European Eye on Radicalization
Catar ha estado expandiendo recientemente su influencia en África Oriental y Central. Los antecedentes del Estado del Golfo -rico en petróleo- en esta región hacen que esto sea motivo de preocupación.
A finales de marzo, Catar inauguró una nueva embajada en Mogadiscio, la capital de Somalia. Es la segunda embajada más grande de la ciudad y habla de la creciente influencia de Catar en el país. (La embajada más grande en Mogadiscio pertenece a Turquía, un aliado cercano de Catar. European Eye on Radicalization ha analizado previamente el rol de Turquía en esta región).
Recientemente, Doha acogió con beneplácito la decisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial de conceder alivio a la deuda de Somalia. A través del Fondo de Catar para el Desarrollo, Doha ha proporcionado una importante cantidad de dinero, aparentemente para proyectos de desarrollo del Gobierno formal de Somalia dirigido por el presidente Mohamed Abdullahi Mohamed. El Gobierno de Mohamed es muy débil y Catar ha aprovechado esto para obtener influencia sobre él.
Se supone que el Fondo de Catar se dedica a combatir el extremismo violento (CEV) y los Estados Unidos lo ha elogiado por ello. Pero hay fuertes indicios de que el Fondo se ha utilizado para canalizar recursos hacia extremistas islamistas en países como Libia y Siria.
Ya sea a través del Fondo o no, Catar ha apoyado a elementos extremistas y terroristas en Somalia como parte de su campaña para expulsar a rivales como los Emiratos Árabes Unidos (EAU). En mayo de 2019, el Estado Islámico (EI) reclamó la autoría de un bombardeo en Bosaso, el cual fue un trabajo de Catar. El periódico The New York Times adquirió una grabación telefónica de Khalifa Kayed al-Muhanadi, un hombre de negocios cercano al emir de Catar, que le dijo directamente al embajador de Catar: «Nuestros amigos estuvieron detrás de los últimos bombardeos», y que estos ataques estaban destinados a «expulsar a los emiratíes, para que no renueven los contratos [con el Gobierno somalí] y yo me encargaré de traer el contrato a Doha”.
La evidencia reciente sugiere que el servicio de inteligencia del Gobierno de Mohamed, la Agencia Nacional de Inteligencia y Seguridad (NISA, por su sigla en inglés), tiene estrechos vínculos con Al-Shabab, la filial de Al-Qaeda en Somalia. Se alega que NISA y Al-Shabab se han unido en torno al interés común de oponerse a la influencia de Kenia en Somalia.
Si bien esto puede sonar a conspiración, hay muchos casos anteriores, especialmente Argelia y Yemen, donde la línea entre el Estado y los terroristas o insurgentes ha sido muy difusa. Dado que Catar proporciona tanto dinero al Estado somalí, y tiene su propia red de inteligencia de gran alcance en Somalia, hay que preguntarse qué sabe Doha y qué tan involucrado está en los asuntos ocultos que NISA está llevando a cabo.
Más allá de estas maniobras oscuras, Catar también ha realizado movimientos estratégicos más abiertos en Somalia, que incluyen proporcionar varias docenas de vehículos blindados al Gobierno de Mohamed e iniciar la construcción de un puerto marítimo en Hobyo, en la costa del Mar Rojo.
En Sudán, una transición democrática está en marcha, con el apoyo de los EAU y Arabia Saudita, después del derrocamiento del dictador Omar al-Bashir en abril de 2019. Catar había apoyado a Al-Bashir hasta el final, y un obstáculo en la transición ha sido el apoyo de Catar a los restos del régimen de Al-Bashir y otros elementos sediciosos.
Varios islamistas políticos, en particular las ramas locales de la Hermandad Musulmana, que estaban alineados con el régimen de Al-Bashir, han recibido el apoyo de Catar, generalmente bajo la cobertura de «proyectos culturales», y han causado problemas durante el período de transición. Además, a mediados de abril de 2020, el Gobierno interino de Sudan temía un golpe militar en torno al jefe del ejército, el teniente general Abdel Fattah al-Burhan, según The New York Times, que señaló que Al-Burhan está “respaldado por … Catar”.
Los métodos que Catar ha adoptado para aumentar su influencia en el Cuerno de África y más hacia el interior, particularmente cuando se trata de competir con rivales como los EAU y Arabia Saudita, son profundamente preocupantes. Pero el aparente crecimiento del poder de Catar en el área es una preocupación más allá de los Estados en cuestión. El comportamiento de Catar fomenta la inestabilidad que amenaza el orden en la región, y en última instancia, preocupa a toda la comunidad internacional.