
Jacob Aasland Ravndal es miembro con grado postdoctoral en el Centro de Investigación del Extremismo: Extremismo de derecha, crímenes de odio y violencia política, Universidad de Oslo.
Su investigación actual versa sobre la relación entre militantes de izquierda y de derecha en Escandinavia, y entre el extremismo político (ideas) y la violencia política (actos) de manera general.
Tiene también interesado en el uso de inteligencia en operaciones domésticas de contraterrorismo, así como también en operaciones internacionales de paz.
1) En su último artículo para The Washington Post, Ud. sugirió que el terrorismo de extrema derecha y la violencia podrían realmente haber disminuido. Aparentemente, esto contrasta con la idea generalizada de un aumento.
¿Podría darnos más información sobre su punto de vista?
En efecto, punto de vista es la palabra clave aquí. Para determinar si algo está en aumento o en descenso, debemos en primer lugar ponernos de acuerdo acerca de la extensión de tiempo en el que estamos interesados, y el periodo de tiempo con el que lo compararemos. En general, en lo que a tendencias se refiere, periodos más largos proporcionan mejor información y más confiable que periodos más cortos. Mi investigación documenta el terrorismo y la violencia de extrema derecha en Europa Occidental desde 1990 en adelante, incluyendo tanto ataques letales como no letales, así como también planes terroristas. Sin embargo, si fuésemos a retroceder todavía más en el tiempo, por ejemplo hasta el periodo completo posterior a la Segunda Guerra Mundial, veríamos que los niveles de terrorismo y violencia eran aún mayores durante la década de los 60’s, 70’s y la primera parte de los 80’s, especialmente en países como Italia, España, Francia y Alemania.
Un segundo punto importante a considerar, es la unidad sujeta a observación, que a su vez debería estar determinada por el objetivo de la investigación. Si el interés está en documentar tendencias como la variación en los niveles de violencia a lo largo del tiempo o de un lugar a otro, contabilizar la cantidad de eventos letales probablemente sea la mejor (aunque no necesariamente perfecta) medida disponible debido a los problemas inherentes relacionados con la información limitada y sesgada en esta área. Existen también problemas por el alcance de los conceptos, como incluir crímenes de odio no violentos, o violencia apolítica, a tiempo de medir los niveles estimados de violencia de extrema derecha. A manera de comparación, si el interés estuviese en el daño provocado a las víctimas y a sus familiares, entonces la cantidad total de personas asesinadas es una medida más relevante, así como también los niveles de crímenes de odio de manera más general.
Un último punto en el que mi colega Pete Simi coincide conmigo, radica en que, dado que la violencia de extrema derecha es usualmente ignorada en la esfera pública, al menos en comparación con el terrorismo islámico, la noción de que ésta estaría aumentando sería una secuela intuitiva de los ataques más grandes, porque la gente, que en general no presta mucha atención a esta amenaza, repentinamente se percata de ella, y por lo tanto la percibe como algo nuevo o algo que va en aumento.
2) La(s) noción(es) de identidad es/son crucial(es) tanto en la violencia motivada por la religión como en la violencia de extrema derecha. ¿Cuáles son las similitudes y las diferencias entre estas visiones del mundo en términos de búsqueda de identidad?
Hay mucho por decir respecto a este tema interesante, pero dado que éste cae fuera de mi propio campo de investigación, al menos hasta hace poco, debo ser cauteloso y no hablar por demás. En términos muy generales, creo que es más fructífero abordar estos dos como manifestaciones distintas de un fenómeno similar, antes que como dos manifestaciones similares de fenómenos fundamentalmente diferentes. Esto incluye una búsqueda general de identidad, si bien por supuesto existen diferencias importantes, como ser perspectivas de una minoría frente a las de una mayoría y una identidad religiosa universal frente a una identidad étnica basada en territorio.
