European Eye on Radicalization
El Dr. Lorenzo Vidino, máximo experto occidental sobre la Hermandad Musulmana en Europa y Estados Unidos, se interesó en el movimiento poco después del 11 de septiembre de 2001, por la vinculación entre los ataques y Milán.
En la década de 1990, el Centro Cultural Islámico de Milán -ciudad natal del autor- era el principal núcleo de cientos de militantes islámicos que lucharon en Bosnia junto al Gobierno. A la cabeza de los combatientes extranjeros estaba asimismo el imam de la mezquita en Milán,
Como señala el autor, el detonante de su interés estuvo en observar que era posible encontrar estereotipos de yihadistas en mezquitas, y que aquellos que financiaban tales mezquitas eran muy diferentes: unos cuantos hombres de negocios de alto perfil con una red de empresas, dinero en paraísos fiscales de ultramar, y relaciones bien establecidas con las elites tanto de Oriente como de Occidente.
Por tanto, una de las primeras preguntas de la investigación se refiere a cómo estos dos elementos interactuaban entre sí.
Este y muchos temas relacionados se dieron a conocer en el primer libro del autor, The New Muslim Brotherhood in the West (La nueva Hermandad Musulmana en Occidente, 2010) y ahora, una década después, vuelve a enfocarse en el tema en The Closed Circle. Joining and leaving the Muslim Brotherhood in the West (El círculo cerrado: Unirse y salir de la Hermandad Musulmana en Occidente).
El tema crucial que el Dr. Vidino y muchos otros expertos de todo el mundo han estado poniendo de relieve en las últimas décadas es que, pese a sus complejidades y ramificaciones, el yihadismo es bastante lineal gracias a su visión maniquea del mundo y a la ausencia de los típicos matices de la mentalidad yihadista. La Hermandad Musulmana y grupos similares a la Hermandad, por el contrario, nunca son blanco o negro y jamás tienden a dar explicaciones simplistas. Hace diez años, The New Muslim Brotherhood in the West describía cómo el movimiento llegó a Occidente y cómo opera y persigue sus metas. Hoy, The Closed Circle hace exactamente lo que dice el título, completa la historia, agregando una impresionante cantidad de información obtenida de las historias personales de quienes dejaron la Hermandad.
Claro, bien estructurado y muy original, el libro se desarrolla a lo largo de una serie de entrevistas exhaustivas, en las cuales el respeto del autor por sus interlocutores es siempre evidente, junto a la percepción de la complejidad del peregrinar de personas que “deben admitir ante sí, primero y luego ante otros, que durante años o una vida entera han estado dedicadas a una organización o a una causa en la cual ya no creen”. Deben enfrentar las consecuencias de tal toma de conciencia.
A lo largo de diez capítulos, el libro se desarrolla con un sorprendente equilibrio entre la precisión histórica y las narraciones de los antiguos miembros del movimiento.
Las secciones preliminares nos hablan de las características centrales del movimiento impoluto de la Hermandad, de sus orígenes y de las organizaciones sobre las que ejerció influencia. Se observa un interesante detalle de las entrevistas acerca de los complejos vínculos con otros miembros, instituciones, y organizaciones, tanto en Occidente como en países árabes. The Closed Circle presenta luego siete secciones, cada una de ellas basada en una entrevista exhaustiva ya sea con un exmiembro de la Hermandad en Europa o Estados Unidos, o -como en dos casos- con alguien que tiene profundo conocimiento de las redes de la Hermandad Occidental desde dentro.
En un peregrinar orgánico y coherente, que tanto los expertos del islamismo político como el público en general pueden seguir fácilmente, el libro basado en una meticulosa investigación presenta el proceso de abandono del movimiento dentro del contexto de todo el camino recorrido por las personas que han sido entrevistadas y cada sección se refiere a tres fases: unirse al grupo, vivir en él y eventualmente abandonarlo.
