Jack Broome, analista de seguridad especializado en conflicto etno-nacionalista y actividad antiestatal en todo el este de Asia y el sureste de Asia
Introducción: Relaciones Centro-Periferia y los Uigures
La primera mención de la “Guerra contra el Terrorismo” apareció en el ahora histórico discurso de George W. Bush al congreso poco después de una semana tras el ataque a las Torres Gemelas en Septiembre de 2001. Hablando con un tono de solemne desafío el Presidente anunció: “Nuestra guerra contra el terrorismo comienza con Al-Qaeda, pero no termina allí”. Más bien, dijo Bush, la nueva amenaza a la “libertad misma” se extendió a una “red radical de terroristas… [de] alcance global”.[1] Sin embargo en muchos casos, la Guerra contra el Terrorismo fue usada por actores para dar forma a antiguos conflictos entre el estado central y los pueblos marginados que viven en sus periferias.
En su libro, The Thistle and the Drone: How America’s War on Terror Became a Global War on Tribal Islam (El Cardo y el Dron: Cómo la Guerra contra el Terrorismo de Estados Unidos Se Volvió una Guerra Global contra el Islam Tribal), Akbar Ahmed examina cada uno de los ahora numerosos escenarios de Guerra contra el Terrorismo – desde los picos nevados de la frontera Afganistán-Pakistán, hasta las arenas ocre del Sahara o las densas junglas de Filipinas del Sur – Ahmed ofrece una explicación para la inseguridad y la violencia sistémicas que han afectado a estas áreas por mucho tiempo. En lugar de los gastados tropos que colocan al Islam en el centro de un “choque de civilizaciones”, él argumenta que fue una “incapacidad para los estados musulmanes y no musulmanes por igual ya sea para incorporar a los grupos minoritarios en una sociedad liberal y tolerante o para resolver el conflicto ‘centro contra periferia’ que llevó a los Estados Unidos a los últimos “espacios no gobernados” del mundo” al ir en caza de Al-Qaeda.[2, 3]
Esto puede verse en la región montañosa y remota de Waziristán la cual forma parte de las Áreas Tribales de Pakistán. Durante siglos esta región permaneció aislada del mundo – incluso Alejandro el Grande y los emperadores mogoles Akbar y Aurangzeb pensaron que era mejor evitarla. No fue hasta que el subcontinente indio fue colonizado por los británicos que las dos principales tribus Pastún en Waziristán – los Wazir y los Mehsud – encontraron alguna forma de gobierno central. Sin embargo, los británicos comprendieron que solamente una forma de gobierno indirecto era adecuada para Waziristán y organizaron la región en agencias tribales separadas, cada una con su propio Agente Político (AP). Tras la creación de Pakistán, su padre fundador, Muhammad Ali Jinnah, no solamente conservó el sistema de gobierno, sino que también tomó el fuerte paso de retirar las guarniciones militares de la región.
Sin embargo, después de la invasión de los Estados Unidos a Afganistán, y bajo presión de Washington para asegurar la frontera para evitar que Talibán huyera, el presidente de Pakistán, el General Pervez Musharraf, ordenó el regreso militar a Waziristán por primera vez en más de medio siglo. Entonces Musharraf afirmó que las tribus Pastún estaban proporcionando refugio para figuras de Al-Qaeda de alto rango, incluyendo al segundo al mando Ayman al-Zawahiri. Esto preparó el terreno para una invasión a gran escala en 2004, la cual llevó a años de violencia e inestabilidad y finalmente a la creación de Tehrik-i-Taliban Pakistan (TTP), o el Talibán Pakistaní.
Aceh, en el extremo norte de la isla más grande de Indonesia, Sumatra, es otra área con una larga historia de conflicto centro-periferia que no fue capaz de escapar a estar asociada con la Guerra contra el Terrorismo. Habiendo permanecido independiente de los sultanatos con base en Java en la era precolonial, Aceh resistió exitosamente los intentos de subyugación por parte de los holandeses y se embarcó en una guerra de sucesión cuando el Presidente Sukarno falló en cumplir su promesa de autonomía. Por lo tanto, el pueblo de Aceh conoce muy bien las dificultades de la vida en la periferia.
