Ammar Ali Hasan, Novelista e investigador en sociología política
Ningún movimiento político, social, intelectual o religioso conoce mejor la proliferación y fragmentación como el que pretende representar al “verdadero Islam”, no solo en la era moderna sino a lo largo de toda la historia islámica.
La diferencia en la interpretación de los textos coránicos y proféticos –al igual que los intereses en conflicto, predominio de veleidades, rivalidad de opiniones, y acumulación de alegatos– a lo largo de catorce siglos dio lugar al establecimiento de grupos partidistas que surgieron en oleadas de injusticia, rechazo y rebelión en contra de quienes detentaban el poder, y de la corriente principal del Islam y/u otras facciones minoritarias que afirmaban representar al Islam. Las disputas en torno a quién tiene el derecho de hablar a nombre del Islam constituían asimismo motivos de pelea por prestigio e influencia.
Muchas de estas organizaciones tuvieron la capacidad temporal de eludir a las autoridades y perdurar de una forma que podía incurrir en lucha armada, lo cual los mantuvo activos en el escenario social durante algún tiempo. Pero, por lo general, se vieron desgarrados o desintegrados a menudo bastante rápido.
INTRODUCCIÓN
Quien quiera que lea The Encyclopedia of Islamic Organizations, Groups, Sects, Parties and Movements (La Enciclopedia de las Organizaciones, Grupos, Sectas, Partidos y Movimientos Islámicos) del Dr. Abdel Moneim El-Hefny tendrá la certeza de que el conflicto y la fragmentación, la aparición y la desaparición son aspectos claves que rigen la historia del “movimiento islámico”, ya sea político o dawa (de prédica), moderado o radical. Esto ha afectado a cada movimiento, contemporáneo o histórico, incluso la Hermandad Musulmana –fundada por Hassan al-Banna en 1928 en Egipto, esparcida hasta hoy por más de sesenta países y, a la cual sus seguidores se refieren como el “movimiento islámico más grande de la era moderna”. La Hermandad ciertamente es muy grande, pero se ha visto aquejada por este fenómeno de disgregación entre su matriz en Egipto y las filiales extranjeras, así como dentro de la misma rama egipcia.
Al-Hefny atribuye a dos factores principales esta circunstancia recurrente de fragmentación en los movimientos islámicos:
- Los puntos de vista divergentes de estos grupos en la interpretación de los textos, los asuntos cotidianos, y en la manera de abordar “al Otro”.
- El ingreso de diferentes naciones y razas en el Islam –durante las conquistas tempranas– que trajeron consigo diferentes culturas y civilizaciones, y dieron lugar a diversos enfoques doctrinales e incluso innovaciones que perturbaron la unidad del Islam.
Con todo, Al-Hefny ignora la razón más importante detrás de la fragmentación de las organizaciones que afirman ser el auténtico Islam: la lucha en torno a poder político y al estatus social y –repetidamente, un marcado desacuerdo sobre cómo enfrentar a las autoridades que han gobernado el mundo musulmán desde la Fitna (gran sedición) hasta el final del califato otomano en 1924. Quizás se debe a que el libro enfoca principalmente los aspectos intelectuales de estos grupos, tratando de alejarse de los aspectos políticos e históricos. El autor describe su enciclopedia “no como un libro de historia, sino como un libro de pensamiento, para unir las piezas del pensamiento y luego renovarlo”.
Aunque el escritor no cumplió con el esfuerzo prometido de la renovación, al seguir el pensamiento de alrededor de 800 grupos, sectas, partidos y organizaciones, mostró que este tema de la renovación no es fácil. Se ve enfrentado a la acumulación de ideas en conflicto, y tambaleos a lo largo de los más de 1400 años transcurridos. Algunas de estas ideas no murieron, y no solo están registradas en la historia de las ideas; aún están vivas, interactivas y con capacidad de influir en las personas que viven entre nosotros, y que pueden adoptarlas como el “camino correcto”.
Arribar a esta conclusión leyendo esta enciclopedia es posible porque en su contenido y estructura el volumen se constituye en un “registro doctrinal de todas las organizaciones ideológicas y políticas islámicas de sunitas y chiitas de toda Asia, África y varios países árabes, islámicos y no islámicos… desde el primer grupo hasta los de la era presente”.
