En 2016, dos periodistas franceses, Christian Chesnot y Georges Malbrunot, recibieron un pendrive que contenía miles de archivos que documentan el apoyo de Qatar Charity (QC) a una red misionera en toda Europa, apoyada por la Hermandad Musulmana. La identidad del informante nunca se reveló, pero a la luz de la crisis entre Catar y los países del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC por su sigla en inglés), la participación estatal parece probable. Tampoco la selección de los periodistas fue una coincidencia: Chesnot y Malbrunot son autores de dos obras muy críticas sobre Catar. En los tres años siguientes a la filtración, estos dos periodistas llevaron a cabo una investigación exhaustiva de Qatar Charity, cuyo resultado es un libro y documentación con una nueva perspectiva sobre la participación de Catar en los asuntos de los musulmanes en Europa. [1]
Qatar Charity y la Hermandad Musulmana
Qatar Charity se presenta como una ONG independiente, pero de acuerdo a la investigación de los dos periodistas franceses, está estrechamente relacionada con el Estado catarí y avanza con su agenda en el extranjero. La política exterior de Catar está impulsada tanto por su ideología -expresada en su fuerte apoyo al islam político- como por la competencia con sus rivales regionales en torno a la influencia. En este sentido, Catar ha tenido una fuerte relación con la Hermandad Musulmana que se remonta varias décadas atrás, al periodo entre mediados de la década de 1950 y mediados de la década de 1960, durante el cual figuras relevantes de la Hermandad, como Abdul-Badi Saqr y Yusuf al-Qaradawi, huyeron de Egipto hacia el emirato del Golfo, y se infiltraron en su burocracia y sistema educativo. Pero, mientras Catar apoya a la Hermandad Musulmana en el extranjero mediante financiamiento y propaganda -a través del canal de televisión catarí Al-Jazeera– mantiene limitado el poder de la Hermandad dentro de sus fronteras. [2].
Qatar Charity se encuentra activa a escala global, pero su enfoque principal está en los países occidentales, donde lanzó un programa proselitista denominado Al-Gaith. Los fondos invertidos en esta labor de propaganda en Europa son significativos. Hasta 2014, Catar había invertido alrededor de 72 millones de euros en 113 proyectos en Europa. Dos años más tarde, Salah Al Hammadi, director ejecutivo de QC, señaló que “Qatar Charity ha establecido 138 centros islámicos en Europa, Canadá y los EE.UU., que trabajan para introducir la civilización del islam, alentar el diálogo entre pueblos y preservar la identidad de las comunidades islámicas.” [3]
La Hermandad Musulmana y su red de asociaciones, mezquitas y centros culturales parecen ser una de las principales beneficiadas con esta inversión. Las ONG conservadoras islámicas como la Unión Musulmana Europea, que promete difundir el uso del velo y afirma luchar contra la islamofobia, y activistas como Tariq Ramadam, también han recibido dinero. Esta red de la Hermandad en Europa ha estado en este proceso desde fines de la década de 1950. Pero, ¿cuál es el objetivo de esta red? Muchos de los proyectos financiados por Catar son auténticos superproyectos, como la mezquita de Mulhouse, que comprende instalaciones religiosas, culturales, comerciales y deportivas. Los críticos, por tanto, acusan a la Hermandad Musulmana de estar trabajando en el establecimiento de una sociedad paralela que separa a los musulmanes de la sociedad en general. Sin embargo, los periodistas franceses argumentan que la Hermandad está impulsando una agenda mucho más amplia.
¿Irredentismo islámico?
En los documentos internos de planificación y declaraciones públicas en árabe, miembros de la Hermandad hablan abiertamente acerca de sus metas a largo plazo de recuperar los “territorios perdidos” en Europa -como Sicilia o Andalucía- y conquistar nuevos para realizar su meta de largo plazo de establecer un Estado islámico. Esta visión de irredentismo islámico puede encontrarse, por ejemplo, en los discursos de Yusuf al-Qaradawi, el líder espiritual de la Hermandad Musulmana, quien hace hincapié en que -esta vez- el islam buscaría conquistar Europa no a través de la espada sino del proselitismo. Al-Qaradawi inclusive desarrolló un marco de trabajo para justificar su agenda proselitista. De acuerdo al conocimiento tradicional islámico, los territorios no musulmanes pertenecen a Dar al-Harb -territorio de guerra- que necesita ser conquistado por el islam para convertirse en parte de Dar al-Islam, territorio del islam. Al-Qaradawi ha agregado una tercera categoría, al declarar que Europa es Dar al-Dawa, territorio de proselitismo. Al-Qaradawi cita profecías musulmanas al hablar de la conquista de Roma como justificación de su esfuerzo misionero.
