Desde la elección estadounidense de 2016, Facebook ha estado bajo fuego pesado por parte de la política de Derecha y de Izquierda. Mientras que la Derecha acusa a Facebook de censurar a los conservadores y de aplicar una doble moral en su política de discurso de odio, la Izquierda acusa a Facebook de no hacer lo suficiente para detener la difusión de noticias falsas y racismo en su plataforma. Para evitar posibles y agobiantes nuevas leyes de los Estados Unidos, Facebook ha extendido la mano a ambos lados y ha tratado de mejorar su autorregulación. Una nueva Junta de Supervisión que tendrá la palabra final en cuanto a qué discurso permitir y no permitir en la plataforma es parte de este esfuerzo. Hacerse camino en la que por lo general es la fina línea entre proteger la libertad de expresión y evitar que el discurso de odio e incitación se propague a través de la red social es una tarea delicada, de modo que mucho dependerá de la conformación de la Junta para ver si está a la altura del trabajo.
Un Comienzo Preocupante
Cuando los primeros veinte representantes de la Junta de Supervisión fueron nombrados la pasada semana, la elección de Tawakkol Karman como una de los dos representantes del Medio Oriente trajo fuertes críticas de la región. Karman es la ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2011, pero también es una ex activista del Partido Yemení por la “Reforma” (Al-Islah), la rama local de la Hermandad Musulmana.
En Twitter, el académico egipcio-estadounidense Samuel Tadros la llamó una “elección muy inquietante”, mencionando que “el control del contenido de Facebook en árabe ha sido problemático por mucho tiempo con sus tendencias islamistas.” Mientras tanto, la columnista de Al-Hurra Nervana Mahmoud advirtió que “marginar a los musulmanes no islamistas … llevará a una inclinación pro-islamista.”
No es la Primera Vez
La controversia en torno a Karman no es nueva. Cuando ella recibió el Premio Nobel de la Paz en 2011 por su defensa de los derechos de las mujeres en Yemen, fue criticada por su pertenencia a la división local de la Hermandad Musulmana. Entre otras cosas, fue señalado que el jefe del Consejo Shura de Al-Islah, Abd al-Majeed al-Zindani, había sido puesto en la lista de terroristas de los Estados Unidos debido a su “largo historial de trabajar con [Osama] bin Laden”.
Sin embargo, a los ojos del comité, estos vínculos al Islam político, de los cuales estaba consciente, no fueron un impedimento, sino más bien un beneficio adicional para elegirla. Su presidente repudió abiertamente a quienes “la percibían [la Hermandad Musulmana] como una amenaza a la democracia,” y sugirió que “Existen muchas señales de que ese tipo de movimiento puede ser una parte importante de la solución.”
La elección de Karman se adaptó a un discurso intelectual entre legisladores de asuntos exteriores y contraterrorismo, el cual fue especialmente popular durante la administración de Obama. Vio la supresión del movimiento islamista y el conflicto Israel-Palestina como los agravios musulmanes centrales, y, por lo tanto, la causa fundamental para el terrorismo islámico radical. Como tal, involucrarse y empoderar a la Hermandad Musulmana era la solución.
¿Una Liberal o una Radical?
A pesar de desempeñarse como parlamentaria por Al-Islah, Karman ganó una reputación de apoyar posiciones más liberales – defendiendo la libertad de prensa, por ejemplo, la igualdad entre musulmanes y no musulmanes, una postura que requirió significativo coraje y por la cual ella recibió muchas críticas desde dentro de su propio partido.
En contraste, después de recibir el Premio Nobel, Karman eligió visitar al líder espiritual de la Hermandad, Youssef al-Qaradawi, en Qatar. Al-Qaradawi es, incluso para los estándares de la Hermandad, un político intransigente, una autoridad clerical que ha defendido el terrorismo suicida contra los israelíes. Karman elogió sus escritos durante su reunión.
Tras la caída del presidente de la Hermandad Musulmana Mohammed Morsi en Egipto en 2013, Karman expresó su apoyo por la Hermandad y repetidamente lució el signo de Rabia en las redes sociales, el cual es asociado con las protestas internacionales lideradas por la Hermandad contra el nuevo gobernante, Abdel Fattah al-Sisi.
Jugando a la Geopolítica
En la Guerra Fría actual, que enfrenta a Arabia Saudita, Egipto y los EAU contra Turquía, Qatar y los simpatizantes de la Hermandad, Karman es percibida como partidaria de estos últimos.
