European Eye on Radicalization
Al igual que muchos otros países del Este de Europa, cuando se trata de radicalización islamista, Bulgaria se ha mantenido fuera del reflector en cuanto a estudios sobre terrorismo. Sin embargo, el país está caracterizado por algunas tendencias interesantes que muy probablemente crearán escenarios complejos en el futuro cercano.
El Islam es la religión más grande en el país después del Cristianismo. De acuerdo con los cálculos de 2011, los musulmanes constituyen 7,8% de la población. Tan sólo seis años después, el porcentaje se ha duplicado a 15%[i]. Hablando étnicamente, los musulmanes búlgaros son en su mayoría turcos, búlgaros étnicos y romaníes. Los turcos étnicos también son la minoría étnica más grande en el país, constituyendo 9% de la población total de Bulgaria.
Los musulmanes en Bulgaria son en gran medida seculares como la mayoría de los musulmanes en el Este de Europa y los Balcanes.
La Dra. Evgenia Ivanova de la New Bulgarian University declaró en 2011 que la religión no era de importancia primordial para los musulmanes búlgaros. Ella llevó a cabo una encuesta a 850 musulmanes en el país, con la cual se encontró que aproximadamente 41% nunca fueron a una mezquita y 59,3% no rezaban en casa. Solamente 0,5% creían que la sharia debería orientar en parte a la ley y 79,6% dijo que usar el velo en la escuela era “inaceptable”[ii]. Sin embargo, en 2017, una nueva encuesta llevada a cabo por el Pew Research Center mostró señales de un incremento en la religiosidad, con 33% de los musulmanes búlgaros declarando que la religión era “muy importante” en sus vidas, 7% de los musulmanes búlgaros oraban el salat a las cinco, 22% asistían a una mezquita al menos una vez a la semana y 6% leían el Corán al menos una vez a la semana.[iii]
Ante este panorama diverso, las fuerzas internas y externas podrían tratar de influenciar la forma en la cual los musulmanes búlgaros practican su fe, contribuyendo potencialmente al aumento de la radicalización. Además, los grupos islamistas informales y asociaciones podrían tomar ventaja de la pobre educación y escaso conocimiento religioso de algunos segmentos de la comunidad musulmana, con el fin de pavimentar el camino para el adoctrinamiento de ideologías radicales.
Causas externas para la radicalización
Los expertos han identificado cuatro causas externas principales de radicalización. Primero, de forma bastante obvia, están las actividades de organizaciones terroristas tales como Daesh y Al Qaeda. El segundo riesgo es el tránsito de los combatientes terroristas extranjeros que retornan (RFTFs)[iv] a través de territorio búlgaro desde Siria e Irak. El tercer riesgo está vinculado al incremento en el flujo de migrantes irregulares y el cuarto riesgo se relaciona a la influencia que los poderes externos podrían ejercer sobre musulmanes búlgaros a través de financiamiento y propagación de sus propias visiones islamistas.
A este respecto, la relación entre la denominación islámica y el estado es regulada por la Ley de Denominaciones, de acuerdo a la cual todas las denominaciones confesionales (incluyendo la denominación Islámica y la denominación Cristiana Ortodoxa) son declaradas independientes del estado (Artículo 4/2) y son elegibles para subsidios del presupuesto estatal (Artículo 28). Los organismos principales de la Denominación Musulmana en Bulgaria son el Líder Muftiate y el Consejo Musulmán Superior y representan a todos los musulmanes en Bulgaria, tanto a sunitas como chiitas (Alevi/Kizilbashi/Bektashi).
Fondos extranjeros
Dado que el financiamiento estatal no es capaz de cubrir todas las necesidades de las denominaciones de la comunidad musulmana, las organizaciones musulmanas son notablemente receptivas a los fondos extranjeros que vienen ya sea por medio de acuerdos bilaterales – principalmente de Turquía e Irán – o a través de donaciones de otros estados musulmanes.
Sin lugar a dudas, la extrema dependencia de ayuda extranjera debilita la autonomía de las comunidades locales y podría hacerlos más vulnerables a la presión ideológica de fuerzas externas.
Un caso interesante, que comenzó unas décadas atrás, es el de la asociación islámica Al-Waqf al-Islami. La asociación fue prohibida en 1994, pero se le permitió registrarse nuevamente en el país en el 2002. Recibe su apoyo económico de tres fuentes. La primera es una organización holandesa – la cual está registrada bajo el mismo nombre y está vinculada a la Hermandad Musulmana. La segunda fuente, es la ONG prohibida Irshad y la tercera es una ONG no registrada llamada Al Manar. En 2014, los fiscales condenaron a 12 hombres búlgaros y una mujer por predicar Islam radical entre 2008 y 2010. El grupo fue acusado de trabajar con una filial no registrada de Al Waqf-Al Islami.
Lo más probable es que la penetración de actores radicales extranjeros estuviera también tras el primer, y hasta ahora el único, ataque terrorista llevado a cabo en Bulgaria. El 18 de julio de 2012, seis personas – cinco israelíes y su conductor búlgaro – fueron asesinadas y más de 30 fueron heridas en una operación suicida en un bus en el Aeropuerto de Sarafovo en Burgas. El entonces Ministro de Relaciones Exteriores israelí Lieberman acusó a Hezbollah de estar detrás de la bomba, añadiendo que el ataque tuvo “ayuda de los Guardias Revolucionarios de Irán.” Una investigación de seis meses descubrió vínculos indisputables con Líbano y Hezbollah, provocando críticas del primer ministro de Israel y un oficial de alto rango de EE.UU. Develando los resultados de la investigación de seis meses en Sofía, el Ministro del Interior Tsvetan Tsvetanov dijo que dos sospechosos con pasaportes australianos y canadienses estaban directamente vinculados a Hezbollah. En La Haya, el director de Europol respaldó las conclusiones de los búlgaros de que Hezbollah estuvo involucrada.
