European Eye on Radicalization
El partido islamista gobernante en Turquía, el Partido Justicia y Desarrollo (AKP), perdió la reelección ésta había provocado en busca de la alcaldía de Estambul el 23 de junio. Algunos se preguntan si este es el comienzo del fin para el Presidente Recep Tayyip Erdogan, que lideró al AKP desde 2001, y al país desde 2003. [1] La pregunta más importante es si, después de la partida de Erdogan y del AKP, podrán revertirse los cambios sociales que tuvieron lugar en Turquía bajo el régimen del islam político durante casi dos décadas.
La creación de una república secular
Tras el advenimiento del Islam y de las conquistas árabes bajo el Profeta Mahoma y sus sucesores inmediatos (khilafa o califas), la comunidad islámica y el imperio fueron gobernados por los Umayyads y los Abbasids, ambos dinastías árabes. Luego de la invasión mongola a Medio Oriente en el Siglo XXIII y del saqueo a Bagdad, el califato Abbasid fue restablecido formalmente en Egipto por algún tiempo, hasta que los turcos otomanos conquistasen El Cairo el 1517 y trasladasen la sede del califato a Estambul, por entonces conocida como Constantinopla, donde permanecería por cuatrocientos años.
Los otomanos ingresaron a la Primera Guerra Mundial en 1914 como aliados de Alemania y Austria, y para el fin de la Guerra no sólo habían sido derrotados sino además ocupados por Reino Unido, Francia, Italia y – cosa por demás ofensiva – Grecia. [2] Se formó un movimiento de resistencia nacional liderado por Mustafa Kemal, un oficial del ejército que había ganado renombre durante la Gran Guerra por repeler la incursión británica a Gallipoli, y para 1923 Kemal había prevalecido
El cambio de circunstancias en el terreno significó que los Aliados debieron revocar el Tratado de Sèvres, que planteaba dividir el antiguo territorio otomano, y que en su lugar se suscribiera el Tratado de Lausana en julio de 1923. En octubre de ese mismo año, se estableció una república sobre las cenizas del Imperio Otomano. La oficina administrativa del Sultán – que dirigía una administración rival a la Gran Asamblea Nacional (GNA) de Kemal con base en Ankara – había sido abolida por el GNA en noviembre de 1922, y en 1924 el gobierno kemalista abolió la oficina espiritual del califato.
Kemal instituyó nada menos que una revolución, en el sentido “real” del término, tal como se aplica a las Revoluciones Francesa o Rusa; convulsiones que alteran todo el orden socio-político de un país. [3] La reforma más importante fue la desinstitucionalización del Islam como religión del Estado. Se estableció una secularización dura, al estilo francés. Donde antes la ley otomana era la shari’a, la Ley Sagrada, Kemal importó el código legislativo suizo, adaptándolo a las necesidades turcas. El gobierno turco es “nacional y materialista: adora la realidad”, anunció Kemal. “No es un gobierno dispuesto a cometer homicidio o arrastrar a la nación hasta los pantanos en busca de ideologías inútiles”. [4] Kemal era hostil a todas las ideologías transnacionales, sean pan-turcas o pan-islámicas, percibiéndolas como dañinas para su proyecto de reconstituir Turquía como en estado moderno aceptado dentro del sistema internacional de estados. [5]
Durante la guerra de independencia, Kemal recibió considerable ayuda de la Unión Soviética para luchar contra los poderes occidentales que ocupaban Turquía. [6] Pero tras la guerra, Kemal se distanció de Oriente – tanto de la Rusia Comunista como de los otrora territorios otomanos-islámicos – y se aproximó a Occidente. El idioma turco cambió de la escritura arábiga al alfabeto romano, un quiebre decisivo con el pasado como parte de la abolición del califato: la mayoría de los turcos simplemente no puede leer su propia historia escrita antes de 1929. Se adoptaron apellidos al estilo occidental: Mustafa Kemal se transformó en Kemal Atatürk (padre de los turcos). Prendas de vestir distintivamente musulmanas, el fez para los varones y el velo para las mujeres, fueron declaradas ilegales. La poligamia fue prohibida y a las mujeres les fueron reconocidos derechos igualitarios en el matrimonio. Y a los ciudadanos turcos se les reconoció el derecho legal a cambiar de religión, contra la oposición virulenta de un clero indignado. [7]
