Desde el inicio de la Primavera Árabe en 2011, Turquía se ha convertido gradualmente en la plataforma regional de la organización internacional de la Hermandad Musulmana, incluidas las filiales egipcia y siria. Turquía albergó a muchos de los líderes de la Hermandad Musulmana después de la revolución del 30 de junio de 2013 en Egipto (1) y luego del estallido del conflicto civil sirio en 2011.
Este artículo aclarará algunos indicios que podrían sugerir que Ankara está reconsiderando sus relaciones con la Hermandad Musulmana, en particular respecto a la deportación de Mohamed Abdel-Hafiz desde Ankara hacia El Cairo el 17 de enero de 2019, y al reciente acuerdo entre Turquía y Siria. Asimismo, el artículo presentará los factores que han empujado a Ankara a reconsiderar sus lazos con la Hermandad.
Fin de una alianza
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan siempre ha sido defensor de la Hermandad Musulmana. En Egipto, asesores turcos han orientado a la Hermandad Musulmana egipcia sobre cómo manejar el proceso político, desde su participación temprana en las elecciones parlamentarias y presidenciales de 2011 y 2012, respectivamente, hasta el levantamiento popular en contra del Gobierno de Mohamed Morsi en 2013 (2). Después de la revolución egipcia del 30 de junio de 2013, Turquía fue sede de varias reuniones de la Hermandad, enfocadas en las medidas que deberían adoptarse para derrocar al Gobierno electo de Abdel Fattah al-Sisi (3).
De igual modo, Erdogan pidió a Bashar al-Assad legalizar la Hermandad Musulmana siria y permitir su participación en el proceso político antes de la guerra civil de 2011 en Siria. Cuando la guerra comenzó, Erdogan aseguró a al-Assad que Turquía haría la “vista gorda” a la supresión de los grupos opositores por parte de su régimen, a cambio de que se otorgue a los miembros proscritos de la Hermandad Musulmana una cuarta parte de los puestos ministeriales del gabinete. Una vez que estalló la guerra, Ankara se esforzó por respaldar al grupo y organizarlo tanto política como militarmente (4).
No obstante, diversos indicadores sugieren que presumiblemente Turquía estaría modificando su política hacia la Hermandad Musulmana:
Deportación de Abdel-Hafiz: Turquía deportó a Mohamed Abdel-Hafiz al Cairo el 17 de enero de 2019, luego de que supuestamente haya solicitado asilo al arribar al aeropuerto Ataturk de Estambul el mes pasado. Abdel-Hafiz fue sentenciado -en ausencia- a muerte en julio de 2017, acusado de participar en la conspiración para matar al anterior Fiscal General de Egipto, Hisham Barakat (5).
El 5 de febrero de 2019, Turquía anunció que había suspendido a ocho oficiales de policía turcos involucrados en la deportación de Hafiz (6). Esto podría ser interpretado como un movimiento destinado principalmente a mitigar las frustraciones de la Hermandad Musulmana y sus temores en torno a su deportación.
Debe tenerse en cuenta que este acontecimiento tuvo lugar luego de que las autoridades egipcias arrestaran a 54 miembros de la proscrita Hermandad Musulmana en enero de 2019. Se los acusó de conspirar con la intención de instigar al caos y llevar a cabo ataques terroristas en el aniversario de las revueltas de la Primavera Árabe de 2011. Además, las autoridades egipcias revelaron que el grupo estaba dirigido por un líder de la Hermandad Musulmana con base en Turquía (7), lo cual sugiere que Ankara estaría implicada en el intento de la Hermandad Musulmana de fomentar la inestabilidad en Egipto. No obstante, la posterior deportación de Abdel-Hafiz podría implicar que Ankara se dio cuenta que apoyar a la Hermandad ya no estaría dando resultados positivos, y que esto podría abrir el camino para modificar su política de respaldo a la Hermandad Musulmana.
Acercamiento Turco – Sirio: luego de apoyar a los rebeldes armados en contra del régimen de al-Assad durante años, Ankara mostró signos de un importante cambio en su política hacia el conflicto sirio, cuando el ministro de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, en diciembre de 2018 declaró que Turquía consideraría trabajar con al-Assad si ganaba en una elección democrática. Asimismo, aseveró que Ankara está en contacto con Damasco de manera indirecta, a través de Rusia e Irán. Sin embargo, a principios de febrero, Erdogan confesó que sus servicios de inteligencia mantenían contacto directo con sus contrapartes sirias (8).
