En Libia se está librando una batalla por la capital, Trípoli. De un lado se encuentra el Ejército Nacional Libio (ENL) liderado por el General Khalifa Haftar, con base al este del país, y del otro está el Gobierno de Pacto Nacional (GPN) reconocido internacionalmente, anteriormente liderado por el Primer Ministro Fayez al-Sarraj y con el apoyo de varias milicias. Ahmed al-Mismari, portavoz del ENL, recientemente declaró que pancartas terroristas pertenecientes al Estado Islámico (ISIS) y Al-Qaeda han empezado a surgir en los territorios controlados por el GPN en Trípoli. Fue aún más lejos, acusando a Turquía de inmiscuirse en la batalla enviando a extremistas de Jabhat al-Nusra desde Siria para apoyar al GPN en su lucha contra el ENL [1]
Este artículo intentará evaluar dichas acusaciones, analizando las causas en la raíz de los conflictos actuales en Libia y examinando las relaciones históricas entre la alianza turco-qatarí, y los terroristas y grupos extremistas en Libia.
Historia de dos gobiernos
En las primeras elecciones democráticas de Libia el 212, los partidos islamistas no lograron obtener la mayoría, y algunos partidos vinculados a los extremistas, como el Partido de la Patria (Hizb al-Watan), fundado por Abd al-Hakim Belhaj, un veterano de la Guerra yihad afgana y anteriormente líder del Grupo Libio de Lucha Islámica (GLLI) afiliado a Al-Qeda, no alcanzó ninguna representación. [2]
Pese a su fracaso, las milicias islamistas, incluyendo algunas vinculadas a organizaciones terroristas, continuaron ejerciendo considerable influencia. Fueron capaces de imponer un cerco sobre el parlamento electo para exigir la aprobación de leyes que les convenían y la designación de líderes prominentes en carteras ministeriales clave. [3]
En las elecciones parlamentarias, supervisadas por las Naciones Unidas de 25 de junio de 2014, las facciones más seculares ganaron la mayoría de las representaciones mientras que los islamistas consiguieron sólo 30 escaños de 200. Antes que conceder su derrota, los islamistas y sus aliados en la costa oeste de Libia formaron la coalición Amanecer Libio y lanzaron un golpe de estado. Los islamistas capturaron Trípoli tras una batalla de siete semanas. El parlamento recientemente elegido huyó hacia el pueblo oriental de Tobruk y, a la vez, nombraron a Haftar como su comandante del ejército. [4] En Trípoli se formó un “Gobierno de Salvación Nacional“ (GSN), compuesto por quienes habían perdido las elecciones del 2014. El GSN recibió el apoyo de la Hermandad Musulmana.
En un intento por resolver el problema de las autoridades en pugna, la NN.UU. mediaron el establecimiento del GPN en diciembre de 2015. Al-Sarraj fue elegido para liderar el GPN y en abril de 2016 éste retornó a Trípoli, imponiendo cierta autoridad. El GSN se disolvió efectivamente poco más tarde, si bien la autoridad del GSN fue invocada cuando su antiguo líder, Khalifa al-Ghawil, dirigió un intento de golpe contra el GPN meses más tarde, una jugada que ha desencadenado enfrentamientos intermitentes desde entonces. No obstante, varias instituciones establecidas bajo el plan de las NN.UU. no han funcionado adecuadamente. El Alto Consejo del Estado (ACE), un órgano no electo asesor del parlamento, se formó como un compromiso de corto plazo entre el GPN y el gobierno de Tobruk; el ACE tiene ahora una influencia importante, sin control alguno, sobre el funcionamiento del sector público en Trípoli y es liderado por Khalid al-Meshri, un conocido antiguo líder de la Hermandad Musulmana. El parlamento basado en Tobruk se ha negado a reconocer al GPN, y el papel de las NN.UU. en ratificar de hecho la toma de poder por parte de personas que habían perdido las elecciones ha sido muy controvertida. La administración Tobruk ha estado operando con su propio Primer Ministro, Abdullah al-Thani.