Durante los años 80 y 90, un grupo separatista conocido como Movimiento Aceh Libre (GAM) obtuvo protagonismo y se volvió la principal fuente de oposición al estado central en Yakarta. Aunque GAM enfatizó la importancia de establecer un estado islámico como uno de sus objetivos principales, fue en gran parte una lucha etno-nacionalista basada en la soberanía histórica del Sultanato de Aceh. Ciertamente, el pueblo de Aceh fue típicamente receloso de la infiltración extranjera, como puede verse en el limitado éxito que halló Arabia Saudita al tratar de infundir su ideología de Salafismo/Wahabismo en el movimiento. Sin embargo, con la llegada de la Guerra contra el Terrorismo, el gobierno en Yakarta se apresuró a trazar vínculos entre GAM y las organizaciones salafistas-yihadistas como Al-Qaeda, e incluso reportó un plan para transferir la base de operaciones de Al-Qaeda en Afganistán hacia Aceh.[4]
Pero quizás uno de los ejemplos más notables es China, que peleó con sus periferias durante miles de años, tanto así que las sucesivas dinastías construyeron e incrementaron una red de murallas y otras defensas que se extienden por 21,196 km (14,000 millas) – ahora conocida como la Gran Muralla de China – para proteger sus tierras centrales de los “bárbaros” al norte y al oeste. Mientras que históricamente el enfoque principal estuvo sobre los Xiongnu – un pueblo nómada de la estepa euroasiática – y luego los mongoles y los tibetanos, más recientemente los conflictos de China con sus periferias se han centrado en los uigures en la provincia del lejano oeste de Sinkiang, así como Taiwán y Hong Kong.[5]
Una Historia sobre la Periferia de China
Como una minoría musulmana túrcica que vive en las periferias de China, los uigures han tenido que confrontar múltiples misiones de centralización de sus vecinos del este. De hecho, Michael Clarke de la Universidad Nacional Australiana argumenta que la resistencia de los uigures contra varias iteraciones de los estados chinos ha sido constante desde que Sinkiang fue puesta bajo el dominio chino por el emperador Qing Qianlong a mediados del siglo 18.[6] Otro ejemplo temprano notable es la Rebelión de los Dunganes que alcanzó a Sinkiang en 1864 y llevó al establecimiento de un emirato independiente llamado Kashgaria antes de que el General Zuo Zongtang reconquistara la región en 1877.
Desde entonces, los movimientos de independencia uigures han proclamado en dos ocasiones separadas una “República Independiente del Este de Turkestán”, primero en Kasgar en 1933 y luego en Ghuljar en 1945.[7] Estas fueron, sin embargo, muy cortas y desde entonces los uigures han vivido bajo el gobierno de la Región Autónoma Uigur de Sinkiang (XUAR) como parte de la República Popular China (PRC).
Antes del 2001, las descripciones del gobierno central de China sobre estallidos de violencia en Sinkiang eran propensas a adherirse al lenguaje de un conflicto etno-nacionalista. Durante los primeros días de la PRC, la propaganda oficial reflejó la ideología comunista predominante del momento, refiriéndose a los actos de disconformidad como “revueltas contrarrevolucionarias”. Después, el énfasis se movió hacia el separatismo, siendo que el término “separatistas nacionales” se volvió un calificativo popular para las organizaciones militantes uigures.[8, 9]
Mientras que el Islam siempre fue retratado como una amenaza, no fue visto como intrínsecamente peligroso. Más bien, la preocupación fue el vínculo percibido entre la identidad étnica uigur y el Islam, y la posibilidad de que esto actúe como un sitio alternativo de lealtad al estado central. En particular, Pekín trató de protegerse contra la posibilidad de que el Islam pudiera desempeñar un papel similar al que tuvo en Asia Central soviética, en el que se volvió un vehículo para la movilización durante las rebeliones secesionistas a principios de los años 90.[10]
Sin embargo, tan sólo dos semanas después del ataque a las Torres Gemelas, los reportes oficiales dieron un giro dramático hacia el lenguaje de contraterrorismo. De acuerdo con James Millward, un experto en Sinkiang, lo que había sido previamente el trabajo de un puñado de separatistas era ahora una “organización terrorista en toda regla” con vínculos con la comunidad yihadista internacional.[11] El 29 de noviembre de 2001, el gobierno lanzó un documento titulado ‘Actividades Terroristas Perpetradas por Organizaciones de “Turkestán del este” y sus Vínculos con Osama bin Laden y el Talibán’ el cual afirmaba que la “fuerza de ‘Turkestán del este’” cuenta con un total de más de 40 organizaciones, ocho de las cuales defienden abiertamente la violencia, y también contenía la primera referencia pública al Movimiento Islámico del Este de Turkestán (ETIM).
