Aditi Bhaduri
El término “radicalismo hindú” apareció primero en la década de 1980 y cobró importancia posteriormente en la década de los años 2000, cuando tuvieron lugar una serie de atentados por parte de grupos hindúes en contra de miembros de comunidades cristianas y musulmanas en la India. El radicalismo hindú es, en cierto sentido, único porque está conectado con el nacionalismo indio. La mayor parte de quienes son considerados radicales hindúes -personas que han linchado a no hindúes por razones religiosas, por ejemplo- no poseen deseo alguno de expansión hindú en el mundo. Buscan, más bien, recuperar a la India para los hindúes, y acentuar el carácter del hindú de la India o establecer un Estado hindú. Su ideología no está arraigada ni basada en la religión, sino en un comunalismo revanchista virulento.
Evolución del radicalismo hindú
Si bien el radicalismo hindú tiene profundas raíces históricas, aún continúa forjándose en función de eventos regionales y globales. Por siglos el hinduismo ha cobrado forma debido a su capacidad de absorber influencias y tradiciones externas. India es probablemente el único país donde prácticamente 1000 años de gobierno musulmán no derivaron en una población mayoritariamente musulmana. Tampoco los cerca de cuatro siglos de colonialismo europeo lograron convertir a la mayoría de la población al cristianismo. Pero, sí dieron paso a la creación de una gran minoría de comunidades de musulmanes y de cristianos junto a la mayoría hindú.
Hindúes y musulmanes lucharon juntos en contra del imperialismo británico en 1857. Sin embargo, a medida que el poder musulmán en la India cedía paso al Gobierno británico se iniciaban movimientos revivalistas como Deobandi y Jamaat-e-Islami. Estos movimientos hacían hincapié en el estado de separación, y tenían un carácter purista y exclusivista. La reacción hindú tanto a la colonización europea como a los movimientos revivalistas islámicos que surgieron, se manifestó a través de varios movimientos hindúes como el Arya Samaj, el Brahmo Samaj, entre otros. Posteriormente, en el siglo XX emergieron movimientos matizados políticamente que intentaban preservar el “carácter hindú” o “Hindutva” en el movimiento Rashtriya Swayam Sevak (RSS).
El movimiento Rashtriya Swayam Sevak (RSS)
El movimiento RSS surgió en 1924. Su interés no estaba tanto en la religión sino en la identidad política y cultural hindú: identificaba a un hindú como alguien del territorio indio. En este sentido, abarcaba a cristianos y musulmanes como “hindúes”, argumentando que la mayoría eran conversos del hinduismo. La declaración de principios señala que “la cultura hindú es el aliento vital del Hindusthan. Por tanto está claro que si se debe proteger al Hindusthan, primero debemos fomentar la cultura hindú. Si la cultura hindú perece en el propio Hindusthan, y si la sociedad hindú deja de existir, difícilmente sería apropiado referirse a la entidad meramente geográfica que se mantiene como Hindusthan.”
Su objetivo reconocido era inculcar orgullo acerca de su cultura y herencia en los hindúes, así como unirlos -divididos como estaban- según castas, de modo que puedan realizar su potencial y llevar a la India de vuelta a su antigua gloria. La casta y la desunión entre los hindúes -prosigue- habían resultado en una debilidad hindú y permitió que la India sea gobernada por fuerzas externas durante siglos.
Hecho al estilo del fascismo europeo
Numerosos estudios académicos argumentan que en su empeño de inculcar disciplina y unidad entre los hindúes, el movimiento RSS intentó modelarse al estilo del fascismo europeo que emergió en la década de 1930. Ciertamente algunos activistas hindúes, que se esforzaban por poner fin al Gobierno británico, habían buscado construir alianzas con países como Alemania y Japón, por el simple hecho de que se oponían a los británicos. La investigadora italiana Marzia Casolari observó que entre 1924 y 1935 el periódico Marathi Kesari publicó “editoriales y artículos sobre Italia, el fascismo y Mussolini. Lo que impresionaba a los periodistas de Marathi era el origen socialista del fascismo y el hecho de que el nuevo régimen parecía haber transformado a Italia, de un país atrasado a un poder de primera clase.”
Un mentor del ideólogo del RSS, B.S. Moonje, también había viajado por Europa, incluyendo Italia, donde conoció a Mussolini. Pero el grado hasta el cual el fascismo europeo influyó en el RSS -si en realidad lo hizo- está fuera del alcance de este documento. La declaración de principios de la organización señala “El continuo crecimiento del Sangh está en claro contraste con muchos movimientos nacionales o internacionales -o “ismos”- los cuales después de un frenesí inicial, lentamente muren o se degeneran, y cambian forma al punto de ser luego irreconocibles.”