Aunque los saudíes designaron a la Hermandad como una organización terrorista en 2014, ella al comienzo apoyó la intervención saudí y catarí en Yemen contra los hutíes cuando comenzó un año antes. Los hutíes, respaldados por Irán, son los enemigos jurados de su Partido Al-Islah. A lo largo de los años, con el recrudecimiento de la guerra en Yemen y el inicio de una disputa intra-árabe en el Golfo en 2017, ella se ha vuelto una de las más prominentes críticas de la intervención. Mientras que ella ha citado las razones humanitarias por las que cambió de posición, sus críticas sostienen que su agenda humanitaria es unilateral y coincide con los intereses de Turquía y Qatar, dos países que ella ha defendido vigorosamente en sus artículos y publicaciones en redes sociales.
En 2018, ella fue expulsada de Al-Islah después de que este rompiera su relación con Qatar y se realineara con Arabia Saudita. Por lo tanto, la base política de Karman ya no está en Yemen, sino en Turquía, cuya ciudadanía honoraria ya recibió en 2012 por parte de Ahmed Davutoglu, luego de su ministro de relaciones exteriores y la fuerza inicial tras su orientación neo-otomana. Bajo el gobierno del Presidente Recep Tayyip Erdogan, Turquía ha regresado a una forma más autoritaria de gobierno a nivel nacional y se ha vuelto el principal protector del movimiento islamista internacional.
Los islamistas de todo el mundo se reúnen en Estambul tras haber sido expulsados de sus países natales para discutir el futuro de su movimiento. Dicho esto, no solamente son los islamistas quienes se reúnen en Turquía; muchos refugiados árabes encuentran refugio en Turquía. Desde el comienzo de la “Primavera Árabe”, muchos oponentes del orden actual, incluyendo a periodistas, políticos e intelectuales, han emigrado a Turquía y conformado una vívida diáspora árabe. Aquí, ellos gozan de plena libertad para atacar y criticar a los regímenes árabes – con excepción de Qatar, el único estado aliado restante de Turquía en la región.
Karman juega un rol prominente en su entorno. Desde que recibió el Premio Nobel de la Paz, ella estableció varias organizaciones, las que ahora están ubicadas en Turquía. Además de la Tawakkol Karman Foundation, la que se centra en trabajo humanitario, ella también lanzó un canal de televisión, Al-Belqees, en 2014, después de recibir, según se informa, fondos y capacitación de Qatar. En el mismo año, ella también estuvo entre los fundadores del Arab Council for Defense of Revolutions and Democracy (Consejo Árabe por la Defensa de las Revoluciones y la Democracia), hoy en día conocido simplemente como el Arab Council (Consejo Árabe), junto con Moncef Marzouki, quien sirvió como presidente de Túnez durante el gobierno de Ennahda, la división tunecina de la Hermandad Musulmana.
La política del Consejo Árabe se alinea por lo general con la de la Hermandad Musulmana y Turquía. En 2019, por ejemplo, organizó un acto conmemorativo para el ex presidente egipcio Mohammed Morsi tras su muerte en una prisión egipcia. Karman había idolatrado previamente a Morsi como “el Mandela del Mundo Árabe”. Vale la pena recordar que Morsi fue conocido por sus muchas declaraciones antisemitas, habiendo llamado a los judíos, entre otras cosas, “los descendientes de los simios y los cerdos”.
La Renovación de los Islamistas
En las décadas recientes, los movimientos islamistas han profesionalizado sus mensajes y se han apropiado del lenguaje de los derechos humanos para promover sus propios objetivos, especialmente cuando se dirigen a las audiencias occidentales. Sería demasiado fácil desestimar el activismo de Karman sólo como un engaño, pero siguen existiendo preguntas difíciles. ¿Está ella comprometida genuinamente con la democracia y el pluralismo? ¿O ella ve ciertas cosas, como a Erdogan, como vehículos que pueden ser usados para llegar donde uno quiere y luego abandonarlos? La respuesta es: probablemente una combinación de ambas cosas. El hecho de que ella limita su crítica a sus oponentes políticos, mientras que cultiva fuertes vínculos con los gobiernos de Turquía y Qatar, como poco la deja expuesta a cargos por hipocresía.
Para actuar como una voz creíble para defender la libertad de expresión y luchar contra el discurso de odio, ella tendría que probar su independencia de Turquía y aceptar los aspectos problemáticos de la ideología de la Hermandad – y los islamistas en general. Estos incluyen su visión del mundo antisemita y anti-occidental, su llamamiento a un marco jurídico que discrimina a los grupos no musulmanes y a las mujeres, sus tendencias violentas y su historia de perseguir a los reformistas y críticos del Islam. La crítica a la religión es, después de todo, el fundamento de la libertad de expresión, un valor que Facebook defiende, al menos de forma nominal.
Sería prudente que Facebook instara a Karman a poner en claro su postura con respecto a estos temas y se asegurara de que ella no se volverá la voz de Erdogan en la junta. De otro modo, la nueva Junta de Supervisión estará en riesgo de debilitar todavía más la ya dañada credibilidad de Facebook como actor neutral y justo.
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