ETIM es descrito como “un componente principal de la red terrorista liderada por Osama bin Laden”, que recibe apoyo financiero tanto de Al-Qaeda como del Talibán. Además, se dijo que ETIM había establecido un “’Batallón especial de China’ en Afganistán con alrededor de 320 terroristas de Sinkiang” quienes recibían entrenamiento en los campos operados por Al-Qaeda, el Talibán y el Movimiento Islámico de Uzbekistán (IMU), e incluso luchaban “directamente bajo” su mando.[12]
Luego, en enero de 2002, Pekín publicó un “libro blanco” titulado las ‘Fuerzas Terroristas de “Turkestán del este” No Pueden Escapar con Impunidad’, el cual entró en mayores detalles sobre las actividades de ETIM y otros grupos de “Turkestán del este” y fue el primer reconocimiento público del alcance de la actividad antiestatal en la región. Con el respaldo de la evidencia obtenida casi exclusivamente de las agencias de inteligencia parciales de China y Asia Central, en septiembre de 2002 los Estados Unidos y las Naciones Unidas reconocieron oficialmente a ETIM como una organización terrorista, una que planteaba una amenaza directa para China.[13]
Habiendo vinculado exitosamente al movimiento de independencia uigur con la Guerra contra el Terrorismo, Pekín esperó ganar apoyo internacional para sus medidas severas y represivas en Sinkiang, así como mejorar las relaciones con la administración de Bush, la cual había etiquetado recientemente a China como un “competidor estratégico”.[14] También hubo quienes argumentaron que los Estados Unidos se beneficiaron de esto, tal como es el caso del académico Sean Roberts, quien supuso que el reconocimiento de ETIM fue una acción quid-pro-quo a cambio de apoyo chino para la más amplia Guerra contra el Terrorismo y quizás, más directamente, para la entonces inminente invasión de Irak.[15]
Transnacionalización de la Militancia Uigur
La militancia uigur se ha expandido a lo largo del globo desde aquel momento, apareciendo en lugares tan lejanos como Afganistán, Indonesia, Kirguistán, Noruega, Pakistán, Siria, Turquía, Tailandia y los EAU. Una nueva organización conocida como el Partido Islámico de Turkestán (TIP), la cual se cree que es la reencarnación de ETIM, ha crecido para convertirse en un miembro significativo de la alianza Qaeda-Talibán, operando en las áreas fronterizas entre Afganistán y Pakistán, y su grupo hermano, El Partido Islámico de Turkestán en el Levante (TIPL), es uno de los más poderosos afiliados de Al-Qaeda que actualmente opera en Siria.
Como la organización militante uigur principal, TIP es capaz de convocar a cientos de reclutas en la región Afganistán-Pakistán y potencialmente a más de 2000 combatientes en Siria. En agosto de 2016 comenzaron a surgir reportes del supuesto involucramiento de TIP en un ataque a la embajada de China en Biskek, la capital de Kirguistán. Mientras que todavía no se ha confirmado, si fuera cierto esto representaría el primer ataque por parte de una organización terrorista alineada con los uigures sobre un objetivo chino fuera de China.
