Sami Moubayed, un historiador sirio y antiguo académico de Carnegie, autor de “Under the Black Flag: At the frontier of the New Jihad” (“Bajo la Bandera Negra: En la frontera con el Nuevo Yihad”)
El 24 de septiembre de 2019, un sorprendente documental se transmitió en la estación de televisión franco-alemana ARTE, relevando qué tanta influencia ejerce Catar dentro de Europa, financiando un conglomerado de proyectos islamistas y todos ellos se remontan a la Hermandad Musulmana con base en Doha. El documental francés de 91 minutos titulado Qatar, guerre d’influence sur l’Islam d’Europe (La Guerra de Influencia de Catar sobre el Islam en Europa) está basado en un revolucionario libro de 295 páginas publicado a principios de este año, titulado Qatar Papers: How the State Finances Islam in France and Europe (Papeles de Catar: Cómo Financia el Estado al Islam en Francia y Europa), que fue escrito por los periodistas investigadores franceses George Malbrunot y Christian Chesnot.
Tanto Malbrunot como Chesnot son destacados expertos en islam político y el Mundo Árabe. Ellos subieron rápidamente a la fama poco después de la invasión a Irak de 2003 liderada por los Estados Unidos, cuando ambos fueron secuestrados y mantenidos cautivos en Irak durante cinco meses. Este es su tercer libro sobre Catar después de Les secrets du coffre-fort (Los Secretos de la Caja Fuerte) publicado en 2013 y Nos tres chers emirs (Nuestros Tan Queridos Emires) publicado en 2016. Con el fin de recolectar información y testimonios para su nuevo libro, ellos viajaron a Francia, Alemania, Suiza, Kosovo y el Reino Unido, y por supuesto, a Catar.
Tanto el libro como su documental complementario están basados mayormente en una memoria USB que los dos autores recibieron de un informante tres años atrás, repleto con 140 documentos secretos de la base de datos de la Caridad de Catar, una ONG con base en Doha que fue fundada – aparentemente para propósitos humanitarios – allá por el año 1992. De acuerdo con su carta fundacional, su objetivo original era ayudar a los huérfanos musulmanes de la Guerra Soviética-Afgana, pero parece que desde entonces ha dejado atrás esa tarea, de forma significativa, estableciendo una extensa red de centros islámicos, mezquitas, bibliotecas y laboratorios de ideas por todo el mundo. Esto no es ninguna sorpresa. Un año después de su formación, mucho antes de que los dos autores franceses comenzaran a trabajar en su trilogía catarí, Osama Bin Laden se refirió a la Caridad de Catar como “una de las tantas organizaciones que fueron usadas para financiar las operaciones de Al-Qaeda en el exterior”.
A través de las Ciudades de Europa
De acuerdo con los documentos secretos recientemente revelados, los cuales van desde cheques y transferencias de dinero a cartas oficiales y correspondencias, la Caridad de Catar usó su influencia para financiar 140 proyectos por toda Europa, 90% de los cuales estaban relacionados, de una forma u otra, a la Hermandad Musulmana. Sus proyectos se expandieron desde Noruega hasta la costa de Francia, a un enorme costo de 120 millones de euros. Estos incluyeron 47 proyectos islámicos en Italia, once en España, 22 en Francia y diez en Alemania. En la ciudad de Lille, por ejemplo, ubicada en la región norte de Francia, donaron dinero a la Ibn Rushd School y luego a otra escuela privada islámica en la ciudad de Burdeos en el sur. En el Reino Unido, establecieron una sede regional para sus actividades en el 2012, con base en el elegante barrio Mayfair en el centro de Londres, rebautizada desde entonces como Nectar Trust.
El documental nos lleva a las puertas del Al-Nour Center en Mulhouse, Francia, la segunda ciudad más grande en la región de Alsacia. Aquí es donde la Caridad de Catar ha establecido el Al-Nour Islamic Center (Centro Islámico Al-Nour), que cuenta con su propia piscina, supermercado, centro médico y mezquita, apta para recibir a 2.300 fieles en dos salas de oración, una para hombres y otra para mujeres. Gran parte de la recaudación de fondos para el proyecto fue hecha por el jeque Yusuf al-Qaradawi, el ideólogo egipcio de la Hermandad Musulmana de 94 años de edad que reside en Doha. El proyecto fue llevado a cabo por medio de la Association des Musulmans d’Alsace (AMAL), cuyo presidente, Nasser al-Kady, aparece en el documental, hablando francamente sobre sus instalaciones y servicios.
En la isla de Jersey en el Canal de la Mancha, la Caridad de Catar estableció una mezquita – a pesar de que menos de 400 personas viven allí – y durante los años 2011-2014, canalizó hasta 3.6 millones de euros a Suiza, utilizados para financiar el Complejo Cultural Musulmán en Lausana, el Museo de Civilización Islámica en La Chaux-de-Fonds en el cantón de Neuchâtel, así como la Mezquita Saladine en Biena (cantón de Berna). Todos estos proyectos tienen como objetivo el crear una incubadora islamista para los musulmanes de Europa, que los rodea toda su vida, desde su nacimiento hasta su muerte, a través de la escuela primaria, intermedia y secundaria, pasando por la universidad, el trabajo y la jubilación, todo en el contexto de una educación islámica sólida.