3) Ud. posee un conocimiento sorprendente acerca de los patrones y las dinámicas radicales en Escandinavia. ¿Cree Ud. que la región se constituye en un caso propio? ¿Existen lecciones que el resto de Europa puede aprender de los esfuerzos escandinavos para Prevenir el Extremismo Violento (PEV) y Contrarrestar el Extremismo Violento (CEV)?
Si la región escandinava puede ser utilizada como base para ser luego generalizada dependerá enteramente de su pregunta de investigación. Ciertamente los países escandinavos son bastante representativos de las democracias occidentales en general. Son quizá particularmente relevantes para estudiar las dinámicas del extremismo y la radicalización bajo el contexto de democracias liberales teniendo en cuenta la relativa estabilidad de sus sistemas políticos, su nivel de consolidación democrática, y las calificaciones comparativamente altas en valores liberales.
En lo que respecta a los esfuerzos PEV y CEV, que por cierto también caen fuera de mi investigación, creo que otras democracias occidentales podrían hallar inspiración en algunos de los trabajos llevados a cabo en la región, particularmente en Dinamarca, un país que ha estado a la vanguardia del desarrollo de ideas y soluciones innovadoras, especialmente en relación con los denominados enfoques multi-agencias en CVE, a veces referidos como “modelo danés”.
4) Lograr el equilibrio correcto entre investigación cuantitativa y cualitativa es uno de los aspectos más complejos en estudios sobre terrorismo. ¿Cómo ve Ud. la relación entre estos dos enfoques?
Un descubrimiento interesante que discutiré junto con un colega estadounidense en un estudio en el que estamos trabajando actualmente, es que los enfoques cuantitativos, particularmente aquellos que procuran inferir causalidad, son aún muy raros en las publicaciones especializadas en terrorismo, mientras que investigaciones sobre terrorismo publicadas en periódicos generales muy bien considerados son casi exclusivamente cuantitativos. Lo que esto signifique sigue siendo una incógnita, pero sí es una señal de algún tipo de sesgo en ambas partes.
Creo que una respuesta sencilla a su pregunta sería que en investigaciones sobre terrorismo, como en todo otro campo, los enfoques cuantitativos y cualitativos se complementan entre sí, y necesitamos ambos si queremos desarrollar explicaciones precisas, pero también generalizables, que puedan ser utilizadas para construir políticas futuras. Dado que yo mismo he creado un conjunto de datos, frecuentemente soy considerado como una persona cuantitativa, pero este en verdad no es el caso, pues la mayor parte de mi investigación es cualitativa. Sin embargo, he adquirido recientemente un fuerte interés por métodos de teoría de conjuntos, especialmente el Análisis Comparativo Cualitativo (ACC), que en realidad une los mejor de estos dos mundos.
5) Para concluir, ¿puede la extrema derecho llegar a constituirse en una amenaza real para Europa?
Desde una perspectiva netamente de seguridad, la extrema derecha presenta una amenaza claramente limitada pero estable, en especial para ciertos grupos que conforman su blanco, como ser los musulmanes y otros grupos minoritarios, enemigos políticos de izquierda, y representantes del gobierno. No existen motivos para creer que esta amenaza vaya a desaparecer pronto. En todo caso, una combinación de polarización social en aumento, radicalización en línea, flujo transnacional de ideas e información táctica sobre armas y recetas para fabricar bombas, podrían habilitar a más personas para llevar a cabo ataques solitarios o en cooperación con un puñado de individuos.
Habiendo dicho esto, desde una perspectiva democrática liberal, creo que la amenaza más preocupante desde la extrema derecha es su creciente prominencia en el mercado político de las ideas, y las consecuencias negativas potenciales que dichas ideas pueden llegar a tener si se trasladan a las políticas de gobierno actuales por medio de procedimientos democráticos. Es por esta razón que algunas de las preocupaciones generales que alimentan y son explotadas por estas ideas, deben ser tomadas en serio por los líderes políticos con un auténtico compromiso hacia valores liberales democráticos.