Guy Van Vlierden señala que en los estudios sobre el terrorismo en la actualidad los periodistas están encontrando mucho material primario, sin embargo, llegan a él sin conocimiento de fondo. Aquí es donde los periodistas pueden reunirse con investigadores y analistas, quienes pueden ayudar proporcionándoles un panorama de suma relevancia.
Por ejemplo, han habido repetidos casos de declaraciones en Telegram y otras redes sociales, aparentemente mostrando a grupos yihadistas amenazando a países de Occidente, cuando en realidad estas declaraciones vinieron de individuos, no de organizaciones.
Esto tampoco está limitado a intereses periodísticos o académicos. En los Países Bajos, periodistas informaron que sospechosos se habían unido a un grupo terrorista, cuando de hecho ellos se habían unido a un grupo rebelde; y en Bélgica, una mujer fue acusada de ser miembro del Estado Islámico (EI), cuando en realidad ella se había unido a un grupo yihadista que combate contra el EI. Las autoridades deberían cooperar más estrechamente con los investigadores para asegurar que los hechos que utilizan para interponer acciones judiciales sean ciertos.
La cooperación entre académicos, periodistas e incluso aficionados con un alto nivel de conocimiento es esencial en el campo del terrorismo. Esto no solamente se aplica al yihadismo. Dichos hábitos de cooperación serán necesarios para salir adelante a medida que la extrema derecha crece en el Occidente.