Muneer Binwaber
Los grupos terroristas han estado presentes en Yemen desde comienzos de los años 90, el mismo periodo en que Abdullah Ibn Husayn al-Ahmar fundó Al-Islah, la rama yemení de la Hermandad Musulmana. Estos fueron los primeros años de unidad entre los antiguos Yemen del Norte y del Sur. Los sureños tenían muchas preocupaciones sobre la integración, en relación a temas de tribalismo, sectarismo y extremismo religioso. A pesar de que el Partido Socialista de Yemen, el partido imperante en Yemen del Sur antes de la unificación en 1990, recibió de buena manera al Partido Islah, lo hizo solamente después de que Islah dejara de describir a este grupo comunista como un partido de “infieles”.
La guerra civil de Yemen en 1994 ocurrió después de que los sureños sintieran que sus miedos y sospechas habían sido justificados; no eran partes iguales en una unión, sino más bien un área ocupada. La victoria del norte dio espacio a grupos terroristas y elementos islamistas tales como el Partido Islah para seguir el curso de rechazo. Recientemente, los sureños han estado peleando en una batalla similar a la guerra de 1994 y existe un miedo creciente de que grupos terroristas y sus aliados podrían aprovecharse de la situación nuevamente.
Las Raíces y la Influencia del Partido Islah en Yemen
Al-Islah fue fundado sólo unos pocos meses después de la declaración de unificación de Yemen en 1990. Islah representaba intereses tribales y religiosos, en lugar de intereses estrictamente políticos. El fundador de Islah, Abdullah Ibn Husayn al-Ahmar, fue el jeque de la federación tribal Hashid.
Durante la guerra civil anterior en Yemen del Norte (1962-70), Abdullah al-Ahmar y sus tribus junto con los Republicanos radicales apoyados por Gamal Abdel Nasser de Egipto contra los monárquicos del Imamato Zaidiano, quienes contaban con el apoyo de Arabia Saudita y otros gobiernos regionales pro-occidentales. Los Republicanos prevalecieron y abolieron la monarquía. Sin embargo, las divisiones empezaron a surgir rápidamente en la coalición republicana: en 1974, el Coronel Ibrahim al-Hamdi trató de restringir la representación de los líderes tribales, lo cual llevó a una rebelión abierta por parte de las tribus Hashid.
Cuando Ali Abdullah Saleh se volvió presidente de Yemen del Norte en 1978, él comprendió la importancia de tener una buena relación con los líderes tribales para permanecer en el poder. Por lo tanto, cuando surgió el partido Islah, Saleh se convirtió en un aliado de su partido Congreso General del Pueblo (GPC), en lugar de permitirle volverse un partido de oposición. Las buenas relaciones de Islah con el partido imperante en Yemen y su hostilidad religiosa con el Partido Socialista, alimentaron la tensión entre todos estos partidos y aceleraron el conflicto que finalmente llevaría a la guerra en 1994. Como resultado de la victoria de Saleh en la guerra, la influencia de Islah en la administración de Yemen ha crecido.
La Interrelación del Estado y los Islamistas en Yemen
A pesar de los serios desacuerdos sobre tácticas y estrategia entre la Hermandad Musulmana y Al-Qaeda, existe una esencial característica en común en cuanto a la ideología. De acuerdo con el Proyecto Contra el Extremismo, estas similitudes incrementan la posibilidad de cooperación entre las dos organizaciones. Al-Islah es un ejemplo.
El mismo Osama bin Laden desciende ideológicamente de este nexo. Bin Laden fue una vez miembro de la Hermandad, antes de que se fuera para crear Al-Qaeda. Por otra parte, Abd al-Majeed al-Zindani, uno de los más prominentes fundadores y líderes de Islah, es conocido por haber sido el asesor espiritual de Bin Laden y por haber trabajado de cerca con él, de acuerdo con el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Esa relación seguramente tuvo algo que ver con la decisión de Bin Laden para usar a Yemen como base principal en los años 90.