Imágenes Poco Comunes de la Historia de la Hermandad
En todas sus bibliotecas dispersas en diferentes ciudades europeas, copias de los trabajos del jeque Qaradawi fueron encaramadas cuidadosamente en los estantes, junto con los de Sayyid Qutb, el famoso filósofo islámico egipcio que fue ahorcado por el Presidente Gamal Abdel Nasser allá en 1966. El documental nos lleva de vuelta a la fundación de la Hermandad en Egipto en 1928, a manos del Imán Hasan al-Banna, que se esforzó por lograr dos cosas: liberar a su país del gobierno británico y crear un estado basado en las leyes de la sharia islámica. Se muestran imágenes poco comunes en blanco y negro del juicio de Qutb, junto con un ameno discurso del Presidente Nasser, dirigiéndose a una multitud en algún momento durante los años 60.
Nasser es visto diciendo: “Conocí al Secretario General de la Hermandad Musulmana. Él me dijo: ‘Tienes que imponer el hiyab en Egipto y hacer que cada mujer que camine en las calles lo use de manera obligatoria’. Yo le dije: ‘Señor, usted tiene una hija en la escuela de medicina. Ella no está cubierta. Si usted no puede hacer que su propia hija use el hiyab, ¿cómo espera que yo se lo imponga a 10 millones de egipcias?’ ”
Intentos de Abortar el Documental
Como George Malbrunot explicó a EER, ninguna parte los fondos que fueron enviados a Europa se canalizaron de una manera ilegal. “Los fondos fueron transferidos de una manera muy sofisticada y legal, sin romper la ley”, dijo Malbrunot. Al preguntarle sobre las reacciones de Doha en cuanto al documental, añadió: “Catar estaba aparentemente nervioso, temiendo consecuencias para su imagen.” El país ha gastado billones, después de todo, para hacerse cuidadosamente de una imagen de nación modernizada, gracias al torrente de ganancias provenientes de sus masivas reservas de gas. En 1996, estableció la mundialmente famosa estación de televisión satelital Al-Jazeera, y tres años después dio a las mujeres el derecho a voto, un movimiento pionero entre sus vecinos del Golfo. En 2005, redactó su primera constitución y en 2008 estableció la primera Iglesia Católica Romana, dos años antes de ser seleccionado como anfitrión de la Copa Mundial de la FIFA de 2022.
Malbrunot añadió: “De acuerdo con el semanario satírico francés Le Canard Enchaîné, Catar envió una carta a ARTE diciendo: ‘Al transmitir el documental, ustedes participarán en la guerra impuesta a nosotros por los vecinos (en referencia a Arabia Saudita, Baréin y los Emiratos Árabes Unidos)’.” Ellos intentaron y fallaron, dice él, en adquirir los derechos de transmisión internacional para el trabajo, con el fin de sacarlo del aire.
El emir de Catar, el jeque Tamim al-Thani, ha estado bajo una mayor presión de Arabia Saudita y los EAU para cortar sus vínculos con la Hermandad y sus grupos afiliados tales como Hamás en Gaza y el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) en Turquía. Él se ha rehusado a expulsar a Al-Qardawi de Doha o negar a los afiliados de la Hermandad el acceso a los estudios de Al-Jazeera, resultando en un boicot, liderado por Arabia Saudita, desde junio de 2017. En una conferencia de prensa con el Presidente Francés Emmanuel Macron, cuando se le preguntó acerca del sospechoso financiamiento de Catar para grupos islámicos, Tamim dijo: “Algo de lo que se está diciendo sobre Catar es incorrecto. Lo cierto es que Catar está tomando medidas para prevenir el financiamiento del terrorismo.”
Varias figuras importantes son entrevistadas en el documental, como el Ministro de Relaciones Exteriores de los EAU Anwar Gargash, que aparece afirmativamente y dice: “El vínculo (entre Catar y la Hermandad Musulmana) es muy claro.” Esto es negado por su contraparte catarí, Mohammad Bin Abdulrahman al-Thani, quien aparece a continuación. Sin embargo, de acuerdo con la información clasificada obtenida por Malbrunot y Chesnot, gran parte de los fondos provinieron de Diwan al-Amiri, la oficina del padre del emir Tamim y predecesor Hamad al-Thani, así como la Fundación Catar, la cual es dirigida por la esposa de Hamad y madre del actual emir, la jequesa Moza Bint Nasser al-Misned. Un documento muestra que su fundación pagó a Tariq Ramadan, uno de los más importantes ideólogos islamistas en Europa (y nieto de Al-Banna), un salario mensual de 35.000 euros, aparentemente para contratar un equipo legal que lo defendiera contra acusaciones de violación allá por el 2017. Él fue forzado a dejar su trabajo en la Universidad de Oxford, siendo relocalizado a Doha donde ahora enseña en la Universidad Hamad Bin Khalifa al-Thani y preside el Centro de Investigación de Legislación Islámica.
“Los documentos revelados en el programa son solamente la punta del iceberg”, dijo el destacado periodista kuwaití Fouad Hashem, quien habló con EER después de ver la producción francesa. “Básicamente, Catar y sus aliados turcos desean crear lo que ellos ven como ‘caos constructivo’ en la región, a través de la Hermandad Musulmana. Turquía los apoya militarmente mientras que Catar les proporciona ayuda logística y financiera.” Cuando se le preguntó sobre cómo Doha puede continuar con tal política, considerando que la reputación del país y de su emir han sido dañadas gravemente, Hashem respondió: “Esto realmente no les importa. Si quedan arrinconados, siempre están listos para decir: ‘¡No fuimos nosotros! Fue algún antiguo funcionario o ciudadano, pero no el emir ni ninguna persona de su familia o de su entorno. ¡Fue cualquiera, menos nosotros!’”