Lo que contribuye a tal conclusión, sin ignorar la verdad o denigrar injustamente a estos grupos, es que la enciclopedia no los organizó en orden cronológico. Más bien, lo hizo alfabéticamente, comenzando con un grupo que el autor denomina Al-Muhammad, aparentemente con referencia a la amplia corriente de creyentes en este mensaje del profeta Muhammad (que la paz esté con él) a lo largo de la historia social del Islam y los musulmanes, seguido de otro denominado Al-Amiriyah, un secta chiita afiliada a, Fátima az-Zahra (la hija del profeta), quien se atribuye su derecho a gobernar a los musulmanes debido a este linaje. Hay seguidores de Abu al-Qassem Ahmad ibn al-Mustansir (1074-1101), mejor conocido como Al-Musta’li, el noveno califa Fatmid, cuyo ascenso al poder dividió a la secta ismailí, que creó el ramal que se autodenominó Nizaris (y se hizo conocido en Occidente como “Los Asesinos”). Una vez más, una división teológica era la esencia de una lucha de poder.
La enciclopedia termina con otro grupo denominado Al-Yonisia, agrupación de fanáticos que pertenecen a Murji’ah, que debe su nombre a Younis bin Aoun al-Nimeiri o Al-Shammri. Esta agrupación cree que la fe es un mero conocimiento de Alá y sumisión frente él: amarlo con el corazón, reconocer su Unicidad, creer lo que los profetas han señalado; que la fe en el corazón y lengua no aumentan ni disminuyen, y no es afectada por los pecados; que el creyente entra al paraíso por su sinceridad y amor no por sus obras u obediencia; que es suficiente conocer lo que los profetas han traído por la fe, sin necesidad de un conocimiento detallado de los contenidos. Sin embargo, para que su fe sea completa, requiere que estas cualidades estén disponibles en una persona Así, según este punto de vista, si alguien abandona una de ellas se considera que comete un acto de apostasía.
CATEGORIZANDO GRUPOS
La presentación no lineal del libro, en tiempo, implica que el volumen avance de los grupos más antiguos a los más nuevos, y una vez más hacia atrás; al hacerlo, permite al lector observar cómo los grupos más antiguos se solapan con los del presente y, lo que quizás resulta más interesante, la manera cómo las ideas parecen avanzar hacia la comprensión de la realidad, solo para volver atrás con fuerza. Es posible que este ciclo sea el factor más preponderante para evitar la renovación del pensamiento y la jurisprudencia islámicos, especialmente en los últimos siglos.
Al verse influidos por la antigua tradición e incluso adoptarla, estos grupos no se limitaban a ideas y percepciones, sino a los nombres y términos. La enciclopedia muestra que algunos de estos grupos adoptaron nombres similares, pese a las diferentes épocas y lugares. La lista a continuación expone tales repeticiones:
- Abrahamism, que tiene cinco subgrupos: Imamiyyah Abrahamism, Shia Abrahamism, Ibadi Abrahamism, al-Mushabaha Abrahamism, y al-Ghalya Abrahamism.
- Ahmadiyya, que cuenta con tres subgrupos: Bedouin Ahmadiyya, Qadianiyyah Ahmadiyya y Imamiyyah Ahmadiyya.
- Ishaqiyah, con cinco subgrupos: Ishaqiyah al-Ghulah, Ishaqiyah Turco, Ishaqiyah Al Mujasamah (antropomórfico), Ishaqiyah al-Heluliya, y Shia Ishaqiyah.
- Isma’ilism, que tiene seis subgrupos: Aghakhaniyah Isma’ilism, al-Taaliymyyah Isma’ilism, al-Khalisah Isma’ilism, al-Mustailyah Isma’ilism, al-Tatariyah Isma’ilism, y al-waqifa Isma’ilism.
- Ashab (complementarios), con 20 subgrupos, como Ashab al-Ijma, Ashab ar-ra’y, Ashab alsuwal, Ashab alrajeat, Ashab altebaaye, Ashab almaeani, Ashab al-hadith, Ashab altafsir, etc.