El secularismo se debilita
Tras su muerte en noviembre de 1938, luego de dieciocho meses de enfermedad, Atatürk dejó atrás una estructura unipartidista, supervisada por su Partido Popular Republicano (CHP). [8] En el transcurso de ocho años esto había dado paso a un sistema multipartidista, y en mayo de 1950 “un suceso definitivo, sin precedentes en el país [o] en la región” tuvo lugar: el partido gobernante en un país de Medio Oriente, habiendo organizado unas elecciones genuinamente libres y justas que entonces perdió, pacíficamente se retiró del poder, entregándolo a la oposición. [9]
La paradoja de Turquía como “país dividido” se hizo evidente casi inmediatamente. [10] Si bien la élite occidentalizada y occidentalizante se mantuvo a la altura de sus ideales y permitió mayores libertades a la población, ésta optaría por llevar al país en una dirección más religiosa y menos liberal. Ésta fue una de las razones por las que en 1960 los militares turcos intervinieron en lo que vendría a ser el primero de cuatro golpes de estado, derrocando y finalmente ejecutando al Primer Ministro Adnan Menderes.[11]
Pero para sorpresa de muchos, los militares rápidamente se retiraron del poder y lo entregaron a un gobierno civil. La Constitución reescrita que los militares dejaron, era un documento liberal que otorgaba mayores espacios a los socialistas que los disponibles anteriormente, y durante la década siguiente la polarización política acabaría tomando Turquía. Ante los enfrentamientos callejeros entre fuerzas izquierdistas y derechistas, los militares intervinieron nuevamente en 1971 con un “golpe por memorándum”. La consiguiente represión, inefectiva en lo que respecta al restablecimiento del orden, tuvo gran impacto sobre la Izquierda, vista – con justa razón – como la principal amenaza en el contexto de la Guerra Fría. [12]
A lo largo de la década de los 70’s, la atención de los militares turcos se dirigió principalmente hacia la militancia de la Izquierda, que estaba recibiendo apoyo desde el exterior, de la Unión Soviética actuando a través de su aliado en Siria, el régimen de Hafez al-Assad. Assad a su vez delegó a los terroristas palestinos para entrenar a los izquierdistas turcos en “guerrilla urbana”, en sus campos en Siria y en áreas del Líbano ocupadas por Siria. A fines de los 70’s, la derecha dura en Turquía también estaba empezado a armar una fuerza paramilitar. [13] Fue en esta atmósfera, enfrentando la subversión de izquierda apoyada por fuerzas extranjeras y su respuesta de derecha ultranacionalista cada vez más violenta, que el islamismo empezó a echar raíces seriamente en Turquía.
Necmettin Erbakan fundó el primer partido islamista en ingresar al parlamento turco en 1970, y ese partido se transformaría posteriormente en el AKP de Erdogan. Erbakan logró entrar al gobierno en la década de los 70’s en coalición con la Izquierda, y durante su breve paso por el Ejecutivo, comenzó el proceso de politizar a la policía de Turquía tras conseguir el control de Ministerio del Interior. Erdogan se unió al ala juvenil del partido de Erbakan en 1976. [14] Los militares turcos simplemente carecían de recursos para dirigirlos al naciente movimiento islamista, aun cuando querían hacerlo, pero los militares estaban además reevaluando sus puntos de vista y comenzando a ver al Islam como un agente unificador y un baluarte contra el caos político que había invadido Turquía. [15]
En septiembre de 1980, con las guerrillas marxistas tomando el control sobre vecindarios de las ciudades más importantes y los ultranacionalistas intentando responder por igual, Turquía se encontraba al borde de la guerra civil y en esta ocasión los militares intervendrían decisivamente. Aunque los islamistas sintieron un mayor impacto de la represión que la que sufrieron en 1971 – se prohibió a Erbakan continuar en la política, entre otras cosas – fue la Izquierda la más golpeada, y la tendencia de los militares a ver la religión como una salvaguarda contra el radicalismo político sería institucionalizado.
