European Eye on Radicalization
Durante los últimos años, muchos Gobiernos, tanto de Medio Oriente y Norte de África (MENA) como de Occidente, han cuestionado el estatus de la Hermandad Musulmana, que afirma ser una organización religiosa pacífica, pero sin embargo proporciona ayuda ideológica a quienes recurren a la violencia. En varias oportunidades, esto ha llevado a que el grupo sea señalado como una organización terrorista. Ahora, este debate ha llegado la Casa Blanca, existiendo informes de fines de abril en donde el Presidente Donald Trump estaría presionando para que se incluya a la Hermandad Musulmana dentro de la lista de organizaciones terroristas extranjeras (FTO, por su sigla en inglés) del Departamento de Estado.
La naturaleza de la Hermandad
Cuando se fundó en Egipto el 1928, la Hermandad estaba dedicada a islamizar la sociedad desde sus estratos más bajos, y canalizar la violencia al servicio de esta revolución era considerado lícito. La Hermandad apoyó el golpe de Oficiales Libres de 1952 liderado por Gamal Abdel Nasser, que abolió la monarquía egipcia. Posteriormente la Hermandad entró en conflicto con Nasser y hacia 1954 se inició una brutal represión que condujo a un gran número de sus mandos al exilio.
Estos agentes de la Hermandad se asentaron en varios países, primero en MENA y posteriormente en Occidente. Tras la muerte de Nasser en 1970, su sucesor, Anwar al-Sadat, cambió de rumbo, realineando a Egipto en dirección contraria a la Unión Soviética y de cara a Occidente. En este contexto, Al-Sadat veía a los comunistas y a la izquierda egipcia como la amenaza principal. Se le permitió a la Hermandad reconstruirse en Egipto durante este periodo y públicamente dejó de lado la violencia, aunque solo fue para evitar la represión estatal. En el extranjero, las numerosas facciones de la organización que se formaron en las décadas de 1950 y 1960 se volvieron cada vez más autónomas.
Como lo explicó el Dr. Lorenzo Vidino, mientras que las “entidades de la Hermandad” trabajan por una “visión común” — y los agentes en Occidente conservan “sólidos vínculos” con Medio Oriente — los agentes en cada país cuentan con “completa independencia operativa”. Esto ha permitido un parcial “replanteamiento… de la ideología y las tácticas de la Hermandad para acomodarse en sociedades de mayoría no musulmana”, añade Vidino.
Por una serie de razones históricas, organizacionales y económicas, la Hermandad y las organizaciones e individuos derivados de ella se han vuelto desproporcionadamente poderosos como interlocutores de la comunidad en Occidente. Vidino resalta que algunos Gobiernos occidentales contactan a la Hermandad conociendo muy bien sus creencias; en algunas ocasiones esperan moderarla y en otras desean aprovechar sus capacidades organizacionales para lidiar con la población musulmana.
Pero la Hermandad recurre también a gran cantidad de engaños, declarando a los occidentales en su propio lenguaje lo que éstos esperan oír, mientras que por otro lado hablan en contra de Occidente por considerarlo corrupto e inmoral cuando se comunican en árabe en la región MENA.
Sería un “grave error analítico aglutinar la ideología de la Hermandad con” organizaciones salafistas y salafistas-yihadistas como Al-Qaeda y el Estado Islámico (EI), señala Vidino. Al mismo tiempo, el rol de la Hermandad como “padrina” de la militancia islamista no debería ser ignorado. Fueron las figuras de la Hermandad quienes durante la década de 1970 ayudaron a fusionar los aspectos doctrinarios del salafismo con los métodos revolucionarios de los Hermanos para crear el salafismo-yihadista.
Los EE.UU. y la Hermandad
Miembros del equipo de Trump llegaron a la presidencia colocando a la Hermandad Musulmana a la par del salafismo-yihadista en términos del peligro que representa, sea de manera directa o como terreno fértil para “extremistas no violentos” que podrían más adelante tomar las armas. Con el objetivo de convertir este punto de vista en una política, el paso más lógico era la designación de la Hermandad como FTO.
