Disociar la verdad de las noticias falsas es hoy en día más difícil que nunca. Cuando de conflictos se trata, tanto internamente a nivel político e internacionalmente con organizaciones terroristas como Estado Islámico (EI), las redes sociales se convierten ahora en el arma más útil al alcance de la mano. Son el campo de operaciones para el espionaje político y la guerra abierta, donde se conducen desde sabotajes a elecciones hasta linchamientos relámpago, como sucedió en India, y existe también el componente de guerras y genocidios reales como los casos del EI y las masacres de los rohinyá. Mientras las celebridades emplean Twitter, Facebook e Instagram para conectarse con sus fans, grupos terroristas como EI y al-Qaeda las emplean para difundir su propaganda y reclutar musulmanes marginados de todos los rincones del mundo.
Pese a que internet inicialmente sirvió como vehículo revolucionario en apoyo de las libertades individuales, dio un giro sombrío cuando algunos regímenes totalitarios comenzaron a bloquearlo, y eventualmente a realizar un “(mal) uso” de su poder para sus propios fines nocivos. El rol del internet cobró un carácter aún más perverso cuando los terroristas empezaron a emplearlo para matar.
Like War: The Weaponization of Social Media (“Like war: La armamentización de las Redes Sociales”), escrito por los expertos en defensa P. W. Singer y Emerson T. Brooking, es un libro riguroso y bien redactado sobre la utilización de las redes sociales en la guerra y en la política. Es una obra cuya lectura es absolutamente esencial para comprender la naturaleza de la realidad actual. Los autores brindan una visión histórica sobre internet y las redes sociales, así como también reflexiones acerca de nuestra situación actual. Actualizado en su contenido, el libro describe de manera precisa el modo en que se utilizan las redes sociales con fines terroristas y se manipulan para obtener ventajas políticas y militares.
Esta obra parte de los conflictos y acontecimientos actuales que guían a las redes y al mundo, para dar paso a la historia de internet. Más adelante aborda la forma en que se materializan los eventos actuales en internet, enfocándose en cómo las actividades online afectan y ponen en duda el mundo real y viceversa.
El volumen abarca una amplia gama de fenómenos, entre ellos Donald J. Trump y las elecciones de 2016, los trolls del gobierno ruso, la derecha alternativa (Alt-Right, en inglés), el EI y las tácticas de las IDF (sigla en inglés de Fuerzas de Defensa de Israel), en una exhaustiva tesis acerca del rostro cambiante de la guerra y los peligros de las redes sociales. La advertencia de los autores es seria: comienzan su argumento enfatizando la consigna de Von Clausewitz, según la cual “la guerra es una continuación de la política por otros métodos”, y equiparan los espacios virtuales de internet con los espacios físicos de la guerra. Es más, sostienen que a partir de ahora el destino de las elecciones y guerras va a depender de lo que ocurra en las redes sociales.
Con cuatro mil millones de personas en las redes sociales, las computadoras, tablets y teléfonos inteligentes conectan a la población y permiten el flujo de ideas a un ritmo nunca antes visto en la historia de la humanidad. De hecho, internet ha evolucionado de ser un universo dedicado a la distribución instantánea de información cotidiana a una entidad que, utilizada de manera indebida, amenaza los fundamentos mismos de la democracia liberal. En las plataformas sociales occidentales se desliza propaganda hostil en forma de bots y agentes, y se distrae a la gente, o tal como alguien señalara: “Las redes sociales son propaganda de guerra con esteroides”. [1] Son tan poderosas que han podido ganar elecciones y sumergir a países en el caos (ej.: la primavera Árabe). La guerra en las redes sociales es lo que los autores denominan “guerra al aire libre”, “la guerra que no se puede ver”, y la “guerra entre todos”. En estas “nuevas guerras por atención y poder”, el triunfo en la batalla online va dar paso a triunfos en batallas offline.
El libro presenta un extenso análisis sobre como internet afecta al comportamiento y las estrategias de los países en la defensa de sus intereses y el control de sus ciudadanos. Su autores sostienen que las redes sociales deben entenderse desde la perspectiva analítica que se ha aplicado a los conflictos armados a lo largo de siglos, comenzando por Von Clausewitz y continuado con los antiguos “caballos de batalla” del modelo de los estudios estratégicos. Se trata de un enfoque nuevo y revelador, como lo evidencia el libro, especialmente en la literatura popular.
Como el “enemigo” está conquistando nuestras mentes, impactando nuestras emociones y redirigiendo nuestras perspectivas acerca de todos los aspectos de nuestra vida, y puesto que no sabemos qué nos deparará el futuro o como terminará esta nueva “guerra”, las naciones están invirtiendo más en seguridad cibernética y esforzándose cada vez más por proteger a sus ciudadanos y a las elecciones de la subversión e interferencia extranjeras. El desafío a la democracia y la guerra en su defensa se librará en el espacio sin fronteras del mundo virtual. El alarmismo, las teorías conspirativas, las actitudes racistas y las noticias falsas son la norma en el mundo de hoy. Un ejemplo que proporcionan los autores es una cuenta de Twitter del Tea Party centrada en propaganda anti-inmigrantes y pro Trump, que logró introducir sus mensajes a 22.000 suscriptores en un corto periodo de tiempo. Y no hay que olvidar que las noticias falsas se difunden más rápido y 100 veces más que las noticias verdaderas. [2]
Estamos perdiendo el control de nuestras vidas de una manera sin precedentes. [3] Según Yuval Noah Harari [4] el futuro es, si acaso, más oscuro. Con los avances en Inteligencia Artificial (IA), la biotecnología y la combinación de ambas, el peligro en los próximos años no es el hackeo de nuestras cuentas bancarias o correos electrónicos, sino el hackeo de nuestros cerebros. Harari asume que estamos ingresando en la era de convertirnos en animales hackeables. Los avances en el aprendizaje de las máquinas y la IA dan lugar a bots cada vez más realistas, y a Deep Fakes (falsos videos), en los cuales es posible programar y manipular a legisladores y políticos para llegar a la gente precisamente con “la propaganda que van a creer” y defender.
A fin de prepararse para tan desconocido y aterrador futuro, los Estados deben tomar esto en serio y asignar más fondos a la administración y protección de las tecnologías emergentes. Esta obra es una guía para la nueva batalla de este siglo. Es una magnífica referencia para estudiantes, periodistas y ciudadanos comprometidos, y para quienes se preocupan por los peligros que rodean sus vidas debido a la armamentización de la IA y de las redes sociales.
[1] Gideon Lichfield (2017). 21st-century propaganda: A guide to interpreting and confronting the dark arts of persuasion. https://qz.com/978548/introducing-our-obsession-with-propaganda/.
[2] Steve Lohr. (2018). It’s True: False News Spreads Faster and Wider. And Humans Are to Blame. https://www.nytimes.com/2018/03/08/technology/twitter-fake-news-research.html.