El salvajismo de la junta liderada por el Jefe de Estado Mayor, el Gral. Kenan Evren, copó las celdas con cientos de miles de prisioneros, donde eran torturados rutinariamente, y condujo a muchos más hacia el exilio. Los militares tuvieron éxito en reestablecer el orden; los radicales que habían empujado a Turquía al borde del abismo se encontraban entre los prisioneros y expulsados. Sin embargo, inadvertidamente la campaña de Evren contra la Izquierda – que funcionó: la Izquierda fue destrozada en Turquía y jamás se recuperó – plantó los cimientos para el triunfo islamista más adelante. Los islamistas recogieron los votos de la clase trabajadora que antes iban para la Izquierda, y la inyección de Evren de la variante nacionalista del Islam a la palestra pública para inocularla contra el comunismo normalizó la invocación de la fe de una manera que Atatürk jamás habría soñado, y brindó a las fuerzas político-religiosas influenciadas por la Hermandad Musulmana que rodeaban a Erbakan, del espacio que necesitaban. [16]
Para mediados de los 80’s, la prohibición que pesaba sobre Erbakan había dejado de funcionar: su cumplimiento se había hecho simplemente imposible. Erdogan era una estrella en ascenso dentro del movimiento de Erbakan hacia fines de los 80’s y en 1994 fue elegido alcalde de Estambul, donde, hasta sus críticos lo admiten, hizo un buen trabajo. Bajo la administración de Erdogan mejoraron los servicios, como lo hizo la masa de los pobres. Los viejos patrones de padrinazgo y corrupción difícilmente se eliminarían, pero fueron mantenidos dentro de ciertos límites. Con la fragmentación de la Derecha nacionalista, y la absoluta corrupción de todos los partidos en el parlamento, Erbakan fue capaz de encontrar su camino hacia el puesto de primer ministro en junio de 1996, sólo para sr depuesto por un “golpe postmodernista” de los militares un año más tarde. [17]
Erdogan aprendió la lección a partir de la caída de Erbakan: rompió con su viejo mentor y presentó un rostro más moderno. Esta credibilidad democrática recientemente descubierta, en conjunción con la corrupción y los malos manejos económicos por parte de los partidos principales, dejaron a Erdogan en una inmejorable posición para las elecciones de noviembre de 2002. El ingrediente final para esta “tormenta perfecta” fue el umbral de 10% para ingresar al parlamento: diseñado por los Evrenistas, que dejaron armada una estructura constitucional profundamente autoritaria para mantener afuera a las fuerzas extremistas, a saber, los islamistas y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), acabó fallando de forma espectacular. El disgusto de la población hacia los partidos principales se tradujo en que muchos de ellos cayesen por debajo del umbral, y el AKP entró al parlamento con una aplastante mayoría con tan sólo un tercio de los votos. [18]
Turquía bajo el AKP
Durante sus primeros años en el poder, el AKP llevó adelante políticas que fueron muy populares con los votantes turcos y, con toda objetividad, positivas. Mucho de la estructura que había dejado la junta de 1980 fue desarticulada Las leyes seculares hiper-restrictivas se relajaron. Y en menos de diez años, la economía turca triplicó su tamaño, transformando el país de estado periférico a potencia regional. Entretanto, sin embargo, se mostraban tendencias negativas.