Con todo, el RSS sí se ha diferenciado por su estricta disciplina. Fue proscrito brevemente en dos ocasiones por el Gobierno hindú en la India. Ha evolucionado con el tiempo, pero sobre todo, ha movilizado gente a través de su trabajo humanitario, ya sea durante la guerra de 1962 con China, después del desastroso terremoto de 2001, o en educación en algunos de los lugares más rurales de la India, ganando el reconocimiento de su rival -el Congreso Nacional Indio- y sus líderes seculares, como Jawaharlal Nehru, el primer primer ministro de la India.
Aunque no presentó demandas al poder político, el RSS ha trabajado y continúa haciéndolo inexorablemente entre las masas de la India, proporcionando educación, capacitación física, lecciones religiosas y servicio humanitario. Su enfoque disciplinario le ha permitido surgir como la ONG más grande del mundo.
Cómo la separación exacerbó el radicalismo hindú
El Gobierno británico exacerbó la discrepancia que existía entre hindúes y musulmanes, que llegó a su punto máximo con la partición de India en 1947 entre el Pakistán musulmán y la India de mayoría hindú. La separación fue sangrienta y violenta: 7 millones de personas fueron desarraigadas, habiendo quedado en la historia moderna como la mayor migración masiva de población.
Territorialmente esto afectó al este y al noroeste de India, y es la razón por la cual la antipatía de los musulmanes hacia los radicales hindúes es más pronunciada en el norte de India que en cualquier otro lugar. Puesto que Pakistán fue creada por razones religiosas, la psique hindú percibió el ataque en términos religiosos y un trasfondo de tensión ha definido las relaciones hindúes-musulmanes desde entonces. El RSS estaba en contra de la partición y un radical de la organización en 1948 asesinó a Mahatma Gandhi, el apóstol de la paz, creyendo que Gandhi estaba entregando demasiado a Pakistán. Este fue el primer acto criminal del radicalismo hindú en la India independiente.
Percepciones de injusticia
Si bien la Constitución hizo de India un país secular, el secularismo indio no significó un divorcio estricto entre Estado y religión, sino la aceptación de religiones diferentes. De hecho, los padres fundadores de la Constitución otorgaron privilegios especiales y derechos a comunidades minoritarias. Por ejemplo, las instituciones minoritarias son autónomas y están exentas del control gubernamental. La India secular permitió que todas las comunidades sean gobernadas por sus leyes personales relacionadas con matrimonio, divorcio y herencia. Al único Estado mayoritariamente musulmán de Jammu y Cachemira se le permitieron privilegios especiales no disponibles para hindúes u otros Estados. Entretanto, la comunidad hindú, por sí sola, fue objeto de numerosas reformas.
Un particular punto de fricción fue el tema de la conversión religiosa. Mientras el hinduismo es una religión mayormente no proselitista, los misioneros cristianos y musulmanes continuaban interesados en conversiones religiosas de hindúes, principalmente de clases marginadas. Consecuentemente, el radicalismo hindú se manifestó como mayormente antimusulmán y anticristiano. Los radicales hindúes nunca tuvieron problemas con las otras minorías no proselitistas de la India como las comunidades zoroastrianas o judías. Tampoco los radicales hindúes han realizado ningún acto violento fuera de la India. No les preocupa especialmente propagar su visión del mundo fuera de las fronteras de la India. Los radicales hindúes tampoco han tratado de imponer su idea de hinduismo a otros hindúes. Cuando intentaron imponer sus ideas, esto estuvo dirigido únicamente a dos grupos -cristianos y musulmanes- lo cual se refleja en el número de “reconversiones” al hinduismo. Sostienen que la mayoría de los cristianos y musulmanes de la India son conversos, que una vez fueron hindúes y deberían volver a su religión original, sacudiéndose del yugo de la esclavitud extranjera.
Las percepciones hindúes de injusticia también llevaron al aumento de grupos como Vishwa Hindu Parishad (VHP, por su sigla en inglés) y organizaciones filiales que podían movilizar gente a su alrededor. Este grupo enfatizaba el carácter hindú de la India y la idea de reclamar “espacios hindúes”. Su principal objetivo era contrarrestar las conversiones de hindúes al islam o cristianismo, y tratar de reconvertir a los ya convertidos de nuevo al hinduismo. El grupo también trató de acumular apoyo público en torno a otras “causas hindúes” como prohibiciones relacionadas con conversiones, la prohibición de carnear vacas (que está en la Constitución de la India) y la construcción de un templo hindú en un sitio controversial.
Con el tiempo, surgieron diversos grupos autodenominados guardianes de la moralidad y cultura hindú que ejercían la violencia en contra de miembros vulnerables de comunidades cristianas y musulmanas. Estos grupos también perseguirían a miembros de la comunidad hindú que practicaban “tradiciones extranjeras” como el Día de San Valentín. Esto, una vez más, ha ocurrido mayormente en el oeste y norte de la India.
