Las ideologías religiosas y las motivaciones políticas juegan un papel importante en la retórica islamista y la de los grupos jihadistas. Al estudiar la violencia de los islamistas, surgen muchas preguntas. ¿Es el Islam inherentemente violento e incompatible con el mundo moderno? ¿Conducen las ideas radicales necesariamente a la radicalización y a la violencia? ¿Qué provoca que las interpretaciones violentas y llenas de odio del Islam sean adoptadas por grupos como el Estado Islámico (ISIS) y Al-Qaeda? ¿Es la radicalización cognitiva precursora de la radicalización violenta? [1] Los académicos no parecen ponerse de acuerdo en estos temas.
El terrorismo no es exclusivo de los musulmanes, del Islam, o de las ideologías islámicas. Ha existido a lo largo de la historia entre todas las religiones y en todas las regiones. Y Al-Qaeda difícilmente fue la primera organización terrorista en existir. Pese a las múltiples teorías sobre los procesos de radicalización, los académicos coinciden en que no existe un camino lineal entre la adopción de ideas extremistas y el terrorismo. Mientras que las ideologías y creencias radicales son, en la mayoría de los casos, prerrequisitos necesarios para el extremismo y la radicalización violenta, éstas no son suficientes por sí mismas. La radicalización cognitiva no es un útil para vaticinar una radicalización en el comportamiento. [2]
Enmarcando el debate sobre el rol de la teología islámica en el extremismo violento, Mansouri y Keskin ofrecen un destacado análisis y contra narrativa ante las justificaciones religiosas y basadas en los textos empleados por los jihadistas salafíes y otros islamistas violentos para defender su conducta.
El trabajo está compuesto por tres partes distintas. La primera, “Rebatiendo los fundamentos teológicos del extremismo violento”, abarca las causas y los detonantes teológicos de la radicalización y refuta las interpretaciones islamistas distorsionadas acerca del texto religioso y las tradiciones proféticas.
La segunda parte, “Las corrientes sociopolíticas influenciando el extremismo violento” se enfoca en las tendencias sociopolíticas que influyen sobre el extremismo violento, analizando la complejidad de las causas entrelazadas que desembocan en tal violencia. Esta parte enfatiza los enfoques epistemológicos sobre el islamismo violento y ataca los aspectos sociopolíticos del mundo musulmán alrededor de “desarrollo, conocimiento y libertad”. Se expone un caso de estudio sobre la juventud musulmana australiana y la radicalización.
La tercera parte, “Liderazgo religioso y extremismo violento”, se concentra especialmente en refutar la narrativa de ISIS y en el papel que el liderazgo juega ejerciendo su influencia en las respuestas a eventos locales y globales. Enfatiza en especial la capacidad que los líderes tienen para promover — así como también prevenir — la radicalización y el extremismo violento dentro de las comunidades que comparten su fe. Esta parte también expone unos cuantos casos de estudio sobre el Islam político turco, el activismo no-violento y los programas de rehabilitación religiosa.
El libro examina la literatura emergente sobre terrorismo e ideología religiosa y el importante papel de los textos sagrados en el mundo del extremismo. Discute los vínculos críticos entre las escrituras religiosas, la jurisprudencia islámica, y las manifestaciones de radicalismo islámico en el mundo. El libro también echa un vistazo sobre las influencias y manifestaciones de lo que los autores denominan “ley islámica política extraoficial” sobre los musulmanes alrededor del globo y el impacto notable que tales interpretaciones tienen en la radicalización de los musulmanes. Utilizando casos de estudio relevantes de parte de académicos contemporáneos, los autores plantean interrogantes teológicas y respuestas válidas a los argumentos empleados por los extremistas violentos. Presentan los desafíos más importantes confrontando estudios sobre extremismo, donde varias teorías todavía luchan por conseguir un entendimiento analítico claro. Adicionalmente, el libro luces sobre el atractivo en la visión de ISIS, estudiando los dogmas más importantes dentro de la narrativa del grupo terrorista, y que éste emplea en varios idiomas a través de sus medios de comunicación.
Investigar el fenómeno del extremismo violento islamista no es tarea fácil. Para entender plenamente las motivaciones de los terroristas, necesitamos recurrir a enfoques y perspectivas multidisciplinarios. Los autores argumentan que estos debates son urgentes debido a la mediatización de la violencia — desde imágenes polarizadoras de actos terroristas cometidos por musulmanes, sobre todo las atrocidades de grupos como ISIS, hasta la crisis de los migrantes —que ha provocado el caos y un estado de inseguridad y temor constante, tanto en Occidente como en los países de mayoría musulmana.