Las razones para abandonar son tan complicadas y variadas como las razones que inicialmente atrajeron a las personas reclutadas. Un egipcio de 81 años de edad, Kamel Helbawy, contribuyó a la forma que adoptaría la Hermandad Musulmana en Occidente y continuó defendiendo la ideología del grupo aún después de dejarlo. Ahmed Akkari, abandonó totalmente el islamismo político. Pierre Durrani, un converso sueco, se cansó de la narrativa de victimización, de las quejas de la Hermandad, y de que los Hermanos desempeñaran lo que denomina “ingenuidad de ojos azules”. Pernilla Ouis, abandonó su rol en el universo de la Hermandad en Suecia por múltiples razones, entre ellas las tácticas manipuladoras que se utilizaban en el grupo y el racismo interno en contra de los suecos.
Indudablemente, la obsesión por el secreto es uno de los factores que llevaron a algunos a salir. “No estamos vendiendo drogas, estamos propagando dawa (trabajo misionero)”, declara Kamel Helbawy. La defensa de la falta de transparencia generalmente se refiere a que el secreto es necesario para evitar vigilancia e infiltración por parte de los regímenes, lo cual realmente no es una explicación válida en Occidente. Resulta interesante que para muchos de ellos el secreto, la intriga y la conspiración eran parte de la atracción que los hizo unirse inicialmente a la Hermandad: era emocionante y apasionante. Pero posteriormente se transformó en una razón para abandonarla.
La cultura universal de obediencia, que parece excluir cualquier tipo de pensamiento independiente, y la falta de democracia interna son otras dos razones comunes que llevaron a las personas a abandonar la Hermandad, particularmente entre los miembros más jóvenes.
Muchos activistas, tanto musulmanes de nacimiento como conversos, no podían soportar el uso sistemático de tácticas manipuladoras dentro de los grupos y en el diálogo con el mundo exterior. Como explicaba la antes mencionada señora Ouis: “Estábamos muy bien formados y sabíamos cómo convencer a los interlocutores suecos. Utilizábamos herramientas posmodernas para cuestionar las bases de la sociedad, y relativizar todo a fin de encajarlo en nuestra agenda. Conocíamos la cultura y siempre teníamos formas elegantes de eludir la crítica, de darle vuelta a la tortilla”.
Los sesgos étnicos en contra de los miembros no árabes del grupo también resultaban intolerables para muchos de quienes decidieron desconectarse, particularmente el racismo contra los europeos de los países donde vivían, de los eritreos y somalíes y otros musulmanes africanos, considerando que el liderazgo siempre ha sido casi exclusivamente árabe.
La evidencia contenida en el libro, que brinda un análisis cualitativo y por tanto no pretende proporcionar datos estadísticamente relevantes, sugiere que, si bien los procesos de abandono son extremadamente diversos, los relatos contenidos en él son notoriamente coincidentes. Esta es una de las características que hacen de The Closed Circle un libro excepcionalmente esclarecedor: el autor tuvo una intuición y demostró que estaba en lo correcto.
Al dejar la Hermandad, el proceso puede cobrar dos formas: desilusión en torno al tipo de islamismo adoptado por el movimiento, o desilusión con el islamismo tout court.
En el primer caso, es posible que los activistas estuvieran en busca de un enfoque menos gradual. Como explica Vidino, no es casual que en los últimos años la Hermandad hubiera padecido bastante por el concurso de varias tendencias de salafismo. Privados de los derechos del movimiento, pero no así del islamismo, es posible que algunos acepten la más radical de las muchas subcorrientes de salafismo: el yihadismo. En tanto que otros exmiembros se inscriben en formas más liberales de pensamiento que a veces se describen bajo el término general de posislamismo.
En el segundo caso, cuando las personas abandonan no solo la organización sino el islamismo, rompen con toda forma de fe.
En cuanto se refiere a la relación entre la Hermandad y el yihadismo -uno de los primeros temas que documentaron los intereses de investigación de Dr. Vidino- el autor alerta que la verdad yace en un espectro complejo y que esta relación varía en el tiempo y contextos, y merece análisis más exhaustivos. Con todo, cabe destacar que ambos tienen raíces comunes, por ejemplo, en el pensamiento de Sayyd Qutb y el objetivo final: el establecimiento de un Estado islámico, aunque empleando diferentes metodologías y vislumbrando diferentes modelos de sociedad.
