Aristide Donald Bilounga, cuenta con una Maestría en Relaciones Internacionales con especialización en Países Francófonos de la Universidad Jean-Moulin Lyon 3 y una Maestría en Ciencias Políticas de la Universidad Yaoundé 2.
Fabrice Fresse es experto al servicio de la International Task Force on Teachers for Education 2030 (“Fuerza Especial Internacional de Profesores para la Educación 2030”) y experto en control de calidad para la Agencia Nacional Erasmus + Francia. Es también Jefe de Relaciones Internacionales / Educación y formación permanente en la organización sin fines de lucro EvalUE en Burdeos.
El extremismo violento y los procesos que conducen a éste han generado cada vez más atención en todo el mundo (1). Términos como “radicalización”, “prevención” y “desradicalización” han sido cada vez más utilizados desde los ataques del 11/S, especialmente en la literatura científica estadounidense, británica, alemana y noreuropea (2). Estos conceptos se han tornado particularmente populares en territorios francófonos donde investigadores y policy makers se enfocan cada vez más en la comprensión del proceso de radicalización con el objetivo de prevenirla, así como también a la violencia que ella genera.
En efecto, desde hace algunos años, el extremismo violento ha ocupado un lugar central entre los investigadores francófonos (3) en una época en que los grupos terroristas y secesionistas, como AQMI, Ansar Dine, y Al Mourabitoun comenzaron a existir. El extremismo violento ha traspasado las fronteras francófonas con Boko Haram, convertido en el Estado Islámico en África Occidental en marzo de 2015 (4). Los recientes ataques terroristas registrados en Paris, Estrasburgo, Bruselas, N’Djamena, Bamako, Abidjan, son prueba de que el extremismo violento ha logrado instalarse en países que comparten el francés como lengua común. Asimismo, sirven de recordatorio a los Estados miembros sobre su responsabilidad en desarrollar o reforzar mecanismos para prevenir la radicalización y combatir el extremismo violento dentro de sus territorios. Ningún Gobierno, ni siquiera aquellos que no fueron alcanzados por el terrorismo y la radicalización, pueden permanecer indiferentes: Camerún es uno de ellos.
Este artículo procura analizar cómo la prevención de la radicalización y el extremismo violento en Camerún es implementado y concebido, pero su principal objetivo es analizar la reacción de dicho país frente al aumento del extremismo violento. Abordará principalmente los factores que conducen al extremismo violento y a los mecanismos de seguridad y sociopolíticos que fueron elaborados para prevenir el extremismo violento.
Factores que conducen a la radicalización y al extremismo violento en Camerún
Los conceptos de radicalización y extremismo violento son subjetivos y tiene distintos significados dependiendo tanto del contexto como de la perspectiva. Más aún, su definición cambia continuamente debido a que la forma en cómo se expresan y materializan varía tanto dentro de un mismo país, como de uno a otro. Estos conceptos derivan también de nuevas vulnerabilidades y utilizan nuevas perspectivas y tecnologías (5).
Una opinión extremista es generalmente considerada como muy distinta a la que es considerada una opinión común (6). Los puntos de vista extremistas no son necesariamente ilegales ni conducen sistemáticamente a la violencia. La gente que decide expresarse o pensar radicalmente, sin atentar contra las libertades individuales de otros ciudadanos, está igualmente protegida por los derechos fundamentales y los derechos humanos. Un punto de vista radical o extremista deja de ser aceptable el momento que se torna una amenaza a la democracia o fomenta la violencia para evitar que otros alcancen sus objetivos. Es en este contexto donde el extremismo violento constituye una amenaza para nuestra sociedad y nuestro mundo, toda vez que puede conducir al terrorismo y a la inestabilidad. La radicalización es el proceso por el cual los individuos pueden radicalizarse al punto de necesitar actuar conforme a ello. Este proceso es desencadenado directamente por líderes carismáticos (ejerciendo un poder vertical y asimétrico) o indirectamente dentro de una misma comunidad o red lingüística (horizontalmente).
En materia de prevención del extremismo violento, las autoridades se han fijado como prioridad tomar medidas preventivas y reparativas a fin de anticipar ataques y revueltas, más que para analizar las causas profundas de la radicalización que llevan al extremismo violento. En lo que respecta a Camerún, la dificultad de ser aceptado socialmente, así como las circunstancias sociales y locales, son factores que facilitan la transición de la radicalización hacia el extremismo violento.
