Desde la muerte de Osama bin Laden en 2012, el enfoque de Al-Qaeda y sus filiales dio un giro hacia escenarios más regionales. A raíz de ello, algunas de sus filiales relegaron a un segundo plano a Al-Qaeda, que tradicionalmente operó desde las áreas tribales de Pakistán. No está claro si los mandos de Al-Qaeda todavía tienen su base en el Sur Asiático. Hay muchos indicadores según los cuales parecería que Al-Qaeda está disperso, pero sus líderes de mayor rango probablemente estarían en Yemen.
Uno de las filiales de Al-Qaeda es Al-Shabaab, en Somalia. En los últimos 6 o 7 años Al-Shabaab se ha fortalecido, tiene más experiencia y parece estar preparado para expandir su ideología yihadista a lo largo de la costa oriental de África. De acuerdo con información confiable habría un intercambio de experiencias, tácticas y de conocimiento entre grupos yihadistas de Sahel y África Occidental, y Al-Shabaab, pero aun así no hay razón suficiente para que la Unión Europea (UE) y la Organización de Naciones Unidas (ONU) coloquen a Al-Shabaab en la lista de grupos terroristas. Como el Talibán, Al-Shabaab ejecuta ataques suicidas en contra de sus oponentes, pero esa parecería no ser una de las razones principales para eventualmente designar a la organización como terrorista.
A mediados de 2015, Al-Shabaab comenzó a utilizar una nueva táctica denominada Blitzkrieg (guerra relámpago) para atacar e invadir bases de la AMISOM (Misión de la Unión Africana en Somalia). En lugar de los ataques ingimahsi regulares de 4 o 5 combatientes suicidas, un grupo grande de combatientes fuertemente armados atacan e invaden bases militares. Los analistas no explican cuál sería la razón del repentino cambio en las tácticas de Al-Shabaab. Una explicación podría estar en que durante ese tiempo, los máximos líderes militares de Al-Qaeda, Sayf al-Adl y Abu Mohamed al-Masri, fueron liberados por Irán y llevados a Yemen. Al-Adl advirtió que había demasiados drones en Yemen y fue visto por un testigo en Somalia, un área donde al-Adl y al-Masri estuvieron activos en la década de 1990 y donde se sentían cómodos. Bien podría ser que la nueva táctica fuera introducida por la plana mayor de Al-Qaeda, ya que la cronología de los hechos favorecería esta explicación.
A medida que Al-Shabaab se fortalecía, la disidencia comenzó a propagarse en las filas de unos cuantos comandantes de Al-Shabaab en el norte. Asimismo, el sur de Somalia se unió a las filas de Abu Bakr al-Baghdadi y fundó el Estado Islámico Somalia (ISS, por su sigla en inglés) en 2015. Aunque se dice que el ISS tiene una fuerza solo algunos cientos de hombres, ha expandido sus actividades a toda Somalia. Como el ISS se transformó en una amenaza potencial, Al-Shabaab decidió acabar con su rival. En enero de 2019 un antiguo comandante de Al-Shabaab, Yahya Haji Fiile -que recurrió al ISS- fue muerto en el pueblo sureño de Bu’ale.
Sin embargo, ambos grupos terroristas continúan perpetrando atentados contra las fuerzas gubernamentales somalíes. Un Al-Shabaab más fuerte y preparado ha podido lanzar ataques en Mogadiscio contra objetivos militares. En diciembre de 2018 y febrero de 2019 Al-Shabaab colocó dos minas al borde de un camino, en lugares casi idénticos, que en la primera explosión dieron muerte al comandante de la Brigada 12 de Abril al igual que a su lugarteniente. En febrero dos coroneles de la misma brigada fueron también blanco de ataques y asesinados. El Gobierno había recibido 68 vehículos de combate blindados desde Catar en enero de 2019, pero los coroneles no conducían ninguno de ellos.
En Somalia, el rol de los Estados del Golfo es interesante. Volviendo a 2013, Al-Shabaab ejecutó un ataque suicida contra un convoy catarí en Mogadiscio que mató al menos a ocho personas. Nunca se hizo público quién estaba en el convoy, pero se cree que el jefe de inteligencia, Ghanim al-Qubaisi, era el objetivo del atentado. Con este atentado los cataristas reconsideraron sus objetivos y parece que Doha decidió adoptar un papel más activo en el Cuerno de África. Curiosamente esto coincidió con los hallazgos de hidrocarburos frente a la costa de Somalia. Parece haber un patrón de involucramiento catarí en la violencia y el terrorismo en África cuando están en juego hidrocarburos.