El Gobierno de los EE.UU. cuenta con una amplia gama de herramientas que podrían ser utilizadas para asfixiar a una organización incluida entre las FTO, que no están disponibles contra otras agrupaciones, incluso aquellas que figuran en la lista de organizaciones terroristas del Tesoro de los EE.UU. Si la Hermandad fuese declarada FTO, los EE.UU. podría imponer una gran variedad de sanciones económicas y restricciones de viajes sobre empresas e individuos que interactúan con ella.
Los EE.UU. no serían el primer país en calificar a la Hermandad Musulmana como una organización terrorista. Siria prohibió a la Hermandad el año 1963, poco después que el Partido Baaz asumiera el poder. Rusia incluyó a la Hermandad entre los grupos terroristas en 2003, Egipto en 2013, y en 2014 Arabia Saudita, Baréin y los Emiratos Árabes Unidos siguieron el ejemplo.
Finalmente, la administración Trump archivó los planes de incluir a la Hermandad en la lista de FTO en 2017.
El debate ha regresado a la Casa Blanca tras la visita del presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, el pasado 9 de abril. La oposición organizada más importante en contra del régimen de Al-Sisi desde que asumió el poder en 2013 ha estado conformada por la Hermandad Musulmana, incluyendo elementos de la organización que han recurrido nuevamente a la violencia.
Problemas potenciales
Muchos analistas se oponen a designar a la Hermandad Musulmana como una FTO. Este argumento se sustenta en una serie de razones.
Una objeción a la calificación como FTO para la Hermandad se basa en los hechos, ya que el grupo es muy diverso a través de los diferentes países. No existe una Hermandad monolítica que pueda ser fácilmente señalada.
Otra objeción es de orden legal: no está claro si la Hermandad alcanza el umbral legal para llegar a ser una FTO. William McCants, un estudioso del islamismo en el Instituto Brookings, se encuentra entre aquellos que opinan que la Hermandad no cumple los criterios para ser designada bajo esta normativa, y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) adopta un punto de vista similar. Más aún, en conexión con el primer punto, se argumenta que aquellas facciones de la organización, como HAMAS en Gaza, que claramente sí cumplen la definición de FTO pueden ser -y ya son- manejadas por separado.
Luego está la objeción geopolítica. En Turquía, el partido gobernante del Presidente Recep Tayyip Erdogan es una ramificación de la Hermandad, y en Jordania, Marruecos y en muchos otros Estados de la región, la Hermandad conforma un elemento importante del sistema político. La inclusión en la lista podría provocar dificultades legales y políticas con estos Gobiernos aliados.
Una última objeción está en el riesgo de que la calificación acabe proporcionando una excusa para violaciones de derechos humanos, con Gobiernos regionales habilitados para reprimir oponentes legítimos y pacíficos etiquetándolos como miembros de la Hermandad. Tales medidas represivas contra la oposición pacífica tienden a abrir el camino a extremistas violentos.
¿Por qué dar este paso?
Pese a las potenciales dificultades de colocar a la Hermandad Musulmana en la lista de FTO, es un paso que debería darse para frenar a una organización que ha servido como precursora ideológica de grupos islamistas violentos contemporáneos. Aun teniendo en cuenta la diversidad de todas las entidades de la Hermandad, los riesgos de la ideología de la Hermandad se mantienen constantes, lo cual provoca un desafío radical a la democracia, los valores liberales y los derechos humanos.
La incompatibilidad entre la Hermandad y los valores liberales fue expresada por el fundador de la Hermandad, Hassan al-Banna, durante una disertación brindada en octubre de 1958:
El Islam no reconoce límites geográficos, y tampoco reconoce diferencias raciales ni de sangre, considera a todos los musulmanes como una sola umma [nación o comunidad] … [y] cada pulgada de tierra habitada por musulmanes es su patria. …
Los Hermanos Musulmanes… luchan por la unidad islámica… ellos creen que el califato es un símbolo de la unión islámica y una señal de los lazos entre las naciones del Islam. … Los Hermanos Musulmanes ven al califato y a su reinstauración como una de las prioridades más importantes.
