Los últimos años han visto un recrudecimiento de las actividades extremistas y ataques por parte de la derecha. Desde Christchurch hasta El Paso y Halle, la violencia extremista de la derecha ha pasado a dominar por estas fechas los titulares en materia de terrorismo en países occidentales. [1] De hecho, en 2018 cada homicidio extremista en los Estados Unidos ha estado conectado de una u otra forma a la ideología de la derecha [2] y la antigua creencia que los ataques yihadistas causan más víctimas que el extremismo de derecha podría ya no ser cierta en todos los casos. En Australia el extremismo de derecha también ha crecido, activando alarmas de que sería “probable” un ataque en el futuro cercano. [3] Sin embargo, mientras la violencia y las actitudes racistas, extremistas y con frecuencia antisemitas o islamófobas de los autores son usualmente discutidas de forma pública, las organizaciones extremistas de derecha no son solamente centros de odio e ira. El ambiente de los extremistas de derecha incluso ha construido su propia cultura, su propia narrativa e “imaginarios culturales” [4], así como también un simbolismo específico entrelazado y dando significado a estos imaginarios. Los imaginarios culturales sirven para varios propósitos, incluyendo facilitar potenciales procesos de radicalización.
Muchos símbolos del extremismo de derecha muestran una clara conexión con el fascismo, la ideología nacionalsocialista de Hitler y la historia de la Alemania de la Segunda Guerra Mundial. Éstos incluyen, por ejemplo, los números 88 y 18, aludiendo a las letras HH (Heil Hitler) y AH (Adolf Hitler) respectivamente, la esvástica, la calavera que simboliza la Schutzstaffel (SS) o la cruz celta, un símbolo utilizado por los movimientos del “poder blanco”. [5] Muchos de estos símbolos -sino todos- con clara referencia a la Alemania nazi son actualmente ilegales en Alemania, pero no en muchos otros países. De hecho, los grupos extremistas de derecha no sólo utilizan simbolismo nazi sino incluso eligen nombres alemanes para sus grupos, como División Atomwaffen (división armas atómicas) en los EE.UU., o su contraparte en el Reino Unido llamada División Sonnenkrieg (división guerra del sol) [6], colocándose en la tradición simbólica y literal del nacionalsocialismo.
Adoptando símbolos que propagan el discurso dentro de las corrientes mayoritarias
Sin embargo, no todos los extremistas de derecha contemporáneos son fácilmente identificables mediante un despliegue abierto de símbolos neonazis. Por ejemplo, muchas runas germánicas (escritura ancestral), han sido apropiadas por extremistas de derecha y son desplegadas en lugar de esvásticas y calaveras de las SS. Ello incluye las runas Tyr u Odal, que representan “sangre” y “suelo”. El sol negro es igualmente usado para reemplazar la esvástica ilegal y es con frecuencia impreso en camisetas y otros objetos porque pueden vestirse públicamente incluso en Alemania. [7] En Escandinavia, especialmente en Suecia, el simbolismo de extrema derecha incluye con frecuencia también simbolismo vikingo como el martillo de Thor, representando la raza nórdica fuerte y heroica que los extremistas alegan que buscar proteger.
Para complicar las cosas aún más y dificultar más la detección, el escenario extremista de derecha es diverso y no todos los grupos se inclinan por mostrar abiertamente siquiera runas germánicas. Con frecuencia, son mucho más cuidadosos, pues buscan mover la ventana de Overton y el discurso público hacia una aceptación de las creencias de derecha, y no ahuyentar a seguidores potenciales mediante la exhibición de símbolos que claramente los vinculan a la ideología fascista de Hitler, como la esvástica. [8] Toda una industria de la moda se ha desarrollado para producir ropa con símbolos racistas ocultos y de derecha en camisas y chaquetas. [9] Los extremistas de derecha hasta se han apropiado de símbolos que antes no tenían relación con ideología alguna, como el gesto de mano indicando “OK”, que ha sido incluido recientemente en el catálogo de símbolos de odio luego que trolls de derecha lo adoptasen para sus propósitos. [10] Se está haciendo por lo tanto cada vez más difícil identificar al extremismo de derecha mediante símbolos, ya que éstos están cambiando y se están adaptando constantemente. La Liga contra la Difamación (ADL por sus siglas en inglés) ha conformado una base de datos de símbolos de odio para seguir el paso a la dinámica evolución de este asunto. [11]
La adaptación del simbolismo es especialmente relevante en la esfera online, como en medio de la denominada “cultura chan”.[12] Fiel a la teoría del cambio de Gramsci, según la cual la cultura necesita ser cambiada antes que las políticas puedan adaptarse, los extremistas de derecha modernos utilizan memes, humor, el trolling (agresivos ataques en las redes) y se apropian de símbolos sin exhibir abiertamente sus afiliaciones extremistas de derecha, para atenuar los límites entre el discurso propio y el generalmente aceptado, y así acabar influenciando a la sociedad en general, manteniendo a la vez los beneficios de los símbolos como marcas de identidad para subculturas y como facilitadores de pertenencia. En términos generales, los símbolos son utilizados como marcas visibles de pertenencia e identidad de forma similar en que las camisetas se visten para señalar el apoyo a un equipo deportivo. Ambos son una representación visible de la vinculación a un grupo y, simultáneamente, permiten diferenciarse del resto de la sociedad y de otros grupos dentro de la sociedad. Dado que hoy no es necesario tatuarse una esvástica o vestir una chaqueta de cuero con la calavera de las SS para demostrar su apoyo al extremismo de derecha, sino que puede utilizar símbolos más “suaves” como el símbolo “OK” o “el sapo Pepe”, formar parte y sentirse parte de grupos extremistas es ahora mucho fácil que antes. Por lo tanto, los procesos de radicalización podrían acabar en una bola de nieve que se desliza inconscientemente del trolling a símbolos apropiados por extremistas de derecha, pasando por compartir memes, hasta convertirse en parte del medio extremista de derecha. Esto es especialmente cierto porque el escenario extremista de derecha es muy diverso y se superpone con otras subculturas, como el denominado movimiento Incel [13], nuevamente facilitando unirse a perspectivas más “suaves” de la ideología extremista de derecha en lugar de forzar el despliegue de símbolos abiertamente racistas desde el comienzo.