- Ahl (personas), que tiene 25 divisiones. Abarca desde Ahl Alhaq y Ahl al’ithbat, y desde Ahl alsuffa a Ahl al’ahwa y Ahl al’ihmal, Ahl al-Ridda, luego Ahl al-hall wal-aqd, Ahl al-thawq, Ahl al-rajeat, Ahl al-felasafa, Ahl al-kalam… etc.
- Oulu (de varones), con tres grupos: Oulu al-Albab, Oulu al-Azm, y Oulu al-elem.
- Al-Jama’a (grupo), este nombre atrajo a muchos grupos y organizaciones que alcanzaron 31 agrupaciones, la más destacadas de ellas son Al-Jama’a al-Islamiyya, un grupo local en Egipto, Túnez, Marruecos, Pakistán, Bangladesh, y Afganistán, y Tablighi Jama’at, que fue fundada en India y se propagó por todo el mundo musulmán, así como Al-Nahda, en Argelia.
- Gameia (asociación), que cuenta con siete grupos como la Asociación Mundial de la Juventud Musulmana, la Sociedad Islámica de Escritores y Sunitas, Asociación Ansar al-Sunna Muhammadiyah en Egipto, la Asociación Islámica del Pueblo Dawa, la Asociación de Intelectuales Musulmanes en Argelia, la Asociación Islámica de la Juventud en Marruecos, y la Asociación para la Preservación del Sagrado Corán en Túnez.
- Harakah (movimiento): hay 15 organizaciones. Las más notables son: Movimiento Talibán en Afganistán, Movimiento Al-Ahbash, el Movimiento Islámico Tawhid, en el Líbano, el Movimiento de la Juventud Islámica en Malasia, el Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas) y el Movimiento de la Yihad en Palestina, el Movimiento Revolucionario en Marruecos, el Movimiento de la Justicia en Uzbekistán, y el Movimiento de la Sociedad Islámica en Argelia.
- Hezb (partido): son 16 organizaciones. Las más notables son Hezbolá en el Líbano, Hizb ut-Tahrir que tiene ramificaciones en varios países, el Partido Islámico en Turkistán, el Partido Islámico de Alash en Kazakistán, el Partido Islámico y el partido de la Unión Islámica en Afganistán, El Partido Islámico Dawa en Iraq, el Frente de Acción Islámica en Yemen, y el Partido del Renacimiento en Tajikistán y Uzbekistán.
- Tanzim (organización): hay 6 organizaciones: la Organización de la Revolución Islámica en la Península Arábiga, la Organización Chiita de Dawa, la Organización de Acción Islámica, la Organización de las Brigadas de la Fe, Organización la Palabra de Dios, y la Organización Mujahideen en Marruecos.
- Al-Waqifite (secta chiita), hay 4 grupos con este nombre: Waqifite Al-mutakallimun, Waqifite Kharijites, Imamiyyah Waqifite, y Ibadi Waqifite.
Quienes examinen de cerca estas clasificaciones de grupos y organizaciones islámicas que afirman representar al Islam en su integridad, pueden deducir diez importantes observaciones:
Primero, estos grupos, cuyos nombres están repetidos, son atribuidos ya sea a personas –sean estas predicadores, intelectuales religiosos o líderes políticos– que llevan el manto de la religión o creen que el Islam debería ser una ruta al poder político; o bien a cualidades exclusivas: cuando se refieren a Ahl o Ashab desean lograr que el Islam o la fe exclusiva preserve a los seguidores de cierto grupo.
Segundo, existe el hábito de referirse a los rivales derogando los nombres relacionados con sus cualidades. Estos grupos se autodenominarán Ahl al-Haq (“personas de la verdad”) y denominarán a los otros Ahl al-Ahwa (“personas de veleidades”). Esta es una simple manifestación de una tendencia que ha prevalecido y cobrado fuerza en la historia, de los grupos islámicos y en el islamismo en general, de ostracismo y antagonismo mutuos que en algunos casos llega a una incriminación de blasfemia.