Pese a que el GPN ha sido reconocido por la mayoría de los protagonistas internacionales más importantes, incluyendo los EE.UU., la U.E. y las NN.UU. [5], éste carece de legitimidad y es percibida por algunos libios como una imposición extranjera. Adicionalmente, el GPN ha sido incapaz de ejercer su soberanía en los hechos, ni siquiera en Trípoli, que ha quedado dividida entre cuatro grandes milicias locales que se han infiltrado en las instituciones estatales, vaciándolas por completo. [6]
La antesala dela batalla actual
En un intento por poner fin al estancamiento entre los dos gobiernos, se han diseñado varias propuestas de paz, siendo las más conocidas las de la conferencia en Paris en mayo de 2018 y de una conferencia internacional en noviembre de 2018 organizada por el gobierno italiano en Palermo, Sicilia. En ambas conferencias, el GPN y el ENL acordaron celebrar elecciones, las que fueron aplazadas por varias razones de diciembre de 208 hasta una fecha por definir en 2019. [7]
Sin embargo, paralelamente a estos esfuerzos por la paz, las milicias afiliadas al GPN intentaron tomar el control de zonas estratégicas del ENL. Por ejemplo, el 14 de junio de 2018, una coalición de combatientes autodenominado la Guardia de Instalaciones Petroleras (GIP), liderada por Ibrahim al-Jadran, quien controló la medialuna petrolera entre 2012 y 2016, lanzó una ofensiva desde una base cerca a Bani Walid al oeste de Libia, intentando capturar las terminales de exportación petrolera y los pueblos cercanos que se hallaban bajo el control del ENL. [8] El ACE en Trípoli apoyó tácitamente la ofensiva, que el ENL logró repeler.
En consecuencia, los recientes reclamos de Al-Sarraj en cuanto a que las campañas militares de Haftar contra Trípoli constituirían una traición a los acuerdos de paz suenan vacíos. El objetivo de Haftar ahora es poner fin a estas riñas, eliminando el régimen fragmentado de una serie de criminales y milicias extremistas en Trípoli, y reuniendo al país bajo una autoridad única y efectiva.
Los cuestionables lazos de Ankara y Qatar
Desde la Primavera Árabe, Turquía se ha convertido posiblemente en el principal patrocinador del radicalismo, principalmente en Siria, donde sus políticas impulsaron a ISIS y a grupos afiliados a Al-Qaeda. [9] Libia podría ser considerado otro país donde Turquía, y su aliado Qatar, ha invertido fuertemente en patrocinar grupos vinculados con organizaciones terroristas.
Durante el levantamiento contra Gaddafi del 2011, Qatar equipó con armas a algunos facilitó grupos extremistas dentro de Libia, especialmente a aquellos aliados a Al-Qaeda. Uno de estos grupos es la facción liderada por Belhaj. Algunas de las armas enviadas por Doha a Libia fueron más tarde utilizadas en Mali por militantes vinculados con Al-Qaeda. [10] Qatar ha estado implicado en el financiamiento de organizaciones terroristas en Libia, como ISIS y Ansar al-Shariah, lo que aumentó la capacidad de estos grupos para pagar a los combatientes salarios mensuales de USD 100 o más, y de esa manera incrementar sus facilidades de reclutamiento. [11]
Turquía ha establecido relaciones con grupos afiliados a Al-Qaeda en varios lugares a través de la región. Uno de esos casos fue el del ciudadano irlandés nacido en Libia, Mahdi al-Harati, quien desde abril hasta agosto de 2011 manejó la “Brigada Trípoli”, una unidad armada que participó en la batalla final por expulsar al dictador libio Muammar al-Gaddafi fuera de la capital. Poco después de la caída de Trípoli, Harati fue nombrado comandante suplente del Consejo Militar de Trípoli (CMT), que en ese entonces era encabezado por Belhaj. Harati renunció en octubre de 2011 y, con el apoyo de los gobiernos qatarí y turco, se unió a la insurgencia siria. Por este mismo tiempo, Belhaj se dirigió igualmente a Turquía y se reunió con líderes de la oposición siria. En abril de 2012, Harati y su cuñado, Houssam Najjair, establecieron Liwa al-Ummah, basada en la gobernación Idlib al noroeste de Siria. [12]
Ankara ha continuado apoyando a grupos extremistas en Libia, en Trípoli y en Misrata, con armas, pese al embargo de armas impuesto por las NN.UU. En diciembre de 2018, un cargamento de armas proveniente e Turquía fue capturado en el puerto de Khoms, cerca de Trípoli. El cargamento contenía 3.000 pistolas de fabricación turca, así como también algunas otras pistolas, rifles de cacería y municiones. [13] Turquía se comprometió a poner fin a estos cargamentos y abrió una investigación conjunta con el GPN.