Imaginarios culturales
Sin embargo, para facilitar los procesos de radicalización no es suficiente difundir la ideología de derecha y adoptar símbolos que representen una pertenencia. Los seres humanos confían en narrativas para la construcción de su realidad, y necesitamos una historia creíble de por qué el mundo así y no de otra manera. [14] Es aquí donde los imaginarios culturales entran en juego. Los imaginarios culturales son narrativas y prácticas sociales que no son abiertamente políticas por naturaleza, pero son, no obstante, una forma de crear una visión común que confiera la percepción de un pasado, un presente y un futuro utópico. [15] Por ejemplo, el contexto extremista de derecha en Alemania ha desarrollado un imaginario cultural alrededor de la biodiversidad y la protección del medioambiente -un tema usualmente reivindicado por los Verdes- mediante la construcción de un marco ideológico que muestra a la protección del medioambiente como una preocupación tradicional de los extremistas de derecha. Se trata del imaginario de una nación pura con hermosos paisajes que no fueron contaminados por la “invasión extranjera” (refiriéndose tanto a los extranjeros como a las especies foráneas), capaz de preservar y sostener las necesidades del Volksgemeinschaft, representado por el eslogan Umweltschutz ist Heimatschutz (la protección del medioambiente es la protección de la patria). [16]
Los países escandinavos, en especial Suecia, tienen un lugar especial en los imaginarios culturales de la derecha contemporánea. Por otro lado, Suecia es utilizada como una distopía. La narrativa afirma que toda vez que Suecia ha acogido a tantos inmigrantes y refugiados, ésta se ha convertido en un área que debe evitarse, donde el crimen violento está continuamente en alza y, en resumen, Suecia se estaría precipitando hacia la islamización. Este imaginario negativo es compartido por varios actores de derecha, desde el Reino Unido hasta Hungría, y es punto de referencia común de lo que los extremistas de derecha estarían combatiendo. [17] Por otro lado, Suecia, y en especial su herencia vikinga, son utilizadas como un imaginario cultural positivo de pureza, figuras heroicas y un ideal de hegemonía masculina. [18] La narrativa anexa a este imaginario es de nostalgia melancólica por un pasado ideal que puede haber existido o no, pero que es, no obstante, un símbolo de deseo nostálgico por volver al orden “correcto” de la sociedad. Sin embargo, incluso los imaginarios culturales que aluden a un pasado idealizado acaban modernizados por el extremismo de derecha actual. Por ejemplo, la ideología nazi tradicional mostraba a la mujer únicamente en su rol de madre y cumpliendo su deber teniendo hijos. La ideología de derecha contemporánea incluye una mayor igualdad de género, muestra a la mujer como luchadora e imágenes de amor primaveral entre miembros del movimiento, acercándose a la cultura de la juventud y utilizando imágenes aceptables para la audiencia general. [19]
Conclusiones
En conjunto, los símbolos y los imaginarios culturales pueden facilitar los procesos de radicalización hacia el extremismo de derecha, incrementando la identificación hacia un grupo y construyendo una percepción común de lo que la realidad es y debiera parecer. Los símbolos son marcas de identidad visibles y pueden facilitar un sentimiento de pertenencia y comunidad entre quienes los usan. En las redes, la identificación lingüística y visual con una subcultura puede ser importante para construir “comunidades imaginadas” virtuales. Los imaginarios culturales tienen implicaciones similares a otro nivel. Éstos transmiten asuntos importantes incorporados en su interior, pero se diferencian de consideraciones puramente políticas, y ayudan a desarrollar culturas y subculturas de derecha de amplio alcance que todo lo engloban. El uso de símbolos e imaginarios culturales no es suficiente para causar radicalización por sí solo, pero puede facilitar la identificación y la absorción por la cultura extremista de derecha, y hacer a estas organizaciones más atractivas para una audiencia más grande de miembros potenciales que podrían repudiar el racismo y los componentes del extremismo de derecha más “duros”, que los vinculan directamente con el nacionalsocialismo del siglo pasado.