Los grupos yihadistas presentes en Yemen a principios de los 90 estuvieron conformados en gran medida por yemenís que regresaban de la guerra en Afganistán, donde voluntarios árabes habían peleado junto con la resistencia afgana para expulsar al Ejército Rojo. Muchos de estos “árabes afganos” se encontraron a sí mismos vagando por la tierra luego de que sus patrias se rehusaran a tenerlos de vuelta. Este no fue el caso en Yemen, donde el régimen de Saleh los recibió como a héroes, de modo que algunos de ellos incluso recibieron posiciones militares oficiales. Algunos veteranos no yemenís de la yihad afgana terminaron en Yemen también y terminaron entrenando a los radicales yemenís.
Sin ir más lejos, el primer ataque a los Estados Unidos por parte de Al-Qaeda, poco recordado, fue en Yemen, el 29 de diciembre de 1992. Al-Qaeda detonó una bomba en el Gold Mohur Hotel en Adén, donde el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos se estaba alojando mientras estaban de camino para aliviar el hambre en Somalia. Casi de forma simultánea, otro grupo de operativos de Al-Qaeda fue capturado en el aeropuerto de Adén, mientras se preparaban para lanzar misiles a los aviones militares de los EE.UU. Estos dos ataques terroristas no mataron a ningún estadounidense y no fue suficiente para que los Estados Unidos decidieran pelear contra Al-Qaeda en Yemen aún. Habiendo sido el lugar del primer ataque de Al-Qaeda a los Estados Unidos, Yemen también sería el lugar de los últimos en la serie de crecientes ataques que los yihadistas lanzaron antes del 9/11. En octubre del año 2000, el U.S.S. Cole fue atacado frente a la costa de Adén. No obstante, esto fue en el futuro. Los veteranos de la yihad afgana domiciliados en Yemen habían iniciado el yihad internacional en su forma moderna, pero ahora se verían atraídos a un asunto netamente local, la guerra civil de 1994, en la cual Saleh usó a los aguerridos “árabes afganos” como tropas de choque para reprimir el levantamiento del sur.
La Guerra Civil de 1994 y su Repercusión
El Partido Islah fue uno de los más importantes partidarios locales de Ali Saleh durante la guerra. En términos de partidarios externos, parece ser que Qatar proporcionó asistencia financiera al gobierno de Ali Saleh, así como varias formas de apoyo que llegaron de Irán, Irak, Libia y Sudán. Pero algunos observadores afirman que los sureños recibieron un apoyo externo más significativo que el de Saleh.
Después de la guerra de 1994, Ali Saleh se hizo de la vista gorda en cuanto a las actividades de los militantes islamistas, incluso permitiendo a sus simpatizantes trabajar en sus servicios de inteligencia, de acuerdo con un Ex Agente Especial del FBI y otros reportes. Es más, Ali Mohsen al-Ahmar, el actual vicepresidente y preeminente comandante militar, jugó un rol esencial en el creciente poder de los veteranos árabes de la yihad antisoviética. Él apoyó el muyahidín yemení cuando estuvieron en Afganistán en los años 80, y en la guerra de Yemen de 1994 fue él quien cultivó las relaciones con clérigos y militantes extremistas, algunos de los cuales fueron posteriormente vinculados a la actividad terrorista, a nombre del gobierno. Mohsen es conocido por ser aliado de Islah, con inclinaciones salafistas, y por apoyar una agenda política islámica más radical que la de Saleh.
Después del ataque al Cole, los Estados Unidos enviaron a sus agentes a Yemen para investigar. Ali Saleh prometió cooperar, pero siguió enviando elementos de sus servicios de inteligencia para impedir cualquier progreso. A raíz del 9/11, los Estados Unidos hicieron su mejor esfuerzo para perseguir una guerra contra Al-Qaeda en Yemen mientras se veían obstaculizados por el régimen de incompetencia y duplicidad de Saleh. Las acciones de los EE.UU. en este sentido incluyeron ataques aéreos contra elementos de Al-Qaeda y la congelación de los activos financieros de algunas personalidades.
En 2004, por ejemplo, los Estados Unidos designaron a Abdul Majid al-Zindani, uno de los fundadores de Islah, como un terrorista global. De acuerdo con el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, Al-Zindani ha sido capaz de influenciar y apoyar muchas causas terroristas, incluyendo reclutamiento activo para los campos de entrenamiento de Al-Qaeda. También jugó un rol crucial en la compra de armas a beneficio de Al-Qaeda y otros terroristas. Por consiguiente, los Estados Unidos le pidieron a Yemen congelar los fondos de al-Zindani e impedirle viajar.