Y sin embargo, apenas dos meses más tarde, en febrero de 2019, otro cargamento de armas turcas fue confiscado en el mismo puerto marítimo. Este incluía nueve vehículos de asalto armados Toyota Sierra Leone 4X4 y tanques de combate fabricados en Turquía. Estas armas estaban destinadas a las Fuerzas Especiales de Disuasión (FED) y al Batallón Nawasi Battalion, que son dos de las cuatro milicias que conforman la Fuerza de Protección de Trípoli. [14] Cabe reiterar aquí que las milicias de Trípoli están ligadas a figuras clave del GLLI. [15]

Las NN.UU. han confirmado el papel de Turquía en el apoyo a elementos extremistas de la coalición Amanecer Libio, y Qatar ha mantenido sus relaciones con Belhaj.[16] Adicionalmente, el ENL ha capturado a algunos combatientes turcos durante las batallas que se continúan sucediendo en Trípoli quienes confesaron trabajar para la agencia de inteligencia turca MIT. [17] MIT fue responsable de entregar armas a los insurgentes islamistas en partes del norte de Siria a fines del 2013 y principios del 2014, según un fiscal turco y testimonios prestados en juicio por oficiales de gendarmería responsables del control fronterizo. [18] El apoyo exterior adicional a las milicias de Trípoli de parte de Turquía – incluyendo a grupos afiliados a la Hermandad Musulmana y Al-Qaeda – les permitió infiltrase en la administración de seguridad y política de la ciudad. [19]

Ante estos antecedentes, las acusaciones del portavoz del ENL contra Turquía por el envío de miembros de Al-Nusra hacia Libia para reforzar al GPN en la batalla por trípoli no puede ser desestimada fácilmente. [20] Los hechos muestran un claro patrón de apoyo de Ankara para las facciones extremistas en Libia, frecuentemente con la colaboración de Qatar.
Conclusiones
La lucha por Trípoli es clave para el futuro de Libia. El régimen nominal del GPN está basado en milicias predadoras que compiten entre sí dentro de la ciudad, y un fin a esta situación podría restaurar la estabilidad. Sin embargo, la batalla será larga, especialmente dado que los islamistas pueden contar con el apoyo de Turquía y Qatar.
Algunos críticos afirman que la ofensiva del ENL contra Trípoli exacerbará la inestabilidad antes que traer orden a Libia.[21] No obstante, ellos desconocen el hecho que Trípoli ya es inestable y precisamente debido a sus actuales autoridades, los varios jefes militares y milicias, que se benefician de la economía de la guerra, con sus continuos secuestros y escaramuzas para expandir sus feudos. [22]
El interés principal de los estados vecinos en África del Norte y Europa son el contraterrorismo y la contención del flujo migratorio. El GPN está aliado estrechamente con la Brigada de Defensa de Benghazi, una milicia terrorista listada por los EE.UU. y la U.E. Salah Badi, un caudillo extremista buscado por debilitar la estabilidad en Libia, tiene vínculos cercanos con el GAN, como los tiene también Abdul Rahman al-Milad, un líder miliciano buscado por tráfico de inmigrantes. [23]
En resumen, el GAN, y las milicias en las que recae su autoridad, son más un obstáculo que una ayuda en lo que se refiere a alcanzar estabilidad en Libia, que pueda reprimir al terrorismo y al flujo de personas.
[1] El Ejército Nacional Libio acusa a Turquía de enviar terroristas a Trípoli (Libyan National Army Accuses Turkey of Sending Terrorists to Tripoli), Asharq Al-Awsat, 20 de abril de 2019, disponible en: https://bit.ly/2ISZq56
[2] Mary Fitzgerald, El arma libia de los rebeldes sirios (The Syrian Rebels’ Libyan Weapon), Foreign Policy, 9 de agosto de 2012, disponible en: https://econ.st/2UTbkDp
[3] Ibid.
[4] La apuesta de las NN.UU. en las elecciones en Libia (The UN’s election gamble in Libya), Strategic Comments, Vol. 24, Comentario 18, junio de 2018, p. iv.
[5] Ibid., p. iv.
