Fouad Alasiri, Consultor de Planeación Urbana
Introducción
Más y más ciudades están enfrentando ataques terroristas. Festivales, eventos y espectáculos al aire libre fueron cancelados en muchas ciudades europeas tales como Bruselas, Múnich y Madrid debido a la creciente amenaza de terrorismo. Algunas estaciones de tren, buses y tranvías fueron evacuadas tras haber sido alertadas de ataques. [1] Estos ataques provocaron la necesidad de redefinir las políticas urbanas para cumplir nuevos requerimientos y procedimientos de seguridad. Como resultado, el concepto de espacios abiertos, parques urbanos y plazas públicas se ha vuelto menos atractivo. Además, algunos turistas ahora lo piensan dos veces antes de planear su visita a dichas ciudades.
De acuerdo al Mapa de Ataques Terroristas (Esri), los grupos islamistas extremistas incluyendo al Estado Islámico (EI), Boko Haram, Shabab Mujahideen, Talibán y otros en el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2016 y el 14 de febrero de 2020, cometieron alrededor de 4.121 ataques terroristas causando 31.399 muertes. [2] De acuerdo con Mike Phillips, quien dio una entrevista a Forbes el 17 de agosto de 2017: “Los ataques terroristas normalmente ocurren en ciudades debido a la densidad de la población y al impacto creado por eventos en ciudades globales.” En Europa, alrededor de 218 personas fueron asesinadas por ataques terroristas islamistas entre 2016 y 2018, y la mayoría de estos ataques ocurrieron en grandes ciudades. [3]
Dispersión urbana y aislamiento social
El fenómeno de expansión horizontal o dispersión urbana con sus dos generaciones -los suburbios que florecieron durante los años cincuenta y los barrios acomodados de las afueras que comenzaron en los años setenta- tuvieron por objetivo satisfacer un alto bienestar individual que había sido fomentado por la filosofía del utilitarismo privado. La dispersión urbana se volvió inevitable después de décadas de desarrollo de baja densidad creado por los suburbios y barrios acomodados de las afueras. [4] La dispersión urbana crea aislamiento social y segregación del tejido urbano. Además, la dispersión urbana crea desigualdad en cuanto al acceso a oportunidades y servicios urbanos. Esto, a su vez, empuja a este segmento de la población hacia el fanatismo a cambio de empleos y dinero. El tejido urbano poroso proporciona un entorno fértil para que grupos islamistas fanáticos se mezclen con los residentes de estas áreas de baja densidad. En muchas sociedades, existe una creciente preocupación de los partidarios de derecha que exigen procedimientos de seguridad más fuertes y algunos incluso han presionado para que exista una separación étnica entre vecindarios. Esto crea tensión adicional en el ambiente urbano, particularmente en el ámbito público. A su vez, esto añadió una significativa presión financiera a las autoridades locales en ciudades que han experimentado ataques terroristas como es el caso de Nueva York después del 11 de septiembre de 2001, Madrid luego del 11 de marzo de 2004 y Londres después del 7 de julio de 2005.
Cómo la planificación urbana puede derrotar al terrorismo
La fuerte inversión en equipos, sistemas y procedimientos de seguridad así como investigaciones no ha hecho a las ciudades más seguras. Los ataques terroristas continúan ocurriendo, particularmente cometidos por inmigrantes de segunda y tercera generación. [5] Estos ataques tuvieron lugar en grandes ciudades poniendo en evidencia los efectos negativos de la expansión espacial y cómo las autoridades podrían proteger dichos espacios adecuadamente. Esto también ha debilitado a los grupos que abogan por temas de igualdad social tales como desempleo, accesibilidad a la vivienda, movilidad sustentable e igualdad de oportunidades. Hoy en día, los diseñadores urbanos y de transporte están incorporando más procedimientos de seguridad en sus diseños en lugar de actualizar la legislación urbana con el objetivo de crear una dinámica urbana nueva y más efectiva.
Es poco razonable creer que las medidas de seguridad por sí solas serán capaces de evitar que ocurran ataques terroristas en las ciudades. Sin embargo, existen soluciones que complementan las medidas de seguridad. Muchos investigadores, planificadores urbanos y activistas sociales están ahora promoviendo la idea de que diseñar la ciudad como un todo, así como los vecindarios, puede ayudar a frustrar los ataques terroristas, especialmente ataques que usan automóviles y motocicletas. Esto tiene sentido en varios niveles. Primero, esto equilibra las metas económicas, sociales y ambientales del área metropolitana a gran escala. Como resultado, la expansión horizontal excesiva o dispersión urbana no ocurre, lo que causaría menos segregación y aislamiento entre la población. En segundo lugar, esto reducirá la necesidad de desplazarse entre vecindarios, vías de tránsito, caminos y calles al crear alta densidad, edificios de altura media y usos mixtos del terreno. En cambio, los vecindarios se volverán plenos y serán sitios donde los residentes puedan vivir y trabajar en la misma distancia transitable, y no ser solamente residenciales. Este concepto está siendo definido como nuevo urbanismo.
La congestión vehicular en carreteras que surge de la total dependencia de vehículos privados como resultado de la dispersión urbana y las grandes distancias entre componentes urbanos, proporciona un medio ideal para ataques terroristas en términos de usar el vehículo mismo como arma de colisión o usarlo para escapar rápidamente del lugar. Mientras que los materiales explosivos son muy costosos y es necesario que los usen personas especializadas, cualquiera puede manejar un automóvil y atropellar a un grupo de peatones fácilmente. Un artículo de investigación publicado en enero de 2017 por Journal of Sustainable Architecture and Civil Engineering (Revista de Arquitectura Sustentable e Ingeniería Civil) concluyó que la mayoría de los ataques terroristas ocurrieron en los segmentos de calles más integrados. También concluyó que los ataques ocurrieron más frecuentemente en las calles donde los edificios privados y las actividades públicas estaban cerca, lo cual es una pesadilla para los diseñadores urbanos.