Qatar Charity parece suscribirse a esta visión del irredentismo islámico o, al menos, lo utiliza con propósitos promocionales. Por tanto, cuando QC financió la Gran Mezquita en la ciudad francesa de Poitiers, utilizó un nombre diferente en sus documentos internos. Puso a la mezquita el nombre de “calle de los mártires” en referencia a la muerte del caudillo musulmán Abd al-Rahman y sus seguidores, que perdieron la vida allí durante la icónica batalla entre franco-cristianos y las fuerzas musulmanas en el siglo VIII. En un video promocional, que es presentado en el documental, su presidente declara que su deseo es que “este centro islámico sea un símbolo para la conquista de Europa por diferentes medios. Desea que este centro sea el punto de partida para la difusión del islam y del diálogo.” No es de sorprender que el centro se haya convertido en un tema de debate público en Francia desde que estas declaraciones salieron a la luz. Esa retórica agresiva e irredentista no se limita a Francia. Muchos proyectos de Qatar Charity están localizados en Sicilia, que fue un emirato islámico del siglo IX al XI. El material promocional en árabe de Qatar Charity en Sicilia está repleto de referencias al pasado islámico de Sicilia, lo cual lleva a los escépticos a creer que la organización tiene una agenda irredentista.
Estrategia regional
El libro proporciona una lista detallada de los gastos de Qatar Charity en Europa, brindando así una idea sin precedentes del alcance de sus inversiones y su estrategia regional. A pesar de la comparativamente pequeña población musulmana, Catar ha invertido más dinero en Italia que en cualquier otro país europeo: más de 22 millones de euros hasta 2014, es decir, un 150% del monto invertido en Francia, que está en segundo lugar con una población musulmana mucho mayor. Cuando se publicó el libro, Catar había financiado la construcción de 47 mezquitas en Italia. Pero ¿cuáles son exactamente las razones para esta participación? Aparte de la visión irredentista antes descrita, Qatar Charity y sus filiales podrían estar calculando que con Europa luchando por controlar su frontera sur, el porcentaje de inmigrantes musulmanes en Italia aumentará drásticamente en los años venideros. Estos nuevos inmigrantes podrían mostrarse receptivos a los programas proselitistas de Qatar Charity.
También han realizado importantes inversiones en España, que está en tercer lugar en cuanto a inversión. Si bien los autores no abordan las actividades de Qatar Charity en España, vale la pena mencionar que este país comparte varias similitudes con Italia. Su población musulmana es relativamente pequeña, está geográficamente expuesta a flujos de refugiados y varias de sus regiones han sido controladas por musulmanes durante siglos. Esto puede indicar que Qatar Charity de hecho persigue algo que puede describirse como una estrategia meridional, enfocada en países europeos del Mediterráneo, cuyas demografías se espera que cambien de manera significativa en las próximas décadas.
La situación es distinta en la Europa septentrional. En Alemania, Qatar Charity invirtió algo más de 5 millones de euros en tres proyectos hasta 2014, colocando al país apenas en el cuarto lugar en Europa, seguido por el Reino Unido en quinta posición. ¿Cómo puede explicarse el involucramiento comparativamente menor de Catar en estos países? A diferencia de Francia y Europa meridional, la mayoría de la población musulmana en Alemania y el Reino Unido no proviene de la región de Medio Oriente y norte de África (MENA por su sigla en inglés). Por ejemplo, la mayoría de los musulmanes alemanes son de Turquía y, como resultado de ello, tanto los grupos islamistas turcos como la autoridad religiosa turca oficial Diyanet o Milli Görüs, han dominado el escenario islamista local por mucho tiempo. Estos grupos islamistas turcos son leales al régimen de Erdogan, principal aliado de Catar en la región. Catar se apoya en las redes islamistas turcas para respaldar su agenda en Alemania. Sin embargo, los autores creen ver signos de un involucramiento catarí más fuerte en Alemania desde 2017, en el comienzo de la crisis con sus vecinos. Esto se agrega a los informes del servicio de inteligencia alemán, según los cuales la Hermandad Musulmana -que ha estado presente en Alemania desde fines de la década de 1950- está aumentando su actividad. El flujo a gran escala de inmigrantes de Oriente Medio desde 2013 podría presentar una oportunidad única para la agenda proselitista de la Hermandad Musulmana y Qatar Charity.
