European Eye on Radicalization
En el siglo XIX y principios del XX, Gran Bretaña interfirió con frecuencia en los asuntos internos de Irán, generalmente como parte de la competencia imperial con la Rusia del Zar. Después de la revolución islámica de 1979, con más frecuencia ha sido Irán quien ha interferido en los asuntos internos británicos. Uno de los principales instrumentos del régimen clerical para tal intromisión es Hezbollah, la milicia que domina la política libanesa. Recientes revelaciones muestran hasta qué punto Irán / Hezbollah han extendido su influencia en Gran Bretaña.
Irán fue el pilar principal de la arquitectura de seguridad occidental en Medio Oriente desde 1941 hasta 1979, bajo el Gobierno del último Sha (Rey), Muhammad Reza Pahlavi. Irán no solo era «una fuente de petróleo crudo […] un socio estratégico en una parte turbulenta del mundo, [y] un mercado en rápido crecimiento para las exportaciones británicas», como escribió Anthony Parsons, el último embajador británico en la Corte Pahlavi en su memorias, The Pride and the Fall.
Irán fue, como lo describe Parsons, «uno de los pocos países del Tercer Mundo […] cerca de romper la barrera del subdesarrollo». El Sha estabilizó un país propenso a la agitación y la división, instituyó una reforma agraria, redujo el tamaño del clero y secularizó el país, incluyó a mujeres y minorías religiosas en la vida política y económica de la sociedad, usó el dinero del boom petrolero para industrializarse rápidamente y comenzó un proceso de liberalización que habría terminado con un Gobierno democrático supervisado por un monarquía mayormente ceremonial.
En el curso de los acontecimientos, esto no iba a ser posible por un levantamiento islamista contra el Sha en 1978, que duró un año. Incapaz de encontrar un acuerdo político y no estando dispuesto a matar para salvar su trono, el Sha se exilió en enero de 1979 y el ayatolá Ruhollah Khomeini llegó al poder el mes siguiente. Esto fue la creación del primer Estado islámico en los tiempos modernos.
Lo importante que debe entenderse sobre Hezbollah es que es anterior a la revolución iraní Tal como escribió el investigador de la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD) Tony Badran, Hezbollah emerge en el Líbano a fines de la década de 1970 como un fragmento radical del movimiento chiita, dirigido por Musa al-Sadr. Fueron los partidarios de Khomeini quienes mataron a Al-Sadr en Libia en el verano de 1978, eliminando una de las posibles barreras finales para el triunfo de Khomeini en Irán. Asimismo, las estructuras militantes creadas en el Líbano, con la ayuda de los terroristas de la Organización de Liberación de Palestina (OLP), debían ser transferidas a Irán una vez que el Sha se hubiese ido para formar el núcleo del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC).
El IRGC es una estructura paramilitar encargada de proteger el régimen islamista en Irán y exportar la revolución fuera del país a través de la violencia y otros medios subversivos. Estas tácticas son las que llevaron a los Estados Unidos a designar al IRGC como una organización terrorista a principios de este año.
Como la historia anterior deja en claro, Hezbollah, a menudo llamado «representante» de Irán, no es tal cosa. Hezbollah es un componente orgánico del IRGC. Es por este motivo y otros –tal como European Eye on Radicalization (EER) analizó– que la decisión de la Unión Europea de incluir en la lista negra solo al «ala política» de Hezbollah no tiene sentido. No hay división dentro de Hezbollah entre sus operaciones políticas y militares, y no hay separación de la estructura de mando del Estado iraní.
La designación británica de Hezbollah como grupo terrorista en febrero fue un reconocimiento de la realidad muy retrasado. Dentro de Gran Bretaña, Irán / Hezbollah tiene dos procedimientos operativos principales, uno político y otro violento.
Las operaciones de influencia política toman varias formas. Oved Lobel, del Consejo de Asuntos Judíos de Australia / Israel (AIJAC), ha documentado el uso que hacen los iraníes de campañas de desinformación y piratería online contra los Estados de los Cinco Ojos, probablemente ayudados por Rusia y China. La investigadora Emma Fox ha redactado un estudio acerca de la Comisión Islámica de Derechos Humanos (IHRC), un punto central de propaganda Khomeinista en Gran Bretaña, conectado a una red de otros medios como Press TV, el canal de propaganda en inglés del régimen iraní.
Irán tiene una infraestructura terrorista global y parte de ella tiene su sede en Gran Bretaña. Recientemente, The Daily Telegraph reveló que agentes de Hezbollah habían almacenado tres toneladas métricas de explosivos de nitrato de amonio en cuatro propiedades en el norte de Londres como preparación para actos de terrorismo. El complot se descubrió a fines de 2015, solo meses después de que Gran Bretaña había firmado el acuerdo nuclear -el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA)- que liberó decenas de miles de millones de dólares a la dictadura iraní que apoyaría (y apoya) el imperialismo regional de Teherán. El hecho de que el Gobierno británico no haya revelado este complot al público en ese momento habla de su inversión política en el JCPOA.
También fue Hezbollah quien creó y opera las células terroristas en Gran Bretaña y en Europa, que podría usar para tomar represalias si Occidente tomase medidas serias para interrumpir su campaña de piratería en el Estrecho de Ormuz y en otros lugares en alta mar.
El Gobierno británico ha dado muchos pasos positivos este año, al designar a Hezbollah en su totalidad como una organización terrorista y al anunciar sus desvíos de fondos en suelo británico. Esto debe continuar y se deben intensificar los esfuerzos para tratar a este grupo yihadista chiita de la misma forma en que se trata a los radicales sunitas, con un enfoque completo para interrumpir sus actividades de recaudación de fondos y su propaganda de reclutamiento.