Dr. Vasiliki Tsagkroni, Profesora de Política Comparada en la Universidad de Leiden.
¿Fue el surgimiento del movimiento semifascista Golden Dawn en Grecia realmente sorpresivo o fue algo que siempre estuvo allí y logró salir a la superficie?
La historia de la extrema derecha griega se remonta a la década de 1920, cuando las primeras organizaciones fascistas comenzaron a surgir, operando principalmente a nivel local, sin lograr un avance nacional. En 1936, se impuso la dictadura de Ioannis Metaxas, seguida de censura, represión y arrestos, y muchas de estas organizaciones fueron prohibidas.
Durante la ocupación de las potencias del Eje durante la Segunda Guerra Mundial, surgió la iniciativa de los batallones de seguridad. Fundados en 1943 por el Gobierno de ocupación, cooperaron con el ejército de ocupación contra la resistencia.
Después de la guerra surgieron algunos grupos nuevos en la década de 1960, como la Organización Nacional de Estudiantes Sociales o el Sagrado Lazo de los Oficiales Griegos, preparando el terreno para la imposición de la dictadura militar de Georgios Papadopoulos en 1967. El régimen de los coroneles duró siete años y terminó después de la contrainvasión turca a Chipre en el verano de 1974, que no dejó mucho espacio para que actuaran las organizaciones de extrema derecha.
El fin de la dictadura dejó cierta nostalgia a la junta, pero durante muchos años no obtuvo un apoyo significativo. Como lo señalaron ampliamente los investigadores que se centraron en el caso griego, la experiencia relativamente reciente de la dictadura militar y los recuerdos que son un legado vivo para una parte significativa del electorado, crearon un escudo contra tales elecciones extremas. Sin embargo, a lo largo de los años estos recuerdos se desvanecieron y en la década de 1990 la inmigración de Macedonia y la cuestión de la identidad provocada por el cambio demográfico proporcionaron espacio para el resurgimiento y la consolidación de ideas de extrema derecha.
El ascenso de la extrema derecha en la última década fue señalado por primera vez por el fortalecimiento del partido denominado Concentración Popular Ortodoxa (LAOS) de Georgios Karatzaferis, y su participación en el Gobierno de Papadimos a fines de 2011. El partido aprovechó el hecho de que algunos partidos demócratas no lo aislaron de manera oportuna, sino que decidieron cooperar con él por razones de interés. LAOS fue el primero de estos movimientos en integrarse con éxito en el establishment político, pero la decisión de Karatzaferis de apoyar al Gobierno de Papadimos resultó ser fatídica para el futuro del partido. El apoyo se drenó hacia Golden Dawn.
Golden Dawn surgió por primera vez en la década de 1980, y se ha asociado con la violencia y la persecución de grupos minoritarios, especialmente gitanos, al tiempo que estaba de acuerdo con el «principio del líder» y admiraba abiertamente los regímenes autocráticos del pasado reciente de Grecia. Con la entrada de Golden Dawn en el Parlamento griego, comenzó a aparecer una sensación de riesgo sobre la calidad de la democracia del país, reflejando no solo el sistema político establecido sino también el marco democrático central de los países.
Golden Dawn no es un fenómeno inesperado ni nuevo, es parte de una continuidad histórica de manifestaciones de extrema derecha en Grecia. Para comprender las principales razones del surgimiento de Golden Dawn, debemos mirar más de cerca el contexto socioeconómico, los cambios que crearon una oportunidad para el partido, como ser la crisis económica, la crisis política que vio a la Unión Europea (UE) expulsar a un Gobierno electo, las iniciativas ideológicas florecientes y la crisis de los refugiados.
Golden Dawn logró reflejar la frustración contra los gobernantes del establishment político y protestó contra la Troika que impuso medidas de austeridad, además de capitalizar el temor y la ira por el caos infligido en Grecia por las olas de refugiados. Incluso ahora, si bien el propio partido ha perdido apoyo por varias razones, las condiciones subyacentes que alimentaron la escena de extrema derecha en el país permanecen. Un partido como Solución Griega se mantiene fuerte en el Parlamento, capaz de llevar el estandarte de la extrema derecha en el futuro.
La lección del caso griego es que a pesar de ser paria durante décadas, a pesar de los conflictos dentro del movimiento (estructurales, ideológicos y en términos de expresión), la extrema derecha mantuvo el poder para ingresar al Parlamento nacional y no muestra signos de dejarlo. Las narrativas que impulsaron Golden Dawn tienen atractivo dentro del electorado. La oposición parece no estar abordando este asunto porque la extrema derecha está aprovechando las preocupaciones centrales de la sociedad y se enmarca como una defensa contra ellas. Con los constantes cambios inherentes a una sociedad liberal, un círculo vicioso de problemas y una extrema derecha que se ofrece como salvadora, probablemente se garantice a sí misma seguir siendo un factor en la política griega en el futuro.
La única certeza es que aún queda mucho por hacer y más tiempo para comprender este fenómeno en evolución.