Si bien Erdogan deshacía la versión de autoritarismo que los militares habían instaurado, lo hacía en parte tercerizando a favor de sus aliados en el movimiento Gülen, que manejaban el Poder Judicial y la policía nacional, para perseguir a la élite kemalista y desarticularla mediante el espectáculo de dos juicios masivos. el Ergenekon y el Balyoz (Martillo de demolición), basados en evidencia fraguada descaradamente [19], que ni siquiera era consistente y coherente internamente. [20] Luego del distanciamiento entre Erdogan y los gülenistas el 2013, la consiguiente purga de éstos de la burocracia, y más aún luego del intento de golpe de los gülenistas el 2016, la libertad se ido desgastando cada vez más en Turquía, con un Poder Judicial que ningún observador imparcial podría llamar independiente y medios de comunicación casi completamente en manos del gobierno y sus seguidores. (Sin embargo, como un cumplido que el vicio hace a la virtud, Erdogan ahora ha decidido que el episodio completo del espectáculo de los juicios fue una desgracia criminal, culpando de ello por entero a los gülenistas e indultando a todos los que se vieron envueltos en la cacería de brujas. [21])
Pese al daño institucional que Erdogan ha infligido al gobierno turco, es posible imaginar alguna forma en que un nuevo presidente la corregiría. Más difícil será revertir los cambios sociales implementados por su gobierno islamista, que han volcado las ideas extremistas que forjaron a Erdogan hacia las corrientes ordinarias.
Erbakan continua siendo una influencia sobre Erdogan. El entonces futuro líder de Al-Qaeda, Osama bin Laden, que ingresó a la militancia islamista uniéndose primero a la Hermandad Musulmana, encontró inspiración en Erbakan, y realizó su primer viaje a Turquía por causa de Erbakan. [22] No es difícil entender por qué.
La visión global de Erbakan, un rechazo al islam turco tradicional, es fuertemente influenciada por corrientes del mundo árabe, principalmente las doctrinas promulgadas por el ideólogo de la Hermandad Sayyid Qutb, que más tarde formarían los pilares del movimiento jihadista. [23] Es extremadamente contraria a Occidente, y considera a Europa y a los EE.UU. como materialmente ricos y espiritualmente vacíos. Es además una visión global que acoge teorías de la conspiración, sobre todo antisemitas. Erbakan relacionó la supuesta puja de los judíos por el dominio mundial con teorías de la conspiración más tradicionales – de hecho, con todas las teorías de la conspiración tradicionales, en torno al Grupo Bilderberg, la Comisión Trilateral, y las demás. [24]
Más importante aún para el pensamiento de Erdogan es Necip Fazıl Kisakürek, un poeta y escritor cuya ideología es mucho más distintivamente turca que la de Erbakan. Kisakürek rechazó el anti-sufismo de inspiración salafí de Qutb y Abul Al’a Mawdudi; él creía que ello les cegaba ante los significados profundos del Islam, tal como eran vislumbrados por gente como el teólogo medieval Al-Ghazali. Si bien esto pudiera mostrar a Kisakürek como “moderado”, en verdad el punto de vista de Kisakürek, directamente influenciado por el fascismo europeo y el bolchevismo, era directamente autoritario: despreciaba la democracia, deseaba eliminar toda forma de diversidad, y no creía que existiera una vida privada para los musulmanes. Kisakürek era racista de manera distinta a Erbakan, y el antisemitismo de Kisakürek era más arrollador: Kisakürek no creía en teorías de la conspiración tan sensacionales como Erbakan; en lugar de eso, encajaba a los judíos dentro de su narrativa nacional y racial de traición eterna, empezando con la responsabilidad de los judíos por a caída del Imperio Otomano. Kisakürek abogaba abiertamente por la limpieza étnica de los judíos en Turquía. Así y todo, a la vez que fanático, Kisakürek era también pragmático: argumentaba a favor de tomar de Occidente aquello que funcionase – como la tecnología – y hasta de mantener buenas relaciones con Occidente mientras los estados musulmanes fuesen débiles, sólo para tornarse completamente hostiles una vez que la revolución islamista resultase victoriosa. [25]