Estas declaraciones coinciden con lo ocurrido el 26 de enero de 2019, cuando el ministro de Relaciones Exteriores sirio instó a Turquía a retirar sus tropas de los territorios del norte de Siria y a poner fin a su apoyo a grupos de oposición armados, a cambio de la restauración del “Protocolo de Adana”, firmado en octubre de 1998.
Este protocolo logró acabar con las tensiones entre los dos países, ya que Damasco evitó que el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK, por su sigla en kurdo), que estaba catalogado como organización terrorista en Turquía, utilice territorio sirio como base para montar ataques contra este último.
Como contrapartida, Erdogan respondió positivamente el mismo día, afirmando que se comprometía con el “Protocolo de Adana” (9) .
Ese acontecimiento es un claro indicio de que Turquía está dispuesta a considerar el fin a sus lazos con organizaciones terroristas, como al-Qaeda e ISIS, así como a reducir las actividades de la Hermandad Musulmana siria en sus territorios.
A cambio, Damasco avanzará para controlar los territorios sirios ocupados por las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo), que Turquía considera que es el afiliado sirio del PKK. Por tanto, Ankara está dispuesta a considerar la opción de romper los lazos con las organizaciones terroristas a cambio del control de las YPG por parte de Damasco.
Causas potenciales
Dos factores explicarían el reciente viraje en la política turca:
Apuestas fallidas de Turquía: Ankara adoptó una política exterior regional después de la Primavera Árabe que apoyaba a las agrupaciones de la Hermandad Musulmana en la región, particularmente en Egipto y Siria (10), en un intento de lograr la hegemonía regional.
Sin embargo, los esfuerzos de Ankara en este sentido fracasaron estrepitosamente en ambos países, ya que los grupos terroristas afiliados a la Hermandad Musulmana, como el movimiento Hasm y el grupo Liwaa el-Thawra fueron debilitados por las fuerzas de seguridad egipcias. Además, tanto los EE.UU. como Gran Bretaña agregaron a ambos grupos a su propia lista de organizaciones terroristas (11) , apoyando así implícitamente las medidas represivas contra los terroristas afiliados a la Hermandad Musulmana.
Por otra parte, Egipto pudo llevar a cabo con éxito operaciones militares en contra de ISIS en Sinaí. En consecuencia, las condiciones de seguridad mejoraron notablemente en el país, abriendo así el camino para la recuperación del turismo, con ingresos que podrían alcanzar los 8.000 millones de dólares en 2018 (12).
Por otra parte, con el apoyo ruso e iraní, el régimen de al-Assad logró retomar el control del 60% del territorio sirio (13) . Tanto los EE.UU. como varios países europeos ya no demandan el retiro de Bashar al-Assad del poder, mientras que muchos países árabes han restablecido sus relaciones diplomáticas con Damasco (14). El reciente anuncio del presidente Donald Trump de retirar las tropas estadounidenses del norte de Siria consolida más aún el control de al-Assad sobre el país . Estos acontecimientos envían una señal clara a Ankara, según la cual su política en ambos países no ha sido fructífera y debería ser cambiada.
Prolongada crisis económica: Turquía experimenta un momento de fragilidad económica, como se puede ver en su alto nivel de inflación y en la devaluación del 40% de la Lira turca en 2018 (15). Además, la economía ha sufrido una reducción en el consumo y falta de confianza de los inversores. De hecho, empresas turcas arrastran enormes deudas de alrededor de 200 mil millones, en dólares y en euros, que deberán pagarse en 2019 (16).
Los costos de Turquía como resultado de su política de apoyar a diferentes facciones de la Hermandad Musulmana, respaldar a los rebeldes armados sirios durante varios años, y refugiar a 3,6 millones de sirios, con un valor estimado de alrededor de 25 mil millones de euros, también ha jugado un papel clave en la actual crisis económica.