Tercero, estos grupos y organizaciones no necesariamente están en conflicto y rivalidad entre ellos todo el tiempo. A veces inclusive los grupos hostiles colaborarán, aunque sin proponérselo. Por ejemplo, grupos y asociaciones cuyo rol se limita a producir y promover conocimiento religioso tradicional que llena la esfera pública con ideas y percepciones que abren el camino a grupos religiosos politizados, o los que buscan poder político, ahorrándoles el esfuerzo y tiempo invertidos en el proceso de persuasión y reclutamiento, bajo el pretexto de continuar apoyando la religión, cuando lo que estos grupos proponen es de hecho un proyecto político. A veces estos grupos politizados pueden infiltrarse en las categorías de la incidencia y en organizaciones educativas o escuelas, y luego utilizarlas para sus propios fines.
Cuarto, estos grupos y organizaciones están divididos en dos doctrinas principales en la historia del Islam, a saber sunismo y chiismo. Ambas doctrinas han producido muchos grupos diferentes a lo largo de los siglos, y el antagonismo entre ellos ocurre en varias épocas y en varios lugares, enmarcado más como una lucha intra familiar o tribal por liderazgo, y en otras épocas como una guerra doctrinal e intelectual diferenciada.
Quinto, a lo largo de la historia de los musulmanes se repite un modelo: grupos que parecen débiles adquieren fuerza, ideológicamente (es decir en términos del número de seguidores) y materialmente, y una vez que logran dominar, comienzan a declinar, especialmente después de la muerte de su fundador y del círculo que lo rodea. A esto generalmente sigue una guerra civil –a veces varias– y una vez que el grupo es derrotado, sus seguidores se dispersan y las autoridades victoriosas lanzan un tipo de bloqueo mediático sobre sus ideas hasta que su influencia decae.
Sexto, no ha habido un periodo, era o época en la historia de los musulmanes sin grupos periféricos que crecen y caen en sus intentos de desafiar la corriente principal del Islam. La mayor parte de las veces estos extremistas no logran sus objetivos y son un mero fastidio para el resto de los musulmanes; otras veces prevalecen.
Séptimo, las organizaciones extremistas y radicales están en conflicto entre ellas, en tanto que simultáneamente declaran la guerra a la sociedad y a los ostentadores de poder político que consideran ilegítimos.
Octavo, no todas estas asociaciones y grupos estaban politizados, eran extremistas o radicales. Algunos desempeñaron su papel en defender la plenitud espiritual, trascendencia moral, y el interés público de la sociedad; y algunos abrieron espacio para el estudio de las ciencias religiosas. Estas entidades muchas veces son más viables que las que se comprometen con la lucha por el poder.
Noveno, algunas de estas organizaciones y grupos, politizados o dawa, no estaban lejos del poder político en la historia de los musulmanes, y estos era cierto con relación a los Umayyads, como ocurrió hasta el final de los otomanos. Las autoridades islámicas manipularían a estos grupos –auspiciándolos en varias etapas de su ciclo de vida, por ejemplo– o simplemente crearían tales grupos dependiendo de lo que favorecía a sus intereses. A veces surgían grupos en respuesta a controversias por pretensiones de autoridad, o como resultado del conflicto entre árabes y Mawlis en la Segunda era Abbasid, o entre turcos y Árabes en la era otomana.
Por último, no hay nada que evite el disenso y las fracturas en grupos, organizaciones, partidos y movimientos ya establecidos, ni el surgimiento de nuevos grupos en el mundo musulmán de Ghana a Fergana. No se espera que llegue una era o una época, en la vida de los musulmanes, sin la presencia de tales entidades y formaciones religiosas y políticas. Haciendo una analogía médica, son como la diabetes, no hay cura pero hay medios de controlarla para reducir los efectos más serios y negativos.
CONCLUSIÓN
En conclusión, la lectura y análisis de esta enciclopedia sin duda nos ayudará a comprender y examinar las percepciones, objetivos y medidas de estos grupos y organizaciones en nuestro tiempo, sean políticas o religiosas. Los grupos y organizaciones actuales no están enteramente desconectadas de sus predecesoras y en algunos casos son simplemente reformulaciones de antiguas organizaciones e ideas que tratan de cultivarse en contextos sociales y políticos diferentes.