En 2011, Catar estaba profundamente involucrado en la campaña de la OTAN en contra de Libia. Desde que estalló la guerra civil en Libia en 2014, Catar apoyó a grupos cercanos a la Hermandad Musulmana y a Al-Qaeda en Libia oriental. Libia era un rival de Catar en el mercado del gas natural licuado (GNL), pero ya no lo es.
En África Occidental, Nigeria anunció que desarrollaría una planta de GNL, presentando así competencia a Catar. Si bien Catar no pudo impedir el desarrollo de esta planta, la participación catarí en la región comenzó a crecer. Cuando ciudadanos occidentales fueron secuestrados por Boko Haram y sus filiales, Catar se apresuró a ofrecer sus servicios como intermediario para negociar.
Un funcionario de inteligencia europeo me informó que las actividades cataríes tenían múltiples objetivos y que eran mutuamente beneficiosas para Catar. En secreto, Catar hizo sus tratos con Boko Haram para financiarlos. Posteriormente, los cataríes les aconsejaron secuestrar occidentales. Catar iniciaría oficialmente negociaciones y pagaría por la liberación de los occidentales. Una vez que se efectuaran los pagos, los occidentales estarían contentos por la liberación de su gente sana y salva sin que ellos mismos tuvieran que pagar. Catar fue aclamada en capitales occidentales y al mismo tiempo pudo financiar a grupos terroristas como Boko Haram y Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQIM, por su sigla en inglés) sin ser sancionado por otros países. En Nigeria, Catar pudo “mantener el agua hirviendo a la temperatura correcta”.
En África oriental vemos que la violencia islámica radical estaba creciendo no solo en Somalia, sino también en Kenia y Mozambique. [1] [2] [3] Tanto Kenia como Mozambique recientemente han descubierto grandes cantidades de hidrocarburos y también en ambos países hay una fuerte presencia de Al-Shabaab. Recientemente el Estado Islámico (EI) también estableció una presencia en el norte de Mozambique. [4] Es muy interesante observar que, en los últimos meses, [5] [6] Qatar Petroleum firmó acuerdos en Somalia, Kenia y Mozambique para la explotación de campos hidrocarburíferos en ultramar.
Se puede predecir que Somalia, Mozambique y probablemente Kenia vean un descenso de la violencia en un futuro próximo y también un aumento de la islamización. En África Oriental probablemente surgirán nuevos proyectos de Qatar Charity y Sheikh Eid al-Thani Charity.
Mientras que los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudita son aclamados incluso por el International Crisis Group (ICG, por su sigla en inglés) por cumplir un rol importante en el desarrollo de paz en el Cuerno de África después del atentado en Bosaso, está claro que Catar es un agente desestabilizador que solo está en pos de sus propios intereses. [7] [8] El informe del ICG señalaba que los “EAU deben evitar que la competencia dentro del Golfo tiña su compromiso”. [9] Somalia demostró que el ataque terrorista de mayo de 2019 en Bosaso estuvo dirigido desde Catar.
Parece que las ambiciones de Catar en Somalia no solo se centran en los depósitos de hidrocarburos. En mayo de 2019, en Bosaso, explotó un coche bomba y varias personas resultaron heridas. En una llamada telefónica interceptada entre el empresario catarí Kayed al-Muhanadi y el embajador catarí en Somalia, el primero se jacta de saber quién está detrás de “la explosión de bombas y los asesinatos”. [10]
El New York Times recibió una copia de la grabación de la llamada telefónica e informó que al-Muhanadi -cercano al líder de Catar, Emir Tamim al-Thani- había señalado que la violencia tenía la “intención de obligar a la población de Dubai a escapar de allí.” Al-Muhanadi tenía claros sus objetivos cuando manifestó: “Dejemos que expulsen a los emiratíes, de modo que no renueven contratos con ellos y yo traeré el contrato aquí a Doha.” [11] [12]
Al promocionar sus objetivos potenciando y financiando a grupos terroristas, y su distorsionada comprensión del Islam en su propio beneficio financiero, Catar está jugando un peligroso juego que pronto tendrá un efecto contraproducente. Hasta ahora Catar ha evadido controles en África gracias a su importante financiamiento de proyectos y sus exorbitantes sobornos. Pero, sus siniestros planes están saliendo a la luz y es posible que tengan consecuencias, pues los adversarios de Catar podrían apartarlo de África.
Referencias
[1] https://www.crisisgroup.org/africa/horn-africa/kenya/al-shabaab-s-kenyan-ambitions
[2] https://qz.com/africa/1558111/mozambiques-islamist-threat-al-shabaab-has-roots-in-tanzania/
[10] https://www.nytimes.com/2019/07/22/world/africa/somalia-qatar-uae.html
[11] https://www.nytimes.com/2019/07/22/world/africa/somalia-qatar-uae.html
[12] https://www.nytimes.com/2019/07/22/world/africa/somalia-qatar-uae.html