan de manera deliberada para insultar, provocar e intimidar a musulmanes ya sea bebiendo alcohol o afirmando que Mahoma era un falso profeta.

El capítulo analiza el curso histórico de Britain First, demostrando que sus actividades vigilantes, alusiones religiosas y uso de redes sociales los separan de partidos y movimientos que llegaron antes.

Britain First nunca fue una fuerza social o política importante, y en los últimos años incluso la presencia online e impacto de Britain First se han reducido de manera significativa debido a que Facebook y Twitter suspendieron sus cuentas y YouTube restringió el acceso a algunos de sus videos.

Un epicentro en Finlandia: los soldados de Odin

El siguiente capítulo trata sobre uno de los grupos vigilantes más conocidos de Europa. En su capítulo titulado “The Soldiers of Odin in Finland: From a Local Movement to International Franchise” (Los Soldados de Odin en Finlandia: De movimiento local a franquicia internacional) Tommi Kotonen investiga el movimiento que comenzó en Finlandia a fines de 2015 y pasó a ser el ejemplo más impactante de un movimiento transnacional de vigilantes.

Impulsado por los acontecimientos mencionados en Colonia, los Soldados de Odin (SOO, por su sigla en inglés) se esparcieron por más de veinte países en el transcurso de unos meses.

En su declaración programática, los SOO describieron el movimiento como una “organización patriótica de patrullaje callejero, que se opone a la inmigración dañina, a la islamización, a la UE y a la globalización”.

Enfatizan su papel como fuerza supuestamente preventiva, que también funciona en casos que no son exactamente ilegales, pero podrían describirse mejor como “mal comportamiento”.

Los soldados de Odin en Noruega: ¿una ruta hacia la normalidad?

Tore Bjorgo e Ingvild Magnaes Gjelsvik analizan la evolución del movimiento SOO en Noruega en el capítulo titulado “Sheep in Wolf’s Clothing? The Taming of the Soldiers of Odin in Norway” (¿Ovejas vestidas de lobos? La domesticación de los Soldados de Odin en Noruega).

El capítulo se centra en el rápido crecimiento y desintegración de los SOO en Noruega, donde gradualmente se separaron de su matriz finlandesa y posteriormente de los SOO mundiales, antes de dejar de operar luego de alrededor de un año de actividad.

Curiosamente, la razón principal para la división fue que la rama noruega se sentía incómoda con el perfil antislam cada vez más extremo de la organización matriz.

El aspecto crucial analizado por ambos expertos se refiere a una elevada proporción de líderes y miembros con un pasado delincuencial dentro de la organización. Incluso el primer líder elegido formalmente, Steffen Andrè Larsen, tenía amplios antecedentes criminales. Parte de la explicación es que la mayoría del reclutamiento se basaba en redes sociales ya existentes, a menudo creadas en prisión.

Los Soldados también proporcionaban a los nuevos miembros una nueva identidad “cool” y una especie de uniforme (camiseta negra con capucha) con un elevado poder simbólico. Es más, tanto la estructura organizativa como el proceso de reclutamiento eran versiones simplificadas de los modelos de clubes de motoqueros y la membrecía era algo que debía alcanzarse: un desafío y una oportunidad de corregirse.

Evaluando los factores que ayudaron a florecer a los Soldados de Odin en Noruega -aunque por poco tiempo- los autores subrayan que en el país no había tradición cultural alguna de personas que toman la ley por mano propia y que el ofrecimiento de los SOO de colaborar con la policía para mantener la seguridad en las calles pronto fue rechazado.

Con todo, los vigilantes podían contar con otro factor permisivo: el bajo nivel de presencia policial visible. En Noruega -y otros países noreuropeos- rara vez se ven oficiales de policía en las calles, y el vínculo entre la visibilidad policial y la percepción de seguridad es un hecho.

Un estudio sobre el fracaso: los soldados de Odin en Canadá

Emil Archambault y Yannick Veilleux-Lepage, en su capítulo titulado “Soldiers of Odin in Canada: The Failure of a Transnational Ideology” (Soldados de Odin en Canadá: el fracaso de una ideología transnacional) amplía el análisis del movimiento.

Aún más que los capítulos sobre los SOO en otros lugares, la rama canadiense combinó patrullas callejeras vigilantes con iniciativas de desarrollo comunitario y acciones de caridad.

Los SOO primero establecieron una presencia canadiense en marzo de 2016, cinco meses después de la fundación del grupo en Finlandia. En este capítulo, los autores siguen el rastro y evalúan las seis divisiones internas que afectaron al grupo durante sus primeros catorce meses de existencia en Canadá y se enfocaron en la ideología de los SOO, y en su raison d’être islamófoba y xenófoba, explícita o encubierta.

