European Eye on Radicalization
El régimen Islamista Chiíta en Irán tiene una larga relación con la Hermandad Musulmana Sunita, tal como ha sido previamente documentado por European Eye on Radicalization. Nuevos detalles que demuestran que esta relación continúa fueron recientemente publicados en The Intercept por James Risen
Antecedentes
Los Hermanos y el clero revolucionario que imperan en Irán estuvieron en contacto antes de la revuelta islamista de 1978-9 que derribó al sah. El fundador de la Hermandad, Hassan al-Banna, estableció contacto antes de que fuera asesinado en 1949, y los líderes terroristas iraníes, el semillero para los revolucionarios posteriores, tales como Mojtaba Mirlohi (Navvab Safavi), vinculados con el ideólogo de la Hermandad Sayyid Qutb. Todo el lenguaje del movimiento islamista iraní se inspiró en el léxico y conceptos de la Hermandad.
Operativos clave que hicieron posible que el movimiento islamista iraní se extendiera al poder en 1979, como Ebrahim Yazdi, colaboraron con las redes internacionales de la Hermandad. Yazdi fue el representante con mucha labia y aparentemente occidentalizado del líder de la revolución y el primer Líder Supremo de la República Islámica, el Gran Ayatolá Ruhollah Khomeini. Fue Yazdi quien ayudó a convencer a tantos en el occidente de que no deberían temer a la caída del sah ya que el siguiente régimen sería liberal – teniendo a Khomeini confinado a un seminario en Qom. El actual Líder Supremo iraní, Ali Khamenei, entró a la política por medio de Mirlohi y sigue siendo un admirador de Qutb.
La principal excepción para Irán ha sido siempre la Hermandad Musulmana de Siria, que nunca ha perdonado al régimen clerical por su apoyo a la dinastía Assad, específicamente a la brutal masacre en la ciudad de Hama en febrero de 1982, del levantamiento liderado por la Hermandad que comenzó a finales de los años 70. En general, la Hermandad consideró el mensaje panislamista de la teocracia iraní como sincero, y la aparición del régimen islamista como un ejemplo al cual aspirar. Una visión similar fue llevada por islamistas “más duros” quienes irían más allá para formar el movimiento salafista yihadista, particularmente Ayman al-Zawahiri, el líder actual de Al-Qaeda. Pero los Hermanos Sirios vieron al modelo de Teherán como sectario de pies a cabeza – una república chií que había apoyado a una tiranía de Alawi en el asesinato de los sunitas.
Egipto y su Hermandad, la rama madre de la organización global, son bastante distintos a la de Siria. Libres de las divisiones sectarias del Levante, los egipcios tienen una de las identidades musulmanas que más simpatizan con los chiitas. Como fue mencionado, Qutb hizo contacto con los predecesores de los gobernantes actuales de Irán, y no es un secreto que el régimen de Irán estuvo en contacto con la Hermandad Egipcia hasta 2012 y 2013: Representantes iraníes viajaron a Egipto para reconocer públicamente al entonces presidente egipcio Muhammad Morsi, un miembro de la Hermandad, y Morsi fue abiertamente a Irán.
Después de que Morsi fuera destituido en julio de 2013, sin embargo, con el país moviéndose firmemente en el bloque del Golfo liderado por Arabia Saudita/EAU, no era claro qué tanto podría ayudar Teherán a la Hermandad Egipcia, siendo por lo tanto incierta la cantidad de contacto que todavía existía.
Nuevas Revelaciones
El artículo de Risen en The Intercept parte de un cablegrama de inteligencia iraní enviado por un representante del Ministerio de Inteligencia (Vezarat-e Ettelaat), el antiguo VEVAK o Ministerio de Inteligencia y Seguridad (MOIS), que ahora generalmente se denomina Ettelaat en su forma corta.
El operativo de Ettelaat que envió el cablegrama era efectivamente un espía en una reunión con la Hermandad Egipcia organizada por la sección externa de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), la Fuerza Quds (IRGC-QF). Ettelaat trata de mantener un ojo sobre la IRGC-QF, un rival burocrático que es más poderoso dentro del estado iraní al lidiar con aliados extranjeros y agentes. (Otro cablegrama iraní filtrado desde Irak publicado por The Intercept muestra a Ettelaat trabajando efectivamente como subordinado de IRGC como el aparato espía-terror de Irán manteniendo su sujeción sobre Bagdad.)