Las minorías musulmanas en Occidente se ven afectadas por cualquier debate acerca de terrorismo. Esto es particularmente cierto respecto a la forma como el Islam está siendo entendido y representado por los discursos públicos contemporáneos. Existe una tendencia a lanzar sospechas sobre la comunidad en los países que les acogen. Esto es resultado de sucesos locales e internacionales, así como también de la forma en que se muestra al Islam y a los musulmanes en los medios de comunicación. El asunto de los musulmanes está afectando los discursos públicos y el escenario político en Occidente, con un marcado aumento en la islamofobia y en sentimientos contra los musulmanes que a intensificado más aún las divisiones religiosas y culturales entre el Islam y Occidente. Los autores plantean puntos muy importantes.
Habiendo dicho eso, los autores son menos convincentes en cuanto a su creencia de que la religión sería intrínsecamente buena y pacífica, y por lo tanto cualquier interpretación que ellos consideran negativa es etiquetada como una distorsión de la fe y por ende no religiosa. El estado mental radical es reducido a aspectos materiales como la alineación de la juventud. Lo cierto es que los islamistas violentos utilizan conceptos islámicos comunes para ampliar sus planes y legitimar sus posiciones. El contexto circundante — social, económico y político — es crucial, pero también lo son las creencias religiosas de los individuos bajo tales contextos. Aislar lo musulmán del extremismo islámico no resolverá el problema ni lo hará desaparecer.
La religión no es buena ni mala; tampoco es violenta ni pacífica. La interpretación humana determina la naturaleza de la religión, y el contexto guía a la primera. Por ejemplo, la existencia de versos que son violentos y barbáricos (si se toman literalmente) en los textos sagrados es simplemente innegable. Sin embargo, la vasta mayoría de los 1.5 billones de musulmanes del mundo no actúa violentamente basándose en ellos. Bajo el contexto moderno, la mayoría de los musulmanes (al menos tácitamente) considera estos pasajes inaplicables. O tómese el ejemplo de jihad. Puede significar una pugna interna pacífica para el mejoramiento personal. Pero también puede significar guerra santa, y frecuentemente es invocada, incluso por académicos musulmanes comunes, para autorizar una respuesta violenta hacia las ofensas emocionales que musulmanes alrededor del mundo válidamente sienten ante la injusticia.
La ausencia de un papado en el Islam hace de la interpretación un asunto complicado; no existe un órgano oficial que brinde una decisión definitiva que contextualice y modernice los textos sagrados. Todo intento por parte de académicos e instituciones como Al-Azhar han probado no tener efecto, especialmente entre la juventud musulmana, en gran parte porque se los considera corrompidos por su relación cercana con las dictaduras de Medio Oriente. Los extremistas llenan este vacío de legitimidad espiritual, especialmente en un mundo donde otros factures sociales, políticos, económicos y psicológicos están en juego. Los autores de esta recopilación exploran estos temas que abren paso al extremismo, ofreciendo una deconstrucción epistemológica y contra narrativas a sus ideologías — refutando los fundamentos teológicos del extremismo violento — al mismo tiempo que proporcionan al lector una comprensión profunda de ciertos textos religiosos controvertidos que circulan en las esferas terroristas.
Pese a algunas debilidades mencionadas precedentemente, esta obra presenta una excelente recopilación, refutando las bases teológicas de los grupos islamistas radicales. Es una valiosa referencia para periodistas, académicos, investigadores y estudiantes de ciencias políticas, del Medio Oriente y de estudios islámicos.
[1] Tiflati, H. (2016). Las escuelas islámicas occidentales como instituciones para prevenir la radicalización en la conducta: El caso de Quebec (Western Islamic Schools As Institutions For Preventing Behavioral Radicalization: The Case Of Quebec), Journal for Deradicalization, 6, 180-205.
[2] Guhla, J. (2018). Por qué las creencias son siempre importantes, pero rara vez ayudan a predecir la violencia jihadista. El papel del extremism cognitive como precursor del extremism violento. (Why beliefs always matter, but rarely help us predict jihadist violence. The role of cognitive extremism as a precursor for violent extremism), Journal for Deradicalization, 14, 192-217.