A. No ser aceptado socialmente: ¿un sentimiento más que una realidad?
Muchos autores han señalado que el deseo y la voluntad humanos de ser reconocidos y aceptados, han conformado un amplio rango de protestas que se describen a sí mismas como reivindicaciones políticas y se viven como tales (7). Minorías étnicas, raciales o religiosas han estructurado sus protestas a partir de un deseo expreso por ser reconocidas y aceptadas. De acuerdo a Axel Honneth, “ser reconocidos es un factor constitutivo de los seres humanos: para tener una relación exitosa con uno mismo, se necesita un reconocimiento intersubjetivo de sus habilidades y logros; si tal reconocimiento social no se logra a través de su desarrollo, se abre en la personalidad de uno mismo una brecha psicológica que permite el ingreso de emociones negativas.” (8) Estos sentimientos negativos pueden llegar a ser el origen de la radicalización y el extremismo violento.
No ser reconocido puede volcarse en una protesta con manifestaciones legales, políticas y sociales. Es entonces cuando ciertas personas pueden sentirse, en determinados momentos históricos, excluidos o marginados dentro de su propio grupo y en su propio país. Aquellas ideologías que están siendo adoptadas por una entidad no reconocida pueden desembocar en extremismo violento cuando están siendo malinterpretadas, ignoradas u oprimidas por las autoridades públicas.
Desde el 2016, una minoría anglófona en Camerún, que representa un 20% del total de la población, ha estado protestando contra su “marginalización de la sociedad” (9). Esta minoría se ha estructurado alrededor de la idea de la creación de un nuevo Estado, denominado Ambazonia, y del retorno al federalismo que prevaleció en la historia de Camerún entre 1961 y 1972. Los reclamos expresados no sólo por anglófonos radicales sino también por los más moderados, son nutridos por el contexto histórico del Estado de Camerún (10). Ellos comenzaron a sentirse marginalizados cuando el Presidente Ahmadou Ahidjo puso fin a los Estados Federales en el año 1972 (11).
Diez años más tarde, el Presidente Paul Biya implementó la centralización. El 22 de agosto, la región anglófona fue dividida en dos: Noroeste y Sudoeste. Al año siguiente, la República Unida de Camerún se convirtió en la República de Camerún. Consecuentemente, la segunda estrella, que representaba la comunidad anglófona en Camerún, desapareció de la bandera nacional. Pese al surgimiento de los movimientos anglófonos y la reinstauración del multipartidismo, la centralización continuó desarrollándose y los anglófonos perdieron aún más peso político a nivel nacional. ¿Podría tratarse de uno de los orígenes del extremismo violento y su desarrollo en las regiones donde los anglófonos constituyen una mayoría?
Tomando en consideración el contradiscurso sostenido por las autoridades legítimas de Camerún, ello está lejos de ser evidente. El Gobierno camerunés tiene otra lectura del problema anglófono: “aquellos que hablan de una marginalización en Camerún están siendo intelectualmente deshonestos (12).” La brecha entre los anglófonos y los francófonos parece ser un problema falso, alimentado por grupos militantes integrado por abogados y profesores desorientados y manipulados, guiados por “fuerzas oscuras y malignas” tanto desde el exterior como del interior. Algunos de ellos son acusados de estar siendo financiados por entidades extranjeras para llevar adelante esta campaña con el objeto de desestabilizar Camerún (13). Desde el punto de vista del Gobierno, los anglófonos se han beneficiado de un tratamiento especial desde que el Presidente Biya accedió a la Magistratura Suprema en 1982 (14).
En síntesis, la marginalización de las regiones anglófonas de Camerún continúa siendo un tema bastante politizado. Sin embargo, nadie puede negar que este asunto no contribuye en alivianar las tensiones y que es un elemento que necesita ser tenido en cuenta por cualquiera que desee entender el aumento del extremismo violento en Camerún durante los últimos dos años.
Situación social: desempleo, pobreza y falta de educación de calidad
Camerún es un país de ingresos medios a bajos, con una población de 23.3 millones de habitantes que comprende 230 grupos étnicos y lingüísticos. El 80% de la población vive en ocho regiones francófonas, mientras que el 20% vive en la región anglófona. El 54% vive en áreas urbanas. Dotado de cinco zonas agrícolas, el país cuenta con recursos agrícolas y naturales, entre ellos petróleo, gas natural, madera y piedras preciosas. Posicionado en el lugar 153 de entre 188 países por el Índice de Desarrollo Humano (15), el número de personas definidas como pobres se ha incrementado un 12% entre 2007 y 2009. Se estima que 8,1 millones de habitantes son pobres. Las regiones del extremo Norte, Norte, Este y Adamaoua es donde los índices de pobreza alcanzan los niveles más altos, toda vez que 90% de los habitantes requiere de ayuda humanitarian (16).