Referencias
[1] Ayyadi, K., The “gamification” of terror – when hate becomes a game, 2019. Disponible en: https://www.belltower.news/anti-semitic-attack-in-halle-the-gamification-of-terror-when-hate-becomes-a-game-92439/ ; Evans, R., The El Paso Shooting and the Gamification of Terror, 2019. Disponible en: https://www.bellingcat.com/news/americas/2019/08/04/the-el-paso-shooting-and-the-gamification-of-terror/ ; Macklin, G., The Christchurch Attacks: Livestream Terror in the Viral Video Age, 2019. Disponible en: https://ctc.usma.edu/christchurch-attacks-livestream-terror-viral-video-age/
[2] ADL, Right-Wing Extremism Linked to Every 2018 Extremist Murder in the U.S., ADL Finds. Disponible en: https://www.adl.org/news/press-releases/right-wing-extremism-linked-to-every-2018-extremist-murder-in-the-us-adl-finds
[3] Doherty, B., Asio boss warns of rising foreign interference and far-right extremism in Australia, 2020 Disponible en: https://www.theguardian.com/australia-news/2020/feb/24/rightwing-extremism-a-real-and-growing-threat-asio-chief-says-in-annual-assessment
[4] Kolvraa, C. and Forchtner, B., Cultural imaginaries of the extreme right: an introduction, Patterns of Prejudice, Vol. 53 (3), pp. 227-235, 2019
[5] Ayyadi, K., Die Symbole und Codes der neonazistischen Szene, 2019. Disponible en: https://www.belltower.news/neonazis-erkennen-die-symbole-und-codes-der-rechtsextremen-szene-90089/
[6] Connor, R., What is the Atomwaffen Division?, 2019. Disponible en: https://www.dw.com/en/what-is-the-atomwaffen-division/a-51106179 ; Grierson, J., UK to ban neo-Nazi Sonnenkrieg Division as a terrorist group, 2020. Disponible en: https://www.theguardian.com/uk-news/2020/feb/24/uk-ban-neo-nazi-sonnenkrieg-division-terrorist-group
[7] Ayyadi, K., Die Symbole und Codes der neonazistischen Szene, 2019. Disponible en: https://www.belltower.news/neonazis-erkennen-die-symbole-und-codes-der-rechtsextremen-szene-90089/
[8] Ebner, J., Radikalisierungsmaschinen: Wie Extremisten die neuen Technologien nutzen und uns manipulieren, Suhrkamp Nova: Berlin, 2019.
[9] Colborne, M., The Far Right’s Secret Weapon: Fascist Fashion, 2019. Disponible en: https://newrepublic.com/article/153161/far-rights-secret-weapon-fascist-fashion
[10] Noor, P., How the alt-right co-opted the OK hand sign to fool the media, 2019. Disponible en: https://www.theguardian.com/world/2019/oct/03/ok-sign-gesture-emoji-rightwing-alt-right
[11] ADL, Hate Symbol Database. Disponible en: https://www.adl.org/hate-symbols
[12] Nagle, A., Kill all Normies: Online culture wars from 4chan and Tumbrl to Trump and the alt-right, Zero Books: Hants, 2017.
[13] DiBranco, A., Male Supremacist Terrorism as a Rising Threat, 2020. Disponible en: https://icct.nl/publication/male-supremacist-terrorism-as-a-rising-threat/
[14] Cobley, P. Narrative. Routledge: Oxon, 2014.
[15] Kolvraa, C. and Forchtner, B., Cultural imaginaries of the extreme right: an introduction, Patterns of Prejudice, Vol. 53 (3), pp. 227-235, 2019.
[16] Forchtner, B., Nation, nature, purity: extreme-right biodiversity in Germany, Patterns of Prejudice. Vol. 53 (3), pp. 285-301, 2019.
[17] Thorleifsson, C., The Swedish dystopia: violent imaginaries of the radical right, Patterns of Prejudice, Vol. 53 (5), pp. 515-533, 2019.
[18] Kolvraa, C., Embodying ‘the Nordic race’: imaginaries of Viking heritage in the online communications of the Nordic Resistance Movement, Patterns of Prejudice, Vol. 53 (3), pp. 270-284, 2019.
[19] Forchtner, B. and Kolvraa, C., Extreme right images of radical authenticity: Multimodal aesthetics of history, nature, and gender roles in social media, European Journal of Cultural and Political Sociology, Vol. 4 (3), pp. 252-281, 2017.