Erdogan continúa asistiendo a eventos en honor a Kisakürek, y ha admitido en reiteradas ocasiones la influencia que “el Maestro” tiene sobre su comprensión del mundo. La reestructuración del gobierno turco, creando una presidencia ejecutiva y sofocando la independencia de las cortes, es inspirada por la visión de Kisakürek sobre una sociedad perfecta. De la misma manera lo es el hecho que Erdogan considere como parte de su deber el criar una “generación piadosa” y aleccionar sobre asuntos sociales y morales: Kisakürek deseaba un líder supremo que fuese además un guía moral, y toda vez que no existe una vida privada, todo cae dentro de la competencia del Estado. El trato que Erdogan da a Israel y su uso de metáforas con un vago intento por disfrazar su antisemitismo, como el de “lobby de las tasas de interés”, para describir los problemas del país fluyen lógicamente desde las ideas de Kisakürek. [26]
La principal corriente de las ideas de Erbakan y de Kisakürek ha llegado más allá de los islamistas en Turquía; el antisemitismo y las teorías de la conspiración son ahora pilar de la oposición secular, que reemplaza ahora el rol de varios protagonistas de la narrativa islamista, acomodándose a sus propias necesidades, a la vez que frecuentemente se llega al mismo resultado de culpar a los judíos. [27] Y esto no es sólo un problema para Turquía. Desde el surgimiento de los Seljuks en adelante, los turcos han sido una fuerza dominante en el mundo del Islam. Al presente, el caso de Egipto es destacado: tras la caída de la Hermandad Musulmana del poder el 2013, muchos Hermanos se refugiaron en Turquía, desde donde se les ha permitido transmitir sus ideas extremistas e incitar contra el nuevo gobierno. [28]
Un caso que no ha sido destacado lo suficiente, es el de la antigua región soviética en Asia Central y el Cáucaso, donde el gobierno del AKP está desarrollando extensamente el alcance y la diseminación del islamismo, proporcionando literatura y educación religiosas. Si bien estas comunidades musulmanas son étnicamente túrquicas, es sobre bases religiosas que Ankara ha hecho contacto en las áreas post-soviéticas. [29] Ankara enfrentó algunas dificultades debido a que los comunistas habían aplastado diligentemente la infraestructura religiosa, aunque no exactamente secularizado estos estados, pero lograron algún éxito. [30] Es interesante que la mayor parte de esta expansión haya sido ejecutada por los gülenistas, antes de su distanciamiento con el AKP. [31] Turquía ha presionado a estos estados para cerrar escuelas y otras instituciones vinculadas con los gülenistas, que fueron inauguradas bajo los auspicios de esta expansión, pero, en Turkmenistán por ejemplo, la represión anti-gülenista fue indígena entre acusaciones de utilizar las escuelas para preparar a la élite e infiltrarse en el gobierno.[32]
Más al este, los uigures en Xinjiang, enfrentando una represión masiva por parte del gobierno chino, encontraron un defensor en Erdogan. Pero el gobierno turco ha hecho poca diferenciación entre inocentes bajo persecución y los extremistas. Los jihadistas uigur han podido trasladarse desde China hasta Siria atravesando Turquía de manera rutinaria. [33]
¿El fin de Erdogan?
El candidato del AKP, Binali Yildirim, perdió las elecciones locales por la alcaldía de Estambul en mazo del 2019 contra el candidato del CHP, Ekrem Imamoglu, tan sólo para que el Consejo Supremo Electoral de Turquía (YSK) anule la votación, mediante una decisión de siete contra cuatro, con el objeto de celebrar nuevamente las elecciones. No cabe duda que el control de Erdogan sobre el Estado ejerció presión para forzar la decisión del YSK. Un líder del CHP denunció el veredicto como “simple dictadura”. [34] Esto fue, de hecho, un ataque inusualmente descarado al sistema democrático turco.