Las razones por las que los jóvenes se involucran con movimientos extremistas son diversas y usualmente son el resultado de sus trayectorias individuales. Sin embargo, parecen existir una serie de factores que pueden favorecer el reclutamiento:
– Las condiciones de pobreza económica bajo las que los jóvenes viven en pueblos pequeños: no tienen acceso a la educación ni al desarrollo profesional, se encuentran decepcionados por un ambiente improductivo y por ende se convierten en blanco fácil, atraídos por las oportunidades de hacerse ricos rápidamente, explotar los recursos pesqueros y agrícolas más fácilmente, y contraer matrimonio más rápido;
– La frustración experimentada por ciertos grupos de personas, principalmente jóvenes, que no ganaron su caso en litigios (principalmente relacionados con derecho de propiedad sobre tierras), que ve la Sharia, promovida por Boko Haram, como una alternativa eficiente al sistema de justicia;
– La aceptación consciente -o inconsciente- de la propaganda generada por Boko Haram, y transmitida a través de algunas mezquitas entre la juventud. A los jóvenes reclutas se les ofrece dinero o citas con lo cual ellos creen que están condicionados de manera “mística”;
– El cierre de fronteras ha despojado a miles de jóvenes de su fuente de trabajo. Ellos se han vuelto más vulnerables e incapaces de proveer las necesidades de sus familias. Debido a la inestabilidad política de los Estados limítrofes, los jóvenes ven a Nigeria como El Dorado;
– Los programas estatales no logran abordar las necesidades de los jóvenes y sus padres, y son incapaces de resolver la crisis intergeneracional, por lo que frecuentemente acaban convirtiéndose en catalizadores del reclutamiento de niños por Boko Haram;
– En el contexto de una cultura tradicionalista, el peso social y financiero que una boda representa ha empujado a jóvenes a unirse a Boko Haram, a fin de encontrar la forma de contraer matrimonio o a encontrar una pareja entre las mujeres reclutadas por Boko Haram. Mientras que para algunas muchachas, unirse a Boko Haram significa una liberación de las restricciones sociales impuestas por sus familias y comunidades de origen (17).
La pobreza extrema que contamina la región, la opresión a la población ejercida por autoridades tradicionalistas y la negligencia del Estado central, encarnado por las nuevas élites kirdi, son factores que pueden alentar a los jóvenes a encerrarse en sí mismos, y a algunos de ellos a unirse a Boko Haram. Sus ataques contra ciertas jefaturas y mezquitas ponen en relieve el nuevo poder que han adquirido dentro del movimiento y que pueden utilizar para ejecutar su venganza contra un país que los excluyó de prácticamente todo. Este sentimiento se desarrolló especialmente desde los años setenta luego que la élite política no lograra renovarse a sí misma. “La élite podría no ser consciente de ello, pero se ha desvinculado de la realidad, de su población e indirectamente de su juventud. Uno se da cuenta entonces que ha estado viendo los mismos rostros por años, la misma gente que pronuncia los mismos discursos y que continúa con las mismas promesas (18).”
Mecanismos de seguridad y sociopolíticos para prevenir el extremismo violento en Camerún
Como respuesta al avance de la ideología y de las reacciones extremistas en el territorio de Camerún, el Gobierno está intentando elaborar herramientas para poner fin al extremismo violento y prevenir la radicalización. La implementación de medidas de seguridad y civiles está todavía en curso.
A. Mecanismos de seguridad para prevenir el extremismo violento: Enfoque en comités de vigilancia
La colaboración entre las fuerzas de defensa y seguridad, y la población camerunesa se ha desarrollado a lo largo de los últimos años. Los ciudadanos no confiaban en el ejército dadas sus inclinaciones hacia la brutalidad y la violación sistemática de los derechos humanos. El ejército no confiaba en los adultos cuyos hijos se unían a Boko Haram.
La multiplicación de los ataques junto con actos violentos perpetrados contra la población y la naturaleza asimétrica del conflicto planteado por Boko Haram al ejército, hasta entonces habituado a la guerra convencional, hizo que la colaboración se presentara como una opción. La población requiere ser protegida por el ejército y el ejército necesita la información que la población posee (19). Ambos comenzaron a interactuar y a intercambiar información a través de comités de vigilancia y de las autoridades tradicionales. Ambos tienen la misión de proporcionar información a las fuerzas de defensa y seguridad que operan en las poblaciones.