También existió evidencia de una pequeña, pero aparentemente comprometida, presencia uigur en las filas del Estado Islámico (ISIS) antes del colapso de su califato a comienzos de 2019. Aunque el número estimado de uigures en ISIS ha oscilado hasta 500, los mejores datos disponibles, de los formularios de registro de combatientes extranjeros según lo examinado por Nate Rosenblatt en New America Foundation, encontraron a 114 reclutas de China, casi todos identificados como uigures de “Turkestán del este”.[16]
El estudio de Rosenblatt señaló que para todos los lugares de origen de más alto rango para combatientes de ISIS, los combatientes tenían la tendencia a provenir de regiones con “historias intranquilas y relaciones tensas a nivel local-federal”. Esto es cierto para los uigures de Sinkiang, para residentes de Derna en el este de Libia (que tuvo el más alto número de reclutas per cápita en la muestra de Rosenblatt), y para los sunitas del norte de Líbano, quienes han sido excluidos durante mucho tiempo de los salones del poder en Beirut.
En una próxima serie de artículos que se inspiran en meses de investigación realizada a cargo del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS-Asia), buscaré abordar la cuestión de cómo una causa que comenzó como un movimiento etno-nacionalista fundado en la narrativa de las relaciones centro-periferia ha mutado en un conflicto transnacional con vínculos con las organizaciones islámicas fundamentalistas. Cada artículo abordará un centro regional separado de militancia uigur con un nuevo ángulo temático y buscará rastrear la evolución del movimiento de independencia uigur desde su lugar de nacimiento en Sinkiang hasta sus alcances más lejanos en Siria, Turquía y Noruega. Al hacer esto, espero echar luces sobre los errores de la política contraterrorista de China en Sinkiang, condenada por Sean Roberts como una “profecía autocumplida” y, en muchas formas, la antítesis de cualquier manual para contrarrestar el extremismo violento.[17]
Referencias
[1] “Full text of President Bush’s address to a joint session of Congress and the nation”, The Washington Post, 20 September 2001. https://www.washingtonpost.com/wp-srv/nation/specials/attacked/transcripts/bushaddress_092001.html
[2] Akbar Ahmed and Harrison Akins, “Waziristan: ‘The most dangerous place in the world’,” Al-Jazeera, 12 April 2013. https://www.aljazeera.com/indepth/opinion/2013/04/20134983149771365.html
[3] Akbar Ahmed, The Thistle and the Drone: How America’s War on Terror Became a Global War on Tribal Islam (2013).
[4] Akbar Ahmed and Harrison Akins, “Aceh elections and the fragility of peace”, Al-Jazeera, 9 April 2012. https://www.aljazeera.com/indepth/opinion/2012/04/20124884744373421.html
[5] James A. Millward, “What Xi Jinping Hasn’t Learned From China’s Emperors”, The New York Times, 1 October 2019. https://www.nytimes.com/2019/10/01/opinion/xi-jinping-china.html
[6] Michael Clarke, China’s “War on Terror” in Sinkiang: Human Security and the Causes of Violent Uighur Separatism (2008).
[7] Michael Clarke, Australian Strategic Policy Institute (ASPI) 2019 CT Yearbook (2019).
[8] James Millward, Violent Separatism in Sinkiang (2004).
[9] Michael Clarke, China Sinkiang and the Internationalisation of the Uyghur Issue (2010).
[10] Michael Clarke, China’s “War on Terror” in Sinkiang: Human Security and the Causes of Violent Uighur Separatism (2008).
[11] James Millward, Violent Separatism in Sinkiang (2004)
[12] “Terrorist Activities Perpetrated by ‘Eastern Turkistan’ Organizations and Their Links with Osama bin Laden and the Taliban”, China’s Permanent Mission to the United Nations, 29 November 2001. http://www.china-un.org/eng/zt/fk/t28937.htm
[13] Sean R. Roberts, Imaginary Terrorism, The Global War on Terror and the Narrative of Uyghur Terrorism (2012).
[14] James Millward, Violent Separatism in Sinkiang (2004).
[15] Sean R. Roberts, Imaginary Terrorism, The Global War on Terror and the Narrative of Uyghur Terrorism (2012).
[16] Nate Rosenblatt, All Jihad is Local, What ISIS’ Files Tell Us About Its Fighters (2016).
[17] Sean R. Roberts, The Narrative of Uyghur Terrorism and the Self-fulfilling Prophecy of Uyghur Militancy, p123, in Terrorism and Counter-Terrorism in China (2018), Edited by Michael Clarke.