En este sentido, Vidino advierte que mientras uno escucha frecuentemente que los Hermanos “prefieren el voto a las balas”, esto requiere cierto análisis, pues sería un error pensar que los Hermanos han abandonado totalmente la yihad como estrategia para lograr sus metas, y son abundantes los ejemplos de involucramiento en acciones violentas incluso en los últimos años.
La relación de la Hermandad con la yihad es tanto de competencia como de cooperación, en diversos grados a través de varias épocas, lugares y circunstancias.
En el último capítulo, el Dr. Vidino observa el futuro de la Hermandad y proporciona algunas ideas sobre una serie de posibles tendencias, aunque observa que es extremadamente difícil de predecir.
El autor no exagera sobre la amenaza que representa el movimiento ni acepta sus argumentos de ser una mera unión pacífica y ecuménica de musulmanes devotos.
Las historias contenidas en su libro probablemente señalan un descontento más amplio dentro del movimiento. No podemos afirmar que la Hermandad en Occidente esté experimentando una crisis existencial, pero la década de 2010 ha sido crucial para la Hermandad en todo el mundo y después de la llamada Primavera Árabe, los impactos han sido más negativos que positivos.
En 2011-12, la energía proveniente de Egipto, Túnez, Libia y otros lugares impulsó a numerosos hermanos en Occidente y a muchos otros, desde encargados de elaborar políticas hasta comunidades musulmanes vieron en la Hermandad un modelo positivo a seguir. Pero pronto quedó claro para muchos que el movimiento no fue la mejor representación del viento de cambio que soplaba desde Oriente Medio y Norte de África (MENA, por su sigla en inglés).
El daño fue causado por muchos líderes experimentados de la Hermandad en Occidente, quienes retornaron a sus países de origen dejando el entorno de la Hermandad Occidental vacío de capital humano, así como a muchos miembros más jóvenes -muchos de ellos nacidos y criados en Occidente- sintiendo que de alguna manera habían sido traicionados por tales partidas repentinas: la vieja guardia estaba priorizando la dinámica política en el mundo árabe, en lugar de los potenciales desarrollos de la organización en Occidente.
Entonces, de manera más significativa, la suerte cambió en la región. Los proyectos políticos de la Hermandad fracasaron en Egipto y de manera menos radical en Túnez, y con ello el movimiento perdió el apoyo de gran número de musulmanes tanto en la región MENA como en el exterior. Después de tales fracasos, el movimiento parece haber perdido en gran parte la oportunidad de dar un paso adelante y avanzar más allá del “islamismo es la solución”, el mantra (al-Islam howa al-Hal), un principio que resultó simplista y se enfrentaba a la complejidad de la realidad en evolución.
La Hermandad Occidental está experimentando un gran cambio generacional, ya que los activistas occidentales de nacimiento en particular se afilian y reemplazan cada vez más a la primera generación. Al mismo tiempo, los musulmanes nacidos en Occidente encuentran plataformas alternativas para su activismo y muchos de ellos ya no pretenden ser reconocidos y representados solamente por el componente religioso de su identidad, lo cual se ve cada vez más como un prisma multifacético y ya no como un perfil unidimensional.
Algunos argumentan que estamos ingresando en una era de post-Ikhwanism y que los Hermanos Occidentales eventualmente se despojarán de los aspectos más radicales de su ideología y se fundirán en el sistema. Otros están en desacuerdo y no piensan que esto sea posible. Vidino adopta un enfoque equilibrado y advierte que ciertos indicadores señalan en ambas direcciones: quizás personas y organizaciones diferentes pertenecientes a la red optarán por trayectorias opuestas con el tiempo.
Algunos eruditos han estudiado el proceso de unirse a la Hermandad Musulmana, pero pocos han investigado las salidas del grupo. El libro es necesario para investigadores del islamismo político y de la Hermandad Musulmana, pero también es una herramienta fundamental para expertos y estudiantes de la teoría del movimiento social, la sociología de los movimientos y de quienes elaboran las políticas que, como nos recuerda el autor, están lejos de contar con conocimiento suficiente de la Hermandad y grupos similares. El análisis microsociológico de los testimonios de los antiguos miembros ofrece una comprensión sin precedentes sobre una “organización ferozmente privada”, como la denomina el autor.