Los comités de vigilancia fueron creados en la región del extremo nordeste, limítrofe con Nigeria y golpeado habitualmente por ataques terroristas suicidas perpetrados por Boko Haram desde el 2014, y son únicos fundamentalmente por dos razones. Estos comités de vigilancia antiterrorista han sido implementados en casi todas las ciudades de Camerún, y son al mismo tiempo una entidad popular e institucional que apunta a garantizar la seguridad en sus localidades (20). Estos grupos de autodefensa fueron instituidos por la Ley N° 68/LF/1 del 11 de junio de 1968 para organizar una defensa pasiva y están clasificados como fuerzas auxiliares y complementarias bajo la definición de la defensa nacional de Camerún. Se definen como Fuerzas de Tipo Dos, de la misma manera que las unidades de policía movilizada y la gendarmería movilizada, una subdivisión del ejército especializado en la reinstauración del orden (21). Son también “fuerzas especializadas, que mantienen el orden público y se movilizan de ser necesario y si así lo requiere la autoridad competente” (22). Su rango de acción puede ir desde compartir información hasta su participación activa en operaciones militares (23).
Los comités de vigilancia también están involucrados en organizar la defensa pasiva, cuya misión es preservar en todo momento y bajo cualquier circunstancia a la población civil, los recursos materiales y los distintos activos nacionales ante los efectos de la guerra (24). La prioridad inmediata de los comités de vigilancia es evitar ser sorprendidos por ataques letales perpetrados por Boko Haram, y mantener bajo la mira los movimientos y comportamientos sospechosos de los cómplices de terroristas y, de ser necesario, informar a las unidades de combate del ejército regular (25).
B. Mecanismos sociopolíticos para prevenir el extremismo violento: CNPBM y sus planes de emergencia como respuesta institucional
La creación de la Commission Nationale de Promotion du Bilinguisme et du Multiculturalisme -CNPBM- (Comisión Nacional de Promoción del Bilingüismo y del Multiculturalismo), y la elaboración de planes de emergencia humanitarios son el principal instrumento concebido por el Gobierno camerunés para prevenir la radicalización y el extremismo violento.
La CNPBM es un cuerpo asesor creado mediante el Decreto N° 2017/013 del 23 de enero de 2017 para promover el bilingüismo como medio para mantener la paz, fortalecer la unidad del país y reforzar la voluntad y práctica diarias del vivre ensemble (vivir juntos), de la cohabitación. Asegura la supervisión y control sobre la implementación de medidas constitucionales que reconocen el inglés y el francés como lenguas nacionales, con igual valor. Asimismo, conduce estudios e investigaciones y sugiere medidas para reforzar la naturaleza bilingüe y multicultural de Camerún. También formula proyectos y textos para ser enviados al Presidente acerca de bilingüismo, multiculturalidad y vivre ensemble. Hasta la fecha, la CNPBM ha elaborado y adoptado su organigrama, manual de procedimientos y sus planes de acción mensuales desde junio de 2017 hasta diciembre de 2018.
La Comisión se encarga también de evaluar la implementación de medidas constitucionales sobre bilingüismo en los 37 departamentos ministeriales del 1 al 3 de noviembre de 2017.
En lo que respecta a estrategias de intervención humanitaria, el Estado está intentando reestablecer la calidad de vida, asegurando el cumplimiento y el desarrollo de comunidades afectadas por la situación geopolítica en las regiones noroeste y sudoeste. También apunta a brindar asistencia humanitaria de emergencia y a promover la cohesión social y el vivre ensemble en diferentes áreas, como ser el acceso a viviendas dignas, provisión de productos de primera necesidad, educación y protección, y reconstrucción de documentos de identificación personal.
La radicalización y el extremismo violento son una realidad en los países francófonos de África como Camerún. Si este país se ha mantenido por tanto tiempo a salvo de la violencia y la desestabilización por parte de fuerzas internas y externas, la violencia extrema de hoy en sus dimensiones transnacionales e infranacionales es parte de la vida diaria de las poblaciones que viven en estas “islas” de crisis. Para poder defender eficazmente a su gente, las respuestas estatales que apunten a poner fin y a prevenir el extremismo violento, aun cuando sean pertinentes en su redacción, necesitan ser reales y plenamente inclusivas, creando espacios innovadores para cualquiera que desee actuar en pro de la paz y la estabilidad.
Notas
1. E. Van De Linde, et P. Rademaker, Een toekomstverkenning van de invloed van brede maatschappelijke trends op radicaliseringsprocessen. La Haya: Wetenschappelijk Onderzoek- en Documentatiecentrum, 2010.