La Hermandad representa valores antidemocráticos en lo que respecta a los derechos de las mujeres y divulga narrativas que incitan activamente al odio contra las minorías religiosas, principalmente cristianos y por sobre todo judíos.
El punto de vista de la Hermandad respecto a los roles de género fue expuesto en la 57° sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas (CSW por su sigla en inglés) en marzo del 2013. En respuesta a la declaración de la Comisión condenando a la violencia contra la mujer, la Hermandad emitió una declaración de diez puntos rechazándola.
Si la CSW se saliera con la suya, declaró la Hermandad, cambiaría la relación entre marido y mujer, “reemplazando la tutela por una sociedad” y eliminando la necesidad que el marido preste su consentimiento a cuestiones tales como un viaje de su mujer. Esta “igualdad total dentro del matrimonio” era intolerable para la Hermandad.
La declaración de los Hermanos continuó rechazando la idea de que la mujer tuviese derecho a presentar una acusación por violación contra su marido, y arremetió contra la noción de la CSW en cuanto a que “[debería quitarse] a los maridos la autoridad en materia de divorcio y colocarse ésta en manos de los jueces”.
La Hermandad prosiguió condenando la declaración de la CSW, ya que ésta podría implicar que el Estado provea anticonceptivos, facilite el aborto, aboliese la poligamia y reconozca derechos a los homosexuales.
La declaración de la CSW “iría en contra de los principios establecidos por el Islam, menoscabaría la ética islámica, y destruiría a la familia”, declaró la Hermandad. La CSW “arrastraría [a la sociedad de vuelta] a la ignorancia preislámica”.
El antisemitismo de la Hermandad es más notorio en el clérigo de la Hermandad, residente en Qatar, Yusuf al-Qaradawi, que en una ocasión declaró:
A través de la historia, Allah impuso sobre el pueblo [judío] castigos por su corrupción. El último castigo fue llevado a cabo por Hitler. Mediante todo lo que él les hizo -si bien ellos exageraron este asunto- logró colocarlos en su lugar. … Por voluntad de Allah, la próxima vez esto quedará en manos de los creyentes.
Al-Qaradawi ha sido bastante explícito en cuanto a que el terrorismo suicida contra judíos israelitas es aceptable:
Las operaciones de martirio llevadas a cabo por las facciones palestinas para resistir contra la ocupación sionista no se encuentran de ninguna manera incluidas en el marco de terrorismo prohibido, incluso si entre las víctimas se hallan civiles.
Cuando Al-Qaradawi revocó la fatwa que permitía “operaciones de martirio” en 2015, eso no fue acto de moderación. Los términos con los que Al-Qaradawi abrogó su fatwa mantuvieron en pie la justificación ideológica para tales ataques terroristas, especialmente contra los judíos.
Más aún, la perspectiva de Al-Qaradawi’s sobre la yihad bil-sayf (“yihad por la espada”, es decir yihad armada) es que ésta es fard al-‘ayn, un “deber individual”. Este punto de vista va en línea con los yihadistas. El Islam tradicional, por el contrario, considera a la yihad bil-sayf como fard al-kifaya, una “obligación comunitaria” que sólo puede ser aprobada por una autoridad legítima en contra del enemigo.
Fue sobre esta base de una yihad como “deber individual” que Al-Qaradaw dictó su fatwa llamando a los musulmanes a ignorar a sus Gobiernos nacionales y atacar a las instalaciones extranjeras en sus países, toda vez que éstas constituían una invasión:
Resistir a los invasores es un deber individual [obligatorio] para todos los musulmanes. Si los enemigos invadiesen un país musulmán, los habitantes de ese país deberían resistir y expulsarlos de su territorio. … Es un deber individual de todo musulmán, hombres y mujeres.
Conclusión
Calificar a la Hermandad Musulmana como una organización terrorista será una tarea compleja, que probablemente incluya la revisión de los criterios empleados para calificar las FTO, pero es necesario dado el papel que el grupo tiene en la creación de movimientos yihadistas y su rol actual promoviendo el extremismo.