Vale la pena mencionar también que Qatar Charity había invertido además 3,6 millones de euros en Suiza hasta 2014, un monto desproporcionado dada la pequeña población musulmana en ese país -predominantemente de origen balcánico- que ha resultado menos receptiva al sello árabe del islamismo promulgado por la Hermandad Musulmana. Sin embargo, Suiza ha sido el hogar de la familia Ramadan desde fines de la década de 1950 y, como cabe esperar, la Liga de Musulmanes del hijo de Said Ramadan, Tariq Ramadan y su hermano Hani Ramadan en Suiza han sido receptores ambos de dinero catarí.
Aunque los dos periodistas no proporcionan evidencia alguna para sugerir que Qatar Charity estaría directamente involucrada en financiar el terrorismo, muchas de las personas y organizaciones que son parte de la red dirigida por la Hermandad en Europa han sospechado que brinda asistencia a organizaciones terroristas. Así, el tesoro de los EE.UU. ha acusado a varias organizaciones francesas y suizas vinculadas con la Hermandad de ser parte de Union of Good, una red que proporciona fondos a Hamas. Esta última continúa siendo respaldada por Catar y Turquía. De acuerdo a informaciones de la inteligencia francesa brindada a ambos periodistas, Ahmad Al-Hamadi -quien supervisa el programa proselitista al-Gaith– también tiene una historia de extremismo islámico. Los franceses sospechan que este ha respaldado a terroristas en Chechenia y los Balcanes. También se conoce que Catar ha respaldado a muchos grupos islamistas que luchan en la guerra civil siria. Un entrevistado, Haytham Manna’, representante de la oposición demócrata siria, describió que al inicio del levantamiento un emisario de Catar ofreció proporcionarle armas.
Conclusión
La investigación por parte de Chesnot y Malbrunot muestra claramente cómo los asuntos religiosos musulmanes en Europa se han convertido en el objeto de competencia dentro del Estado. Es su lucha, Turquía y Catar proporcionan apoyo a instituciones vinculadas con la red de la Hermandad Musulmana. La agenda general -que protege a los musulmanes europeos de la influencia occidental y hace proselitismo de la versión fundamentalista del islam, refrendada por la Hermandad Musulmana- es contraria a los objetivos de los Estados europeos que buscan lograr una mayor integración de su población musulmana. La retórica irredentista empleada por Qatar Charity y sus beneficiarios es particularmente explosiva y corre más riesgo de menoscabar la cohesión social.
Como consecuencia de la crisis en curso entre Catar y los países del GCC y sus aliados, Qatar Charity aparentemente redujo sus actividades en Europa desde 2017. Aun así, sería un error creer que el fenómeno de involucramiento en los asuntos musulmanes europeos -donde diferentes actores compiten por influir en la población musulmana local- ha terminado.
Los Gobiernos europeos han tardado en abordar o tan siquiera reconocer la existencia de programas proselitistas concertados y auspiciados por el Estado. Es más, muchas veces han invitado a actores extranjeros como Turquía, a brindar educación religiosa a sus ciudadanos musulmanes. Los Gobiernos europeos, por tanto, corren el riesgo de convertirse en espectadores pasivos de los asuntos musulmanes europeos. Las demandas para frenar la actividad islámica en Europa están creciendo y es de esperar que leyes como la prohibición de Austria sobre financiamiento extranjero para instituciones religiosas, proliferen en un futuro cercano.
Referencias
[1] Christian Chesnot and Georges Malbrunot, Qatar papers : Comment l’émirat finance l’islam de France et d’Europe, 24 de septiembre de 2019.
[2] David B. Roberts, Qatar and the Brotherhood, Survival, 4 de julio de 2014, https://doi.org/10.1080/00396338.2014.941557
[3] Salah Al Hammadi, Editorial, Ghiras, Junio 2016.