2. Abdelasien El Difraoui y Milena Uhlmann, Prevención de la radicalización y desradicalización: los modelos alemanes, británicos y daneses (Prévention de la radicalisation et déradicalisation: les modèles allemand, britannique et danois), en Politique étrangère, abril de 2015, p. 171.
3. “El extremismo violento se ve a sí mismo como la voluntad de utilizar la violencia o como apoyo para la utilización de la violencia con el fin de intensificar las creencias individuales, especialmente de naturaleza política, social o ideológica, abarcando hasta actos de terrorismo” (“L’extrémisme violent s’entend ici comme la volonté d’utiliser la violence ou le soutien de l’utilisation de la violence afin d’intensifier des croyances particulières, notamment de nature politique, sociale ou idéologique, y compris à travers des actes de terrorismo”), sobre este tema véase: JL Strigher, Extremismo violento: un examen del dilema de su definición (Violent-extremism: an examination of a definitional dilemma), 2015, http://ro.ecu.edu.au/cgi/viewcontent. cgi?article=1046&context=asi.
4. Instituto Internacional para la Paz, El extremismo violento: Hacia una estrategia de prevención dentro del territorio francófono (L’extrémisme violent : Vers une stratégie de prévention dans l’espace francophone), enero de 2016, p. 1.
5. Comisión Europea, Reforzar la resistencia ante la violencia y el extremismo (Renforcer la résilience face à la violence et à l’extrémisme), Luxemburgo, Oficina de publicaciones de la Unión Europea, 2015, p. 4.
6. Ibid.
7. Véase Axel Honneth, La lucha por el reconocimiento (La lutte pour la reconnaissance), Paris, Cerf ; 1992 ; Thierry Balzacq, Teorías de la seguridad. Perspectivas críticas (Théories de la sécurité. Les approches critiques), Paris, Presses de Sciences Po, 2016, p.114.
8. Axel Honneth, La lucha por el reconocimiento (La lutte pour la reconnaissance), Op. cit. p.166.
9. Florence Richard, Camerún anglófono: en los orígenes de la crisis (Cameroun anglophone: aux origines de la crise), disponible en https://www.france24.com, actualizado al 4 de octubre de 2017.
10. Ibid.
11. Ibid.
12. Véase, Cameroon tribune, 28 de noviembre de 2016.
13. Ibid.
14. Ibid.
15. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Informe sobre desarrollo humano – Indice de desarrollo humano, disponible en http://hdr.undp.org/fr/data.
16. Oficina de Coordinacion de Asuntos Humanitarios (OCHA) disponible en https://www.humanitarianresponse.info/en/system/files/documents/files/hno_cameroun_2016.pdf.
17. CEIDES, Op. cit. p. 8-9.
18. Mocktar Oumarou, La élite del Gran Norte no es una fuerza de soluciones sino una de posiciones (L’élite du Grand-Nord n’est pas une force de solutions, mais une force de positions), in L’OEil du Sahel, n° 610, 16 juin 2014, p. 3.
19. CEIDES, Diálogo participativo para la prevención del extremismo violento en el Extremo Nordeste de Camerún y sus alrededores (Dialogue participatif pour la prévention de l’extrémisme violent dans l’Extrême-Nord du Cameroun et son pourtour), Informe final, Maroua-Cameroun, 24-25 de julio de 2018, p.9
20. Yves Rodrigue Noah Noah, Acción de los comités de vigilancia como dispositivo de seguridad de lucha contra Boko Haram: entre la eficacia coyuntural y las deficiencias estructurales (L’action des comités de vigilance dans le dispositif sécuritaire de lutte contre Boko Haram : entre efficacité conjoncturelle et défaillances structurelles), memoria de investigación en Ciencias Políticas, Universidad Yaoundé 2, 2015-2016, p. 14.
21. DECRETO N° 68/DF/33 del 29 de enero de 1968 que establece la misión de defensa de las Fuerzas Regulares, suplementarios y auxiliares.
22. Decreto N° 70/DF/264 del 4 de junio de 1970 relativo a la seguridad interna y externa del Estado.
23. Véase, Crisis group, Camerún: enfrentar a Boko Haram (Cameroun:faire face à Boko Haram), informe Africa N° 241, 16 de noviembre de 2016.
24. Artículo 1 de la Ley del 8 de mayo de 1968, sobre organización de la defensa pasiva.
25. Alain Didier Olinga, De la lucha contra Boko Haram a la estructuración de la defensa popular (De la lutte contre Boko Haram à la structuration de la défense populaire), en l’Evènement, edición especial del 20 de mayo de 2016, p13.