El bombardeo al Cole inició una nueva era de terrorismo en Yemen, teniendo como objetivo a extranjeros e intereses de los EE.UU. Aunque los gobiernos de los EE.UU. y Yemen estuvieron cooperando ostensiblemente en iniciativas contraterroristas contra Al-Qaeda después de esto, nunca fue claro de qué lado estuvo Saleh. El terrorismo fue manipulado por el gobierno de Saleh para obtener dinero y equipos que enriquecieron a sus oficiales y lo mantuvieron en el poder.
¿La Historia se Repite?
En agosto de 2019, los rebeldes hutíes respaldados por Irán atacaron un campo cinturón de seguridad en Adén, matando a docenas de personas, incluyendo al Mayor General Munir al-Yafi. En las 48 horas después del ataque, grupos terroristas se atribuyeron más ataques en Adén y Abyan, matando a más docenas. Los acontecimientos provocaron indignación en Yemen del Sur y como resultado, los combatientes del Consejo de Transición del Sur (STC) tomaron Adén. El STC dijo que sus fuerzas retendrían Adén hasta que el partido Islah islamista, un segmento principal del reconocido gobierno yemení del Presidente Hadi y otros norteños, fueran removidos de posiciones de poder en el sur. Por otra parte, el gobierno yemení acusó al STC de organizar un golpe de estado en Adén.
Los eventos en Adén dieron lugar al miedo de que se repita el escenario de guerra de 1994. Yemen fue arrastrado a esta reciente guerra por la toma de los hutíes en Sanaa, lo cual tuvo repercusiones en todo el país, colapsando la situación de seguridad y proporcionando a los extremistas como Al-Qaeda las oportunidades para tomar esta ventaja y extender su influencia en el sur de Yemen. En respuesta a esta situación, con la activación de células terroristas en áreas de Yemen, los EAU llevaron a cabo ataques aéreos contra “elementos terroristas” a finales de agosto, aunque el gobierno de Yemen acusó a los EAU de bombardear a sus fuerzas en Adén.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de los EAU dijo en un comunicado que se estaba defendiendo y respondiendo a las amenazas de grupos armados contra la coalición árabe en Adén. El comunicado no se refería al gobierno yemení, pero un largo historial de relaciones entrelazadas entre el gobierno yemení y las milicias radicales islámicas hace que la confianza en este gobierno sea muy frágil.
El Rol de los EAU en el Contraterrorismo en Yemen
Los EAU, junto con la Coalición Árabe y los Estados Unidos, juegan un prominente papel en la lucha contra el terrorismo en Yemen. Estos esfuerzos han liberado muchas áreas de las manos de Al-Qaeda, incluyendo la importante ciudad costera de Mukalla en el sur de Yemen. Las fuerzas sureñas formadas por la Alianza Árabe han sido consideradas durante mucho tiempo un aliado más estratégicamente efectivo que el ejército nacional.
Los esfuerzos contraterroristas de los EAU no están limitados a Yemen: es un franco y activo participante en esfuerzos contraterroristas a nivel tanto regional como internacional. Por ejemplo, los EAU firmaron un memorando de entendimiento con el Parlamento de la Unión Europea, expresando el compromiso del país para combatir al terrorismo en todo el mundo. Los EAU son un miembro fundador del Foro Global contra el Terrorismo y también trabaja de cerca con los Estados Unidos, el Reino Unido, las Naciones Unidas y otros socios para combatir al terrorismo y frenar el extremismo. Por ejemplo, en 2017, los EAU donaron US$350.000 para apoyar las actividades del Centro de la ONU contra el Terrorismo (UNCCT), para la implementación de la Estrategia Global de las Naciones Unidas contra el Terrorismo.
Las contribuciones estratégicas de los EAU a los esfuerzos contraterroristas regionales y globales les han dado una experiencia profunda en este sentido, lecciones que pueden ser pasadas a las fuerzas sureñas que han demostrado capacidad al lidiar con grupos terroristas en Yemen durante los pasados cuatro años. A pesar de los significativos logros de seguridad que se han hecho en el sur de Yemen, el problema de mantener estos beneficios es precario a la luz de los acontecimientos recientes.