Después del cruel atentado terrorista consumado por el supremacista blanco BrentonTarrant en dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda, organizaciones yihadistas y sus seguidores han explotado el evento para reforzar su discurso sobre una guerra de Occidente en contra del Islam y los musulmanes.
Desde entonces, prácticamente todas las organizaciones yihadíes más sobresalientes han hecho públicas declaraciones y compartidos videos condenando el ataque de la “cruzada”, y con un llamamiento a la represalia mundial.
Como muestra el artículo, los dos contendientes yihadíes más importantes, Estado Islámico (ISIS) y Al-Qaeda, han optado por dos caminos diferentes para capitalizar el ataque terrorista de Christchurch.
ISIS se alineó con la red Al-Muntasir apenas un día después del ataque terrorista de Christchurch, mezclando las famosas imágenes transmitidas montaje de video compartido por la cámara de video del atacante y las manifestaciones de ultraderecha en Occidente con el audio de un discurso de 2014 del autoproclamado califa Abu Bakr al Baghdadi: “Si los cruzados hoy día dicen que no atacan a los musulmanes y solo atacan a gente armada, pronto veremos como todos los musulmanes serán atacados en todas partes.”
Inmediatamente después, varios grupos pro ISIS de Telegram –como las redes Al-Battar y Abd al-Faqir– colgaron imágenes amenazando a Nueva Zelanda y Australia con ciberataques para interrumpir el servicio en las ciudades, entre otros.
Harakat al-Shabaab al-Mujahideen (HSM, por su sigla en árabe), la organización de Al-Qaeda en Somalia fue el primer grupo yihadí que comentó el evento. Con las palabras del portavoz oficial, Ali Mahmoud Raji, compartidas por el canal de noticias de Al-Shahada, el grupo difundió un discurso en el cual el presidente de los EE.UU Donald Trump dirigía una guerra santa en contra de los musulmanes. En respuesta, señala Raji, los musulmanes en Occidente deben regresar a sus países de origen –o el de sus ancestros– porque Occidente ha demostrado que no es lugar seguro para ellos.
El 18 de marzo, a través de la red Al-Furqan, el canal oficial de ISIS, se transmitió un mensaje de audio del portavoz de ISIS, Abdul Hassan al Muhajir, titulado “El fue fiel a Alá y Alá le fue fiel”. Pese a tratarse de un extenso mensaje –más de 40 minutos–, Abdul Hassan hizo solo una referencia transitoria al ataque de Christchurch, con énfasis en la hipocresía de “los líderes de kufr… ya que adornan a las víctimas de dos mezquitas con lágrimas de cocodrilo.”
Al-Qaeda en el Magreb islámico (AQIM) y Jamaat Nasr al-Islam wal-Muslimin (JNIM) respectivamente los afiliados en Sahel y Norte de África, emitieron una declaración conjunta, compartida por sus canales (Al-Andalus y Al-Zallaqa), centrando su atención en los símbolos que aparecieron en el arma del atacante, como las fechas de las famosas batallas de la cruzada. La declaración señalaba:
En realidad,[tal como señala el atacante] la conquista de Constantinopla, el asedio de Viena, la conquista de las Balcanes, la conquista de Sicilia, y la batalla de Al-Zallaqa son eventos históricos que permanecen y se mantendrán en la memoria colectiva de los romanos y sus doctrinas, ya sea en Oriente u Occidente.
AQIM y JNIM reiteran asimismo la convocatoria de HSM para que los musulmanes en Occidente abandonen los países con mayoría musulmana “incluso [si] han migrado para huir de la opresión de nuestros países árabes e islámicos.” Por último, AQIM y JNIM prometen venganza contra los cruzados y sus intereses y pretenden incitar ataques al estilo lobo solitario en contra de los líderes fascistas de Occidente y contra todos los que aplaudan los atentados a la mezquita.
El liderazgo fundamental de Al-Qaeda fue cronológicamente el último en emitir una declaración, pero su mensaje se hizo eco de aquel de sus afiliados que exigen ataques en contra de los “cruzados”, aunque piden evitar los lugares de culto como objetivos.
En la edición No. 174 de Al-Naba, la revista semanal de ISIS, los autores critican duramente las reacciones publicadas por el Emirato Islámico de Afganistán, es decir, el Talibán al cual Al-Qaeda es leal formalmente. El Talibán condenó el ataque terrorista en Christchurch e hizo un llamado a las autoridades de Nueva Zelanda para que protejan a los musulmanes en el país. Una posición que ISIS desdeñó, pues eran declaraciones de Al Qaeda, que considera débiles debido a su temor a provocar una reacción violenta en contra de los musulmanes en Occidente.
Los intentos yihadistas de capitalizar el ataque terrorista de Christchurch no son sorprendentes. Notablemente, Al-Qaeda continúa actuando de una forma que le permite mantener su marca más “moderada” –contrariamente a ISIS– que (Al-Qaeda) considera una forma más realista de lograr una corriente de simpatía general y quizás finalmente apoyo de los musulmanes. ISIS parece disfrutar, cómo nunca, ser considerado extremista e intransigente, de la misma manera que percibe la ira y el odio de sus oponentes, señalada por algunos populistas europeos, como apología de su causa. Y hay una lógica de ISIS en potenciar al máximo el apoyo entre sus bases que, aunque relativamente muy pequeña, en realidad es más bien extensa.
Estas son malas noticias para Occidente, ya que la dinámica de esta competencia permite a los yihadistas llegar a un espectro mucho más amplio de gente del que lograrían por si solos.