[6] Wolfram Lacher y Alaa al-Idrissi, Capital de milicias: Los grupos armados de Trípoli capturan al Estado Libio (Capital of Militias: Tripoli’s Armed Groups Capture the Libyan State), Small Arms Survey Briefing Paper, junio de 2018, disponible en: https://bit.ly/2m0lWfQ
[7] Ludovico Carlino, Los prospectos en el proceso de paz libio (Libyan peace process prospects), IHS Markit, 20 de noviembre de 2018, disponible en: https://bit.ly/2DyWzLc
[8] Luego del duelo final en la medialuna petrolera de Libia (After the Showdown in Libya’s Oil Crescent), International Crisis Group, N° 189, 9 de agosto de 2018, disponible en: https://bit.ly/2UQxdTM
[9] Michael Rubin, La táctica de Turqupia en Libia (Turkey’s Libya Gambit), The National Interest, 11 de enero de 2019, disponible en: https://bit.ly/2THDdJv
[10] James Risen, Mark Mazzetti y Michael S. Schmidt, Las armas aprobados por los EE.UU. para los rebeldes libios cayeron en manos jihadistas (U.S.-Approved Arms for Libya Rebels Fell into Jihadis’ Hands), The New York Times, 5 de diciembre de 2012, disponible en: https://nyti.ms/2FJTW8t
[11] Lydia Sizer, El desafío terrorista de Libia: Evaluando la amenaza salafí.jihadista ( Libya’s Terrorism Challenge Assessing the Salafi – Jihadi Threat), Middle East Institute: serie Contraterrorismo, N° 1, octubre de 2017, (p. 11), disponible en: https://bit.ly/2USCfiS
[12] Charles R. Lister, La jihad siria de Al-Qaeda, el Estado Islámico y la evolución de la insurgencia (The Syrian Jihad Al-Qaeda, the Islamic State and the Evolution of an Insurgency), (Oxford: Oxford University Press, 2015), p. 76.
[13] Libia protesta contra carga de armas desde Turquía, se abre una investigación conjunta (Libya complains of arms cargo from Turkey, joint investigation launched), Reuters, 22 de diciembre de 2018, disponible en: https://bit.ly/2IGhNLw
[14] Intromisión turca en Libia (Turkish meddling in Libya), Ahram online, 16 de febrero de 2019, disponible en: https://bit.ly/2GE5IEa
[15] Guía rápida sobre los principales protagonistas en Libia (A Quick Guide To Libya’s Main Players), Consejo Europeo en Relaciones Internacionales (European Council on Foreign Relations), disponible en: https://bit.ly/2L2nghK
[16] Uzay Bulut, ¿Turquía estabiliza a Libia? Piénselo mejor (Turkey Stabilizing Libya? Think Again), Gatestone Institute, 22 de noviembre de 2018, disponible en: https://bit.ly/2Zx2biz
[17] El ENL captura elementos turcos durante su lucha contra las milicias de Seraj (LNA captures Turkish elements during his fight with Seraj’s militias), Al Balad News, 26 de abril de 2019, disponible en: https://bit.ly/2XJxk0o
[18] En exclusiva: La inteligencia turca asistió en el envío de armas a islamistas sirios en zonas rebeldes (Exclusive: Turkish intelligence helped ship arms to Syrian Islamist rebel áreas), Reuters, 21 de mayo de 2015, disponible en: https://reut.rs/2BXUp5A
[19] Paul Iddon, Turquía y sus rivales regionales se enfrentan en Libia (Turkey and regional rivals clash in Libya), Ahval, 16 de abril de 2019, disponible en: https://bit.ly/2Pq2cA4
[20]Combatientes Al-Nusra fueron enviados desde Turquía para unirse a las batallas por Trípoli: ENL (Al-Nusra fighters were sent from Turkey to join Tripoli battles: LNA), Al Arabiya, 19 de abril de 2019, disponible en: https://bit.ly/2GGkYAF
[21] Giorgio Cafiero y Theodore Karasik, La marcha del General Hifter hacia Trípoli (General Hifter’s march on Tripoli), Middle East Institute, 9 de abril de 2019, disponible en: https://bit.ly/2L1MBsa
[22] Sami Zaptia, “Secuestro miliciano” a la Cámara de Trípoli resultó ser un arrestó por “fuerzas oiciales” (Tripoli Chamber ‘‘militia kidnapping’’ turns out to be arrest by ‘‘official forces’’), Libya Herald, 6 de junio de 2018, disponible en: https://bit.ly/2GFL6M0
[23] David D. Kirkpatrick, Matones y extremistas se unen a la Batalla por Trípoli, complicando la refriega libia (Thugs and Extremists Join Battle for Tripoli, Complicating Libyan Fray), The New York Times, 12 de abril de 2019, disponible en: https://nyti.ms/2DBj7uV