Pocos medios de control existen todavía sobre la autoridad de Erdogan, pero una forma de responsabilidad se ha mantenido en el sistema turco de “autoritarismo competitivo”: las elecciones. La propia narrativa de Erdogan sobre su ascenso al poder – como la voz de la mayoría silenciosa y abandonada de turcos piadosos contra la hegemonía atatürkista – descansa sobre la legitimidad electoral. Aun cuando las votaciones se tornaban cada vez más injustas, con las reglas de juego cada vez más inclinadas para desfavorecer a la oposición, Erdogan se veía en la imposibilidad de fraguar abiertamente las elecciones o de cancelarlas. [35] Los sucesos de Estambul fueron, por ello, un desarrollo novedoso.
La razón por la que Erdogan se arriesgó a perder el último de los pilares más importantes de su legitimidad con tan descarado engaño anti-democrático en Estambul fue explicado por él mismo. “Si perdemos Estambul, perdemos Turquía”, habría declarado Erdogan. [36] Esto no es – o al menos no únicamente – un asunto de prestigio y autoridad política. Estambul provee de una enorme cantidad de dinero efectivo para mantener funcionando al AKP. La ciudad es gobernada por una red de empresarios pro-AKP que trabajan lado a lado con oficiales estatales para crear trabajos y servicios mediante proyectos de construcción y de infraestructura, que impulsaron la popularidad del AKP e hicieron ricos tanto a los empresarios como al AKP.
Haber perdido el voto de Estambul por segunda vez – y haberlo hecho por un margen tan decisivo (casi diez puntos porcentuales) es, por lo tanto, un serio golpe para el AKP. Tan importante como Estambul es para el AKP, Erdogan podía haber intentado mantener distancia. En lugar de ello, decidió jugarse el todo por el todo, y aun así no funcionó. Hasta Fatih, el distrito ultraconservador de Estambul, votó por el CHP por primera vez en la memoria de todos. [37] Ha habido otras señales desde las elecciones de que el AKP está en retirada, [38] y la oposición se ha visto claramente fortalecida. Queda por responder cuánto más puede retroceder Erdogan; él y sus seguidores todavía mantienen el control sobre puestos de poder dentro del estado y fuera de éste que pueden ser empelados para menoscabar a Imamoglu. Y sin importar lo lejos que llegue la oposición políticamente, deshacer el daño ideológico causado, en Turquía y más allá, tomará mucho más tiempo.
Referencias
[1] Mark Lowen, “El voto municipal de Estambul: ¿Es la ‘desastrosa’ derrota el principio del fin para Erdogan?” (‘Istanbul mayoral vote: Is “disastrous” loss beginning of Erdogan’s end?’), BBC News, 24 de junio de 2019.
[2] Bernard Lewis, El surgimiento de la Turquía moderna (The Emergence of Modern Turkey) (1961), p. 241.
[3] Ali Kazancigil y Ergun Ozbudun [eds.], Ataturk: Fundador de un Estado moderno (Ataturk: Founder of a Modern State) (1981), p. 127.
[4] Ibid, p. 22.
[5] Ibid, p. 110.
[6] Alexandre Barmine, Memorias de un diplomático soviético: Veinte años al servicio de la U.R.S.S. (Memoirs of a Soviet Diplomat: Twenty Years in the Service of the U.S.S.R.) (1938)
[7] El surgimiento de la Turquía moderna (The Emergence of Modern Turkey), pp. 263-80.
[8] Erik Zurcher, Turquía: Una historia moderna (Turkey: A Modern History) (2004, tercera edición), pp. 183-6.
[9] El surgimiento de la Turquía moderna (The Emergence of Modern Turkey), pp. 303, 312.
[10] Samuel Huntington, El choque entre civilizaciones y la recreación del orden mundial (The Clash of Civilizations and the Remaking of World Order) (1996).
[11] Michael Koplow, “Oficiales y demócratas” (Officers and Democrats), Foreign Affairs, 6 de julio de 2013.
[12] Soner Cagaptay, El nuevo sultán: Erdogan y la crisis de la Turquía moderna (The New Sultan: Erdogan and the Crisis of Modern Turkey) (2017), pp. 34-7.
[13] Ibid, pp. 51-2.
[14] Ibid, pp. 39-51.