El peso económico de los refugiados contribuyó a frustrar al pueblo turco, cuya percepción de los sirios es cada vez más negativa, ya que compiten con los nacionales turcos por servicios públicos y empleo (17).
Estos dos factores ya han impactado negativamente en la popularidad de Erdogan: su tasa de aprobación pasó del 53,1% en julio de 2018 al 39,8% en octubre del mismo año (18). Esto podría repercutir en el desempeño del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, por sus siglas en kurdo) en las próximas elecciones provinciales, programadas para marzo de 2019.
El cambio en la política turca hacia la Hermandad Musulmana podría alarmar a la cúpula dirigente del grupo, pues es posible que los líderes egipcios y sirios exiliados consideren arriesgado continuar residiendo en el país, ya que podrían ser utilizados como “moneda de cambio” para negociar con El Cairo y Damasco. No obstante, debe señalarse que la disociación de Turquía con la Hermandad Musulmana será gradual y supeditada al avance de las relaciones entre Turquía por un lado, y Egipto y Siria por el otro.
(1) Mohammad Abdel Kader, La relación de Turquía con la Hermandad Musulmana, Al Arabiya Institute for Studies, 14 de octubre de 2013, disponible en: https://bit.ly/2Et7Qjf
(2) Bulut Gurpinar, Turkey and The Muslim Brotherhood: Crossing Roads in Syria, Eurasian Journal of Social Sciences, Vol. 3, no. 4, 2015, p. 29.
(3) Nozhan Etezadosaltaneh, Which Actors are Pleased with Erdogan’s Victory?, International Policy Digest, 3 de julio de 2018, disponible en: https://bit.ly/2Pp1RB1
(4) Bulut Gurpinar, op.cit., p. 29.
(5) Turkey deports 29-year-old Egyptian who faces death penalty at home, Stockholm Center for Freedom, 6 de febrero de 2019, disponible en: https://bit.ly/2t5GTcO
(6) Eight Turkish police suspended after deporting Egyptian fugitive to Cairo, Ahval, 5 de febrero de 2019, disponible en: Https://bit.ly/2t4o9um
(7) Egypt arrests 54 suspected of planning violence on uprising anniversary, Reuters, 29 de enero de 2019, disponible en: https://reut.rs/2DHzExH
(8) Erdogan says Turkey maintains ‘low-level’ contacts with Syria, The Daily Star, 3 de febrero de 2019, disponible en: https://bit.ly/2MP5VpN
(9) Syria Wants Turkish Withdrawal to Revive Security Agreement, The New York Times, 29 de enero de 2019, disponible en: https://nyti.ms/2MTt8H8
(10) Cristina Maza, Turkey Secretly Undermining Russia And Iran By Arming Rebel Groups In Syria, REPORT CLAIMS, Newsweek, 9 de diciembre de 2018, disponible en: https://bit.ly/2HU1gUM
(11) Britain Designates 2 Militant Groups in Egypt as ‘Terrorist’, Voice of America, 22 de diciembre de 2017, disponible en: https://bit.ly/2t9PfAk
(12) Tourists return to Egypt as prices fall and security improves, Financial Times, 20 de mayo de 2018, disponible en: https://on.ft.com/2I3SF1U
(13) Michael Jansen, Syria’s seven-year war: How Assad has kept his grip on power, The Irish Times, 15 de marzo de 2018, disponible en: https://bit.ly/2WMPuP6
(14) James Haines-Young, Assad claims Arab states and West beginning Damascus re-engagement, The National, 4 de octubre de 2018, disponible en: https://bit.ly/2yd1M8e
(15) Samia Nakhoul and Dominic Evans, Erdogan has limited options to save Turkey from financial crisis, Reuters,4 de septiembre de 2018, disponible en: https://reut.rs/2wJkjZS
(16) Emily Hawthorne, Counting the Cost of Potential U.S. Action Against Turkey, Stratfor, 4 de febrero de 2019.
(17) Marion MacGregor, Is Turkey trying to get rid of Syrian refugees?, Info Migrants, 24 de enero de 2019, disponible en: https://bit.ly/2BnvJVc
(18) Erdoğan approval rating at its lowest in years – MetroPoll, Ahval, 14 de noviembre de 2018, disponible en: https://bit.ly/2Ge4Eb5