La comunidad romaní
Desde el comienzo del siglo 21, individuos o grupos de musulmanes, en particular pertenecientes a la comunidad romaní – algunos de los cuales se convirtieron recientemente – empezaron a adoptar interpretaciones más radicales del Islam e identificarse con organizaciones yihadistas. El primero de esos actos fue reportado en 2003 cuando un cartel que decía “El estado es un Califato” fue exhibido sobre dos casas en el barrio romaní Iztok en la ciudad de Pazardjik, donde seguidores de la organización islamista prohibida Halifat (Califato) se estaban reuniendo. En octubre de 2014, un video fue subido al perfil de Facebook del predicador islámico principal del barrio romaní en Pazardjik – Ahmed Musa. El video mostraba a camareros en una boda romaní usando camisetas con el emblema de Daesh tomando fotos. Una posterior investigación reveló que los miembros de la comunidad poseían material en video que predicaban y glorificaban la ideología Daesh y defendían el establecimiento de un “Califato”. En el incidente más reciente, una fotografía fue publicada en el perfil personal de Facebook del predicador islámico informal Remzi Hasan de la ciudad de Harmanli posando con la bandera de Daesh.
El factor de extrema derecha
Un factor crucial que incrementa potencialmente la radicalización islamista es el surgimiento de narrativas y discursos de extrema derecha. Bulgaria es el estado miembro de la UE con la mayor comunidad musulmana indígena que ha sido formada a lo largo de los siglos tras la conquista otomana a finales del siglo 14. Como resultado, la hostilidad hacia el islam ha sido un componente clave del discurso nacional búlgaro que se opuso al Imperio Otomano.
El crecimiento de la extrema derecha en Bulgaria también ha llevado a un incremento de la xenofobia. “Los gitanos, turcos, armenios y judíos son huéspedes en Bulgaria y si son buenos huéspedes, pueden vivir pacíficamente aquí,” sostuvo Zvezdomir Andronov, líder de la Unión Nacional Búlgara, en uno de los más populares programas de debate político en Bulgaria el 22 de abril de 2019. De acuerdo a la Dra. Radosveta Vassileva, en los pasados años, la retórica de la extrema derecha se ha vuelto muy común tanto en los medios como en el gobierno, como si la sociedad búlgara hubiera perdido su sentido de la medida. El discurso racista e islamofóbico – como en muchos otros países – podría generar fácilmente reacciones radicales opuestas dentro de las comunidades musulmanas. Las narrativas islamistas y de extrema derecha se complementan a la perfección, haciendo posible que las dos ideologías sean enemigas y aliadas al mismo tiempo.[v]
Medidas nacionales para contrarrestar la radicalización
En Bulgaria, la radicalización violenta y sus amenazas potenciales a la sociedad se han planteado recientemente en los debates políticos e ingresaron a la agenda política, principalmente a la luz del fenómeno vinculado al así llamado terrorismo y radicalización nacional. El Plan Nacional para combatir al terrorismo (2008) está entre los primeros documentos estratégicos que abordaron tendencias de radicalización. La mayoría de las medidas incluidas en el plan se centraron en la protección contra el terrorismo, al igual que cómo responder a potenciales ataques terroristas, manejo de crisis subsecuente, control operacional, disuasión, mejor recopilación de inteligencia, intercambio de información y preparación. En otras palabras, el enfoque se centró en las así llamadas medidas duras.
En 2015, el Nuevo Proyecto de Estrategia para Contrarrestar la Radicalización y el Terrorismo 2015 – 2020 describió un enfoque mucho más integral, que incluyó un énfasis sin precedentes sobre las actividades de prevención y medidas suaves, las que han sido integradas a la visión y misión de la Agencia Estatal para la Seguridad Nacional (SANS), la principal agencia de inteligencia de Bulgaria.
En conclusión, la amenaza que supone la radicalización – tanto islamista como la vinculada a la extrema derecha – es un riesgo real en Bulgaria. Los dos componentes probablemente reforzarán las narrativas del otro en un país étnica y culturalmente complejo, donde los actores contra el terrorismo están trabajando para desarrollar nuevos planteamientos integrales para la lucha contra la radicalización.
Referencias:
[1] Bulgaria, CIA World Factbook
[2] Ivanova Evgeniia, Gulubov Antonii, Dimitrova Boriana, Tomova Ilona, Ivanov Mikhail, and Khinkova, Sonia. “Naglasi na miusiulmanite v Bulgariia” [Opinions of Muslims in Bulgaria]. Results of study conducted by New Bulgarian University and Alpha Research. 2011. http://nbu.bg/index.php?l=2146
[3] «Religious Belief and National Belonging in Central and Eastern Europe: Final Topline.” Pew Research Center, May 10, 2017.
[4] S. Brzuszkiewicz, “Radicalization in Europe after the fall of Islamic State: Trends and risks”, European View, October 10, 2018.
[5] J. Ebner, “The Rage: The Vicious Circle of Islamist and Far-Right Extremism”, I.B. Tauris, 2018.