Farzad Ramezani Bonesh, investigador senior y analista de asuntos internacionales
Hizb ut-Tahrir aboga fuertemente por la formación de un Estado islámico o califato. Nabahani escribió sus creencias en una tesis titulada Estado islámico. En este Estado, el califa tendría una decisión total en todos los aspectos de la sociedad, incluidos los asuntos personales, sociales y políticos. El grupo rechaza todo lo que considera no islámico, como la democracia y el sistema político actual en Afganistán. Hizb ut-Tahrir cree que el Gobierno afgano es un Estado títere y que su Constitución se rige por las leyes de los no creyentes. Desde el punto de vista del partido, los problemas continuarán hasta que se erradique la presencia estadounidense y de regímenes occidentales en Afganistán.
Difundiendo propaganda
Hizb ut-Tahrir no es un partido oficial, pero ha estado operando informalmente en oposición al Gobierno afgano desde 2003. Su objetivo final es derrocar al Gobierno y para lograrlo, trabaja en diferentes fases. Primero, trata de movilizar a la población a la acción difundiendo propaganda contra el Estado. Lo hace en forma de libros, revistas, publicaciones periódicas y folletos en su sitio web oficial. En segundo lugar, intenta infiltrarse en la sociedad a través de las mezquitas, universidades y escuelas religiosas en Afganistán. En tercer lugar, su objetivo es derrocar al Gobierno pacíficamente a través de un proceso político. Por último, si todo lo demás falla, tiene la intención de usar la fuerza o la yihad para derrocarlo.
Hizb ut-Tahrir y el Estado Islámico
Hizb ut-Tahrir cree que un califato debe basarse en las formas del profeta Mahoma o su Sunnah. Cree que el Estado Islámico (EI) ha destruido las percepciones de la gente sobre cómo debería ser un Estado islámico debido a su fuerte enfoque en la violencia y la fuerza bruta. El EI, según Hizb ut-Tahrir, está fuertemente influenciado por externos porque no tiene una base intelectual básica.
Sin embargo, muchos funcionarios del Gobierno creen que agentes de Hizb ut-Tahrir están trabajando con el EI, Al-Qaeda, grupos extremistas en Pakistán y los talibanes para llevar a cabo asesinatos políticos. Los críticos del grupo dicen que Hizb ut-Tahrir trabaja como el brazo cultural del EI y otros grupos yihadistas, y está reclutando y luchando para el EI tanto en Afganistán como en Siria.
En noviembre de 2015, el Gobierno afgano comenzó a prestar mayor atención a Hizb ut-Tahrir después de que se descubriera que el grupo se había infiltrado en varias organizaciones juveniles y servía como el ala cívica de varios grupos terroristas. Sin embargo, el Gobierno ha adoptado en gran medida un enfoque pasivo al tratar con Hizb ut-Tahrir, lo que ha provocado críticas generalizadas en Afganistán.
Los funcionarios afganos deben tomar la amenaza de Hizb ut-Tahrir más en serio. Dada la creciente influencia del grupo en las zonas rurales y urbanas con mayoría de población sunita, el grupo seguramente representará una amenaza significativa para el Gobierno y atraerá la atención de actores extranjeros en el país.
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