[15] Ibid, pp. 38-9.
[16] Ibid, pp. 55-60.
[17] Ibid, pp. 69-76.
[18] Ibid, pp. 77-89.
[19] Dani Rodrik, “Conspiración contra los Generales” (Plot Against the Generals), Harvard University, junio de 2014.
[20] Gareth Jenkins, “Entre los hechos y la fantasía: La investigación Ergenekon de Turquía” (Between Fact and Fantasy: Turkey’s Ergenekon Investigation), Instituto Asia-Cáucaso Central, agosto de 2009.
[21] “Corte turca absuelve a 235 sospechosos en el renombrado juicio Ergenekon” (Turkish court acquits 235 suspects in notorious Ergenekon trial), A News, 1 de julio de 2019.
[22] Hassan Hassan, “Diario de Bin Laden revela que se formó gracias a la Hermandad Musulmana” (Bin Laden journal reveals he was shaped by the Muslim Brotherhood), The National, 2 de noviembre de 2017.
[23] El concepto clave qutbista adoptado por los jihadistas es hakimiyya (Soberanía de Dios) [The key Qutbist concept adopted by the jihadists is hakimiyya (God’s sovereignty)]. Véase: Shiraz Maher, Salafismo-Jihadista: La historia de una idea (Salafi-Jihadism: The History of an Idea) (2016).
[24] Svante Cornell, “Erbakan, Kisakürek, y la divulgación del extremismo en Turquía (Erbakan, Kısakürek, and the Mainstreaming of Extremism in Turkey), Hudson Institute, 4 de junio de 2018.
[25] Ibid.
[26] Ibid.
[27] Ibid.
[28] Yotam Feldner, “Canales de televisión de la Hermandad Musulmana, un caldo de cultivo para el extremismo” (Muslim Brotherhood TV channels, a hotbed of extremism), MEMRI, 9 de enero de 2019.
[29] Bayram Balci, “El alcance religioso de Turquía y el mundo túrquico” (Turkey’s Religious Outreach and the Turkic World), Hudson Institute, 11 de marzo de 2014.
[30] Gonul Tol, “La apuesta de Turquía por el liderazgo religioso” (Turkey’s Bid for Religious Leadership), Foreign Affairs, 10 de enero de 2019.
[31] Bayram Balci, “El alcance religioso de Turquía y el mundo túrquico” (Turkey’s Religious Outreach and the Turkic World), Hudson Institute, 11 de marzo de 2014
[32] Nick Ashdown, “Turkmenistán desarticula a los seguidores de Gülen” (Turkmenistan Cracking Down on Gülen Followers), EurasiaNet, 8 de diciembre de 2016.
[33] Michael Clarke, “Militantes uigur en Siria: La conexión turca” (Uyghur Militants in Syria: The Turkish Connection), Jamestown Foundation, 4 de febrero de 2016.
[34] Murat Baykara y Tara John, “El directorio electoral de Turquía ordena repetir las elecciones para alcalde de Estambul” (Turkey’s election board orders revote for Istanbul mayor), CNN, 7 May 2019.
[35] Berk Esen y Sebnem Gumuscu, “El autoritarismo competitivo al alza en Turquía” (Rising competitive authoritarianism in Turkey), Third World Quarterly, 19 de febrero de 2016.
[36] “Si perdemos Estambul, perdemos Turquía”: por qué la elección municipal es tan importante para que Erdogan se mantenga en el poder. (“If we lose Istanbul, we lose Turkey”: why the mayoral election is so critical to Erdogan’s hold on power), The National, 20 de junio de 2019.
[37] “El CHP de Imamoglu gana en 28 distritos en la repetición de elecciones para Estambul” (CHP’s Imamoglu wins in 28 districts in Istanbul rerun), Daily Sabah, 23 de junio de 2019.
[38] “El periodista Coşkun es absuelto de insultar al president de Turquía” (Journalist Coşkun acquitted of insulting Turkey’s president), Turkish Minute, 20 de junio de 2019.