La reunión se llevó a cabo en abril de 2014. El comandante de IRGC-QF, Qassem Soleimani, en la práctica el sub-líder de Irán, a quien se le impidió asistir a la reunión en un hotel en Turquía ya que el gobierno turco se adhirió a las sanciones a Irán, específicamente a Soleimani, y por lo tanto él tenía prohibido ingresar al país. Un tal “Abu Hussain” asistió a la reunión en lugar de Soleimani, informa Risen. “La administración de Trump designó a los Guardias Revolucionarios como una organización terrorista extranjera en abril [2019] y la Casa Blanca supuestamente ha estado presionando para añadir a la Hermandad Musulmana a la lista.”
“La Hermandad Musulmana fue representada por tres de sus más prominentes líderes egipcios en exilio: Ibrahim Munir Mustafa, Mahmoud El-Abiary, y Youssef Moustafa Nada”, explica Risen. Nada fue brevemente conocido cuando fue sancionado por las Naciones Unidas durante la administración de George W. Bush por financiar a Al-Qaeda, aunque estas sanciones fueron luego omitidas por falta de evidencia. Nada – el único de estos tres Hermanos disponibles para dar comentarios – negó rotundamente a The Intercept que la reunión se llevara a cabo.
El contexto de la reunión fue cuando el Estado Islámico (ISIS) estaba comenzando su embestida en Irak y Siria que culminaría en la declaración del califato en junio de 2014. En enero de 2014, Faluya había caído ante ISIS, y el gobierno iraquí sectario, autoritario y leal a Irán de Nouri al-Maliki había comenzado una contraofensiva que era tan torpe como brutal e incluyó el uso de milicias proxy de IRGC-QF, tales como Asaib Ahl al-Haq que muy pronto formarían abiertamente – y ya tenían creado en forma de embrión – el conglomerado de la milicia chiita en Irak, modelado sobre el IRGC en Irán, conocido como Hashd al-Sha’abi.
La finalidad de la reunión, tal como lo dijo uno de los líderes de la Hermandad, habiendo reconocido el cisma sunita-chiita, era encontrar “puntos en común para la cooperación”. La Hermandad dijo que la hostilidad compartida hacia Arabia Saudita – “el enemigo común” – era un área de operaciones potencialmente fructíferas, y los Hermanos pensaron que Yemen era el mejor lugar para comenzar.
“En Yemen, con la influencia de Irán sobre [los] hutíes y la influencia de la Hermandad sobre las facciones sunitas tribales armadas [como Al-Islah], debería haber un esfuerzo conjunto para disminuir el conflicto entre los hutíes y las tribus sunitas para ser capaces de usar su fuerza contra Arabia Saudita,” dijo la delegación de la Hermandad.
Irak fue visto por los Hermanos como otro lugar donde los intereses de Irán-Hermandad se podrían alinear. “En Irak, es bueno disminuir la tensión entre chiitas y sunitas y dar a los sunitas una oportunidad para participar en el gobierno iraquí también”, dijo uno de los líderes de la Hermandad, de acuerdo con el cablegrama de Ettelaat. La Hermandad reconoció, sin embargo, que “no había nada… que hacer sobre Siria”, donde ambos eran irremediablemente opuestos.
La Hermandad rehusó “cualquier ayuda desde Irán para actuar contra el gobierno de Egipto”, probablemente porque comprendió qué tan dañino sería políticamente si fuera vista aceptando ayuda de Irán.
Hubo algo de menor tensión en la reunión, con la Hermandad menospreciando a la Fuerza Quds por no tomar el camino “paciente” al poder, y a su vez la Fuerza Quds “estando en desacuerdo en cuanto a que debería existir una alianza de chiitas y sunitas”. Además, en términos de políticas concretas, independientemente de sus diferencias tácticas-ideológicas, la Fuerza Quds dijo que “nunca tuvieron diferencias con la Hermandad”.
Conclusión
Incluso en la atmósfera sectaria potenciada del Medio Oriente durante los recientes años, los islamistas tienen más en común entre sí que con las masas de musulmanes en general, quienes están tratando de construir y reconstruir vidas normales tras un periodo de tormenta, y ciertamente más en común que lo que tienen con el occidente. Como tal, la probabilidad de cooperación sigue siendo alta, y los legisladores deberían tener esto en mente cuando traten de construir una estrategia que contenga al régimen de Irán y al radicalismo sunita.