Diseño urbano y mobiliario de espacios públicos
Alice Sweitzer, consultora y diseñadora urbana que actualmente vive en Nueva York y Charlie Clemoes, escritor, editor y podcaster del suroeste de Inglaterra, escribieron en Failed Architecture el 8 de mayo de 2019: “No es una sorpresa que veamos un incremento en el llamado a los diseñadores urbanos para imaginar nuevas soluciones para su protección”. Un método para estimular la seguridad involucra el diseño de calles, plazas, espacios públicos y veredas. Instalar mobiliario urbano para asegurar que los vehículos no puedan acercarse a los distritos peatonales ha probado ser efectivo para prevenir ataques terroristas. El mobiliario urbano también podría proteger senderos para bicicletas al separarlos completamente de los carriles para vehículos ya sea colocando barreras de árboles o esculturas de arte en lugar de feas barreras de concreto sólido. [6] Otro método podría ser limitar el acceso a los automóviles o aplicar una zona de pago donde el conductor abone una tarifa y se registre su identificación junto con el vehículo. [7]
Ya que los lugares concurridos son objetivos atractivos para ataques terroristas, la necesidad de nuevos diseños para espacios públicos es esencial. [8] Esta idea debe ganar aceptación social y política también. Juan Pablo Garnham, un reportero de asuntos urbanos, dijo en una entrevista con City Lab el 18 de agosto de 2017: “Tras los ataques que han sucedido en los últimos meses en Europa, la ciudad de Barcelona instaló barreras temporales en espacios públicos donde muchas personas se congregan para eventos específicos, tales como mercados callejeros y conciertos”. [9]
(Izquierda) barreras de concreto para evitar que los automóviles ingresen al espacio público. Fuente: https://www.pinterest.com/pin/369435975669267343/?lp=true. (Derecha) Barreras con árboles que proporcionan protección para ciclistas. Fuente: https://www.pinterest.com/pin/350647520980510933/?lp=true
Conclusión
Las autoridades de las ciudades deben encontrar nuevos modos integrados y proactivos para prevenir los ataques terroristas. El truco no está en amurallar o cerrar las calles en las ciudades, sino en replantear el diseño de espacios urbanos para eliminar oportunidades para que los terroristas ataquen. Reduciendo el tráfico, incrementando las áreas peatonales, moviendo la circulación del tráfico lejos de los edificios, reduciendo la segregación entre vecindarios e incrementando los conceptos de vecindarios completos en lugar de usos residenciales son solamente algunas de las formas de hacer esto. Asimismo, la dispersión de edificios gubernamentales en lugar de mantenerlos concentrados en una ubicación también ayudaría. [10] Estas medidas funcionarían en paralelo con procedimientos de seguridad y sistemas de monitoreo tales como cámaras de seguridad inteligentes y alumbrado público avanzado. El establecer muros y barreras de concreto solamente servirá para difundir el miedo y convertirá al ambiente urbano en zonas policiales y esto es lo que los terroristas quieren. Hay un rol importante que los diseñadores urbanos, de paisaje y transporte juegan en la lucha contra el terrorismo. Ellos son los creadores de la ciudad y saben mejor que nadie cómo protegerla.
Referencias
[1] Robert Muggah, Is urban terrorism the new normal? Probably. (17 de enero de 2016). Disponible en: https://www.weforum.org/agenda/2016/01/is-urban-terrorism-is-the-new-normal-probably/
[2] (n.d.). Disponible en: https://storymaps.esri.com/stories/terrorist-attacks/
[3] List of Islamist terrorist attacks. (5 de febrero de 2020). Disponible en: https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_Islamist_terrorist_attacks
[4] Sprawl Repair Manual. Island Press, 2010.
[5] Architectures of fear: Terrorism and the future of urbanism in the West. (3 de junio de 2009). Disponible en: https://www.publicspace.org/multimedia/-/post/architectures-of-fear-terrorism-and-the-future-of-urbanism-in-the-west
[6] Anna Maria Barry-Jester, How Anti-Terrorism Design Can Also Make Cities More Liveable. (7 de noviembre de 2017). Disponible en: https://fivethirtyeight.com/features/how-anti-terrorism-design-can-also-make-cities-more-livable/
[7] Jon Coafee, Urban terrorism isn’t going to stop. Can city planners help reduce its lethal impact? (22 de junio de 2017). Disponible en: https://www.washingtonpost.com/news/posteverything/wp/2017/06/22/urban-terrorism-isnt-going-to-stop-can-city-planners-help-reduce-its-lethal-impact/
[8] Edward L. Glaeser and Jesse M. Shapiro, Cities and Warfare: The Impact of Terrorism on Urban Form. (Diciembre de 2001). Disponible en: https://www.brown.edu/Research/Shapiro/pdfs/HIER1942.pdf
[9] Juan Pablo Garnham, Terror in Barcelona’s Pedestrian Heart. (18 de agosto de 2017). Disponible en: https://www.citylab.com/transportation/2017/08/terror-in-barcelonas-pedestrian-heart/537255/
[10] Matijosaitiene, Irina and Petriashvili, Ana, Urban Planning and Design for Terrorism Resilient Cities. (18 de enero de 2017). Disponible en: https://zenodo.org/record/1120847#.Xkc55HduLug