Radicalismo en otras comunidades
El radicalismo hindú también ha sido avivado por el radicalismo en otras comunidades. El primer caso de prohibición de un libro en la India fue el de “Los versos satánicos” de Salman Rushdie, por parte del Gobierno, tomando en consideración los sentimientos musulmanes. De la misma manera, presentaciones del reconocido pintor M.F. Hussein fueron saqueadas por grupos de hombres que afirmaban que habían “herido” los sentimientos hindúes. Esa violencia, a veces llevó a la polarización política que ayudaba a políticos locales.
Las demandas irredentistas de Pakistán sobre Jammu y Cachemira basadas en la religión -que llevó a tres guerras con la India, al igual que a numerosos ataques terroristas dentro del país- ha contribuido más a anexar el hinduismo al nacionalismo. Los radicales creen que la seguridad para los hindúes yace en la seguridad de las fronteras de la India. Más recientemente, con la globalización y penetración de internet, el radicalismo hindú ha recibido un pequeño incentivo del aumento global tanto del islamismo como de la islamofobia.
Vigilantismo de la vaca hindú
Cuando el Partido Bharatiya Janata (BJP, por su sigla en inglés), la rama política del RSS ascendió al poder en 2014, el Primer Ministro Narendra Modi prometió inclusión, y todos los programas de bienestar iniciados por su Gobierno no han discriminado a ninguna comunidad. También han disminuido los casos de violencia comunitaria. Sin embargo, en los últimos años ha surgido un nuevo tipo de radicalismo. Grupos individuales de hombres hindúes han comenzado lo que se ha dado en conocer como el “vigilantismo de la vaca”. La vaca es un animal sagrado en el hinduismo y la mayoría de los hindúes no consumen carne de res. No obstante, los no hindúes siguen siendo los principales consumidores de carne vacuna y la India es el mayor exportador de este tipo de carne del mundo. Para frenar esto, muchos Estados aprobaron leyes prohibiendo el carneo de vacas y el consumo de carne de res. El proteccionismo de la vaca tiene una larga historia en la India, especialmente en el norte.
Las milicias autodenominadas de “vigilantes de vacas” han comenzado a patrullar las carreteras y custodiar a las personas cuando sacan dinero, bajo sospecha de contrabandear y comer carne de res, y a veces llegan al extremo de linchar a los sospechosos. El llamado “vigilantismo de las vacas” se ha destacado en Estados que han prohibido el carneo de vacas. Los que transportan ganado a través de estos Estados necesitan un permiso especial y a veces incluso transportistas autorizados han sido intimidados. Aunque detrás de muchos de estos casos hay una estrategia económica -India tiene una población joven con desempleo en ascenso y este es un tipo de mafia extorsiva- se acomodan en términos religiosos, y la mera brutalidad de los crímenes es reprobable.
Por ejemplo, un hombre en las afuera de la capital Nueva Delhi fue linchado simplemente por sospecha de que la carne de su refrigerador era vacuna. La forma poco precisa de hacer cumplir la ley ha envalentonado más a los vigilantes. En otro caso, tres personas fueron linchadas por vigilantes de vacas bajo sospecha de llevar consigo carne de vacuna. Aunque la violencia en nombre de las vacas tuvo lugar bajo los Gobiernos anteriores, no hubo ninguna muerte relacionada ellas. Human Rights Watch ha documentado 44 muertes -36 de ellas musulmanas- entre mayo de 2015 y diciembre de 2018 a lo largo de 12 Estados de India. Las redes sociales e internet han contribuido aún más a difundir odio y violencia.
Los vigilantes también han establecido como objetivos a hombres musulmanes acusados de seducir a mujeres hindúes. Para la mayoría de los hindúes esto es abominable, como se vio en la gran protesta que tuvo lugar en contra del vigilantismo de vacas. También ha causado una pérdida para la economía. Aunque las autoridades se han manifestado firmemente en contra de este fenómeno, no han podido llevar adelante acciones penales severas en contra los criminales, ya que la ley y el orden constituyen un tema federal. En 2017, la Corte Suprema de la India pidió al Gobierno y Estado central iniciar una acción estricta para frenar el “vigilantismo de las vacas”. Recientemente, sin embargo, un Estado de la India aprobó una ley en contra de esta práctica que garantiza un término de seis meses a tres años y una multa en dinero para los condenados por cometer violencia en nombre de la vaca.
El radicalismo hindú, por tanto, tiene menos que hacer con la fe hindú, y más con un comunalismo revanchista virulento, lo cual se asemeja al radicalismo de extrema derecha que prevalece en Europa y en los EE.UU. actualmente.
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