Pronto, la tensión entre un enfoque nacionalista estrictamente canadiense y una orientación “europea” transnacional civilizada resultó ser un punto de discordia irreconciliable.

Radiante y breve en Suecia

El historiador sueco Mattias Gardell es el autor del último estudio de caso: “Pop-up Vigilantism and Fascist Patrols in Sweden” (Vigilantismo emergente y patrullas fascistas en Suecia). Allí describe el surgimiento de un vigilantismo nacionalista radical entre 2013 y 2017, alimentado por un pánico moral al crimen de inmigrantes en las llamadas zonas peligrosas, y supuestamente una yihad de violación de mujeres suecas blancas.

Gardell describe cuatro categorías de activismo vigilante:

  • Sweden’s Citizens Militia, que emergió como respuesta a motines en contra de la brutalidad policial en un suburbio estigmatizado de clase marginal. El círculo interno tenía antecedentes criminales y vínculos con grupos nacionalistas radicales;
  • Los Soldados de Odin, que se caracterizaron por un crecimiento rápido que pronto disminuyó;
  • Gardet y varios otros grupos vigilantes autónomos;
  • Las patrullas del Movimiento de Resistencia Nórdico (NRM, por su sigla en inglés), una organización nacional socialista pan-nórdica, probablemente la mejor organizada y potencialmente la forma más perdurable de patrullas de vigilantes en Suecia.

Gardell argumenta que las actividades vigilantes en Suecia eran principalmente una interpretación ritual, ya sea para promover a la organización más allá de tal activismo, o articular la masculinidad sueca blanca de los participantes, al definir el espacio público como un espacio de blancos.

Con la posible excepción de las patrullas organizadas por el NRM, el autor sugiere que la repentina explosión de activismo vigilante puede entenderse como un “fenómeno popcorn”: “En el perdurable calor del ambiente nacionalista radical, reavivado por la prensa negativa sobre inmigrantes e inmigración, los ciberactivistas infiltraron ‘circunstancias alternativas’ sobre supuestos delitos de inmigrantes, zonas peligrosas, y yihad de violación de mujeres suecas blancas sancionado por sharia, a lo que ciberactivistas respondieron con convocatorias para proteger a la nación y a sus mujeres”.

Conclusión

En el capítulo de conclusiones, “Comparative Perspectives on Vigilantism against migrants and minorities” (Perspectivas comparadas sobre vigilantismo en contra de inmigrantes y minorías), los editores utilizan los abundantes datos empíricos de los diecisiete estudios de caso para analizar las preguntas de investigación planteadas anteriormente y las ideas más cruciales proporcionadas por los diferentes expertos que participaron en la obra.

Uno de los componentes más interesantes del marco teórico está relacionado con las razones de por qué surge y florece el vigilantismo. Tore Bjørgo y Miroslav Mareš identifican una serie de factores relevantes:

  1. Percepción generalizada de crisis y amenaza;
  2. La amenaza de crimen se identifica con grupos específicos que pasan a ser objetos de odio y temor;
  3. Eventos impactantes específicos que ocasionan pánico moral;
  4. La percepción según la cual la policía y otras autoridades no pueden o no tienen la voluntad de proteger a los ciudadanos;
  5. Una legislación permisiva para la autodefensa armada o patrullas civiles;
  6. Tradiciones de vigilantismo y milicias;
  7. Una base de apoyo para vigilantismo entre el público y/o entre partidos políticos;
  8. La policía y otras autoridades hacen la “vista gorda” a la violencia de vigilantes.

Asimismo, hay condiciones tangibles que hacen disminuir o fracasar el vigilantismo, y los autores las detallan:

  1. a) La reducción de la amenaza existente o percibida;
  2. b) La policía y otras autoridades demuestran que están en control de la situación;
  3. c) Falta de apoyo del público, de los políticos o de los medios de comunicación informativos;
  4. d) La policía y otras autoridades castigan severamente la violencia vigilante y el crimen por odio;
  5. e) La tendencia inherente en los movimientos de extrema derecha hacia conflictos internos y hacia la fragmentación.

Una conclusión muy interesante que los autores extraen de los muchos estudios de caso es que los grupos de vigilantes muy rara vez, si acaso alguna, logran sus objetivos declarados. Una razón clave es que, a la reivindicación por parte de estos grupos de estar brindando capacidad adicional a una fuerza policial con insuficiente personal, visiblemente le falta credibilidad. Está bastante claro que tales patrullas de vigilantes tienden a absorber capacidad policial, destinada a monitorear a los vigilantes y evitar incidentes de violencia.

Vigilantism Against Migrants and Minorities es un libro innovador y un recurso esencial para intelectuales, profesionales y lectores interesados en la teoría de los movimientos sociales, violencia política y en la evolución de